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El desembarco de ministros sacude las federaciones del PSOE: “Pedro no puede salir derrotado de esto”

Tras situar a Diana Morant en Valencia y a Óscar López en Madrid, el temor a un fiasco allana el terreno para Alegría en Aragón y Montero en Andalucía

  • (I-D) María Jesús Montero, Santos Cerdán y Pilar Alegría en una reunión del PSOE. -

"Pedro (Sánchez) no puede salir derrocado orgánicamente de este envite; solo nos faltaba eso", señalan varias fuentes del oficialismo sanchista y coincide de forma resignada alguna voz crítica con el desembarco de ministros en las baronías del PSOE. Saben que la llegada, hace un año, de Diana Morant al liderazgo del PSPV en la Comunidad Valenciana, de Oscar López al siempre difícil PSM en Madrid y, parece que Pilar Alegría a la Secretaría General del PSOE aragonés y veremos si María Jesús Montero a la Dirección del todopoderoso internamente socialismo andaluz -45.000 militantes-, no son operaciones exentas de riesgo electoral en 2027.

"Tiene riesgo electoral, sin duda", señala a Vozpópuli una fuente próxima al presidente del Gobierno, "pero más riesgo hubiera tenido no hacer nada y dejar que el PP nos pase otra vez por encima dentro de dos años; y, sobre todo, que por las peleas en los territorios el secretario general salga ahora derrotado internamente". Esto último, la posibilidad de ofrecer en bandeja a Alberto Núñez Feijóo la imagen de un Sánchez que manda menos que la Tomasa en los títeres, parafraseando a José Bonoes, curiosamente, una de los argumentos de más empuje del sanchismo al cual la militancia y los cuadros medios de las federaciones pueden acabar haciendo caso cuando depositen su voto en las urnas entre enero y marzo.

Se está viendo, por ejemplo, en Aragón, donde una Alegría, que frente a su rival, Darío Villagrasa, portavoz en las Cortes de Aragón, partía sólo con el viento a favor claramente en Huesca -1.700 afiliados-, "ya ha ha logrado abrir brecha" en la provincia de Zaragoza -5.000 militantes- territorio muy afín al todavía secretario general del PSOE, Javier Lambán. Éste llegó a tener un control absoluto de Zaragoza capital y pueblos porque, antes de ser presidente regional, fue presidente de la Dipytación, pero ahora ha visto cómo muchos de esos apoyos, o prefieren no mojarse o se han dejado ver ya en la presentación de la ministra de Educación y portavoz del Gobierno; es el caso de los alcaldes de Caspe, Borja, Pedrola, Mequinenza y otros pueblos zaragozanos que, sin duda, arrastrarán voto afiliado local a favor de ella.

Villagrasa lo tiene "complicado"

En las propias filas del oficialismo aragonés, que controla con mano férrea Lamban y su secretario de Organización, Carlos Pérez-Anadón, se admite que Ferraz y La Moncloa están poniendo toda la carne en el asador para que la ministra de Educación no pierda frente a Villagrasa porque sería automáticamente interpretado como una derrota de Sánchez, que empezaría 2025 con muy mal pie. "Con la situación que estamos atravesando, sin presupuestos por segundo año consecutivo y con una ofensiva de los tribunales y el PP, que no va a parar hasta que le desalojen del poder, no nos podemos permitir eso", se admite.

De hecho, una de las personas de confianza de Lamban reconoce que, aunque están intentando romper ese marco interesado de apoyo acrítico entre los afiliados a lo que haga o diga Pedro Sánchez, Darío Villagrasa lo tiene difícil porque se enfrenta al sanchismo, "que está inoculado en las bases del partido" desde la primera victoria del hoy presidente del Gobierno en las primarias del PSOE de 2014. Villagrasa ha empezado a recorrer Aragón ya para contrarrestar la fuerza de Pilar Alegría y desde su entorno se señala: "Es una tarea muy complicada, pero está animado".

Lo que no está claro es quien dirigirá el PSOE en Castilla y León. Inicialmente, el oficialismo apoyaba al alcalde de Soria, Carlos Martínez, pero en las últimas horas la ministra de Igualdad, Ana Redondo, mano derecha del ex alcalde y hoy ministro muy cercano a Sánchez, Óscar Puente, se ha vuelto a declarar "a disposición del partido"; incluso el nombre de la portavoz del PSOE, Esther Peña, vuelve a sonar en Ferraz con tal de que no siga Tudanca, que se niega a ceder el testigo tras diez años de liderazgo

En el caso de Castilla y León, está claro que el otrora aliado fiel del líder socialista en aquella travesía del desierto, Luis Tudanca, va a tener un rival en primarias por expreso deseo de Sánchez; lo que no está claro es quien. Inicialmente, el oficialismo apoyaba al alcalde de Soria, Carlos Martínez, pero en las últimas horas la ministra de Igualdad, Ana Redondo, mano derecha del ex alcalde y hoy ministro muy cercano a Sánchez, Óscar Puente, se ha vuelto a declarar "a disposición del partido" aunque, hoy por hoy, su "prioridad" sigue siendo la lucha contra la violencia machista desde el ministerio.

Lo que sí ha dejado claro la ministra es el mensaje a Tudanca de que no puede seguir después de diez años en el cargo: "Es necesario renovar el liderazgo para recuperar la confianza de la ciudadanía", ha señalado Ana Redondo, resumiendo el clima que hay en la cúpula socialista, donde no se acaba de ver claro que el soriano Carlos Martínez pueda hacer sombra a su "amigo" Tudanca; "puede estar tranquilo, siempre pierdo los congresos", ha llegado a decir. Lo cual, complica la prioridad, a toda costa, de que Sánchez no salga derrotado internamente.

Incluso, el nombre de la portavoz del PSOE, Esther Peña, vuelve a sonar con tal de que no siga un Tudanca que se niega a ceder el testigo tras diez años al frente de la Secretaría General del PSdeCyL. Su relación con Sánchez, como la del ex líder del partido en Madrid Juan Lobato, empezó a torcerse el día en que pusieron en duda la conveniencia de una Ley de Amnistía para satisfacer a Carles Puigdemont; el remate fue su rotunda oposición, como la de Lamban o Emiliano García-Page, a conceder un cupo de financición a Cataluña similar al que tienen País Vasco y Navarra.

A esta hora, a la 'operación Montero' en Andalucía le falta el fleco en el aire de si será un solo nombramiento o dos, si llevará aparejado el nombramiento de Juan Francisco Serrano, mano derecha de Santos Cerdán en Ferraz, como secretario general en una suerte de bicefalia -la hoy vicepresidenta de candidata contra Moreno Bonilla, Serrano para el partido- que en el PSOE, un partido muy jerarquizado en sus estructuras orgánicas y en su funcionamiento, nunca ha funcionado.


Todo lo contrario que en Aragón y Castilla y León ocurre en Andalucía, donde el partido está a la espera de una señal del presidente del Gobierno para empezar a alfombrar la llegada de María Jesús Montero a la Secretaría General del PSOE-A en sustitución de Juan Espadas, que ha resultado un fiasco en su labor de sucesión de Susana Díaz. Ni siquiera la cuota de protagonismo que le dio Sánchez organizando el reciente 41 Congreso federal en Sevilla, de la que fue alcalde, y poniéndole a presidir el cónclave, ha servido para calmar las aguas de un socialismo andaluz que ve cada vez más lejos desbancar al popular Juan Manuel Moreno Bonilla de la Junta de Andalucía.

Lo que sí tiene claro todo el PSOE andaluz es que la actual situación de desangramiento electoral no puede continuar. Por eso, la candidatura de Montero estuvo prácticamente aceptada por todas las familias del PSOE-A, también por el propio Espadas el jueves 19 de diciembre en un Comité Director, pero se frenó a última hora por un desencuentro sobre el papel final que ocupará Serrano en el organigrama, en concreto, qué poderes tendrá delegados por una Montero que tendrá que seguir en Madrid, en la vicepresidencia del Gobierno y en el Ministerio de Hacienda, si quiere hacerle alguna sombra a Moreno Bonilla; porque lo tiene mucho más difícil que Óscar López en Madrid con Isabel Dìaz Ayuso, e incluso que una Pilar Alegría que está a una hora en AVE de Zaragoza.

A Gallardo se le tuerce Extremadura 

Y en Extremadura, donde el actual secretario General y presidente de la Diputación de Badajoz, Miguel Ángel Gallardo, se enfrenta en primarias a Esther Gutiérrez, con el partido prácticamente dividido a la mitad. Gallardo no era de la cuerda de Sánchez y tampoco de su antecesor, Guillermo Fernández Vara, y, aunque sólo sea por eso, Gutíerrez ha logrado los avales suficientes para presentarse; lo cual ha sumido a la organización en un mar de incertidumbre por el resultado que salga en las primarias de este mes de enero. Ferraz, como ocurre en Aragón y en Castilla y León, está poniendo todo de su parte para que ella gane porque quiere evitar otra imagen de derrota de Pedro Sánchez, que ya se produjo en las anteriores primarias, en las que Gallardo se enfrentó a la entonces candidata oficialista, Lara Garlito.

En Ferraz existe un importante malestar en Ferraz contra Gallardo por lo mismo que contra Tudanca o Lobato: porque que se haya opuesto a la "financiación singular de Cataluña", con apoyos notables como el del barón Juan Carlos Rodríguez Ibarra, y por su discurso autónomo de que "el PSOE de Extremadura no puede ser una sucursal de Ferraz". De hecho, el sector crítico que abandera Gutíerrez ahora, antes Garlito, le afea la falta de un discurso eficaz de oposición contra la popular María Guardiola, presidenta de la Junta.

 

 

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