Cultura

El cine puede crear modas... y también hundirlas

El cine, especialmente desde la época dorada de Hollywood se ha convertido en un referente social, creando modas y potenciando el consumo de ciertos productos aunque también desterrando otros porque ya han quedado obsoletos, o simplemente porque un personaje, por exigencias del guión, ha hecho una crítica demoledora de algún artículo de consumo concreto. (Menuda gracia, ¿no?). Hoy repasamos los casos más significativos en los que el cine ha puesto de moda algo o por el contrario, lo ha hundido.

  • El White Russian se puso de moda tras Ell Gran Lebowski.

La rebeca de ‘Rebecca’

No fue hasta la aparición de Joan Fontaine en la gran pantalla con una chaquetita que le otorgaba un aire de mojigata, cuando empezó a ponerse de moda esta prenda de ropa que ha pasado a la historia como “rebeca”, precisamente, por el título de la película que protagonizó la actriz. Corría el año 1940 cuando Alfred Hitchcock estrenaba Rebecca, un filme de suspense basado en la novela homónima de la escritora británica Daphne du Maurier, que ganó dos Oscars: mejor película y fotografía.

Joan Fontaine interpretaba a la segunda esposa de un aristócrata inglés, encarnado por Lawrence Olivier, que tiene que competir con el fantasma de la primera esposa, Rebeca de Winter, fallecida en extrañas circunstancias. Y, claro, la pobre Fontaine, es muy apocada y tímida. Para dotarla de esta imagen de ingenuidad, el equipo de vestuario eligió una prenda perfecta, una chaqueta de lana fina que luce a lo largo de toda la película. Elección que pasó a la historia.

‘El Gran Lebowski’ puso de moda el cóctel ‘Ruso Blanco’

Los hermanos Coen crearon en 1998 uno de los personajes más icónicos y divertidos apodado El Nota que, además de ser bastante vago y desaliñado, le da al drinking. Pero no bebe cualquier cosa. El personaje que interpreta magistralmente Jeff Bridges, para acentuar aún más su excéntrica personalidad, se bebe como agua un cóctel que así a primera vista,  no es que atraiga mucho al paladar. Se trata del Ruso Blanco, un combinado que recibe su nombre por su ingrediente principal, el vodka, mezclado con nata o crema de leche. Este cóctel, al que los expertos le añaden licor de café existe desde la década de los 30 del siglo pasado aunque fue El Nota quien lo devolvió a la actualidad.

‘Los Vengadores’ y el shawarma

En la película de Joss Whedon aparece una escena post-títulos de crédito que presenta a Iron Man, interpretado por Robert Downey JR. y a sus compañeros Capitán América, Hulk, Viuda Negra, Thor y Ojo de Halcón disfrutando en silencio de un merecido descanso tras la batalla final. Y ¿Qué es lo que comen? Pues un shawarma, similar al  kebab, es un plato tradicional de la comida árabe con cordero asado fileteado o pollo, envuelto en pan de pita.

Tras el estreno de la película en 2012 los restaurantes turcos y árabes de Los Angeles experimentaron un incremento abismal de ventas de este plato. Otro ejemplo del poder del cine para crear tendencias.

‘Alta fidelidad’ y el grupo The Beta Band

La película de Stephen Frears, estrenada en el año 2000 puso de moda a un grupo británico hasta entonces con escasa repercusión en la industria  llamado The Beta Band, que además forma parte de la banda sonora del filme. La cinta, basada en la novela homónima de Nick Hornby, está interpretada por un magnífico John Cusack,  que encarna a un treintañero que vive un auténtico  desastre en sus relaciones con las mujeres y que encuentra refugio en la música.

Él regenta una tienda de discos a la que sólo acuden freaks melómanos empedernidos como él que buscan álbumes descatalogados o difíciles de encontrar. Durante una escena, el personaje de John Cusack asegura que “va a vender cinco copias” de un disco de The Beta Band, y pone en el hilo musical de la tienda una canción de la banda, lo que provocó un incremento en seguidores y ventas. La película es un brillante retrato sobre la crisis emocional y cómo conseguir superarla con una pasión, como puede ser la música.

‘Entre copas’ hunde los vinos Merlot

En el caso opuesto, también encontramos algún caso en el que el cine puede arruinar un negocio. Hablamos de Entre Copas, esta magnífica comedia negra de Alexander Payne, en clave de road-movie en la que dos amigos (Paul Giamatti y  Thomas Haden Church) se van a hacer una ruta vinícola de una semana por los valles californianos antes de la boda de uno de ellos.

Aunque el estreno del filme en 2004 provocó un auge de los vinos de Napa, en California, lugar donde se rodó, algunos vinateros de la zona responsabilizaron a la película del hundimiento de los vinos Merlot. Y todo porque el personaje que interpreta Paul Giamatti manifestaba su rechazo por esta variedad a lo largo del filme con la frase lapidaria: “I´m NOT drinking any fucking Merlot!”. Por el contrario, ponía por las nubes el Pinot Noir. Tras el estreno, los compradores comenzaron a demandar este vino, lo que provocó que muchos cultivadores dejaran de plantar la uva merlot y sólo se dedicaran a la esta otra variedad. Ya vemos lo que el cine puede calar en el espectador, para bien o para mal. 

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