Cada 12 de diciembre se celebra a la virgen de Guadalupe en México, por las apariciones a San Juan Diego. Lo que no es tan conocido es el hermanamiento desde febrero de 2023, entre el santuario mexicano y el monasterio de Cáceres, que comparten la misma advocación. A partir de ese momento cada 6 de septiembre, la fiesta de la Virgen de Guadalupe cacereña, se celebra también en México, y viceversa, el 12 diciembre fiesta de la Virgen de Guadalupe en México, también se celebra en Cáceres.
Tampoco es muy conocido que el origen de la de México está en la de Cáceres, o que ésta sea la patrona de la Hispanidad y de Cáceres. La devoción se remonta a la época apostólica. Dice la leyenda que la imagen fue creada por evangelista San Lucas, cuando este fue enterrado en Acaya, la imagen también fue enterrada con él. Con el tiempo se llevó la imagen a Constantinopla, cespués a Roma, y en el siglo VI, el Papa Gregorio Magno mandó la imagen a Sevilla.
Con la llegada de los musulmanes a la península ibérica, en el 711, la imagen fue transportada a Cáceres, a una zona llamada Guadalupe. La traducción literal del nombre de este lugar sería “Río de Lobos”. Aunque tiene otras dos acepciones “Río de luz” o “Río escondido”.
En este lugar estuvo escondida la figura durante seis siglos, hasta que fue descubierta por un pastor, llamado Gil Cordero, que buscaba una vaca. Con el tiempo se alojó en una ermita, hasta que el rey Alfonso XI, tras la batalla del Salado, decidió construir una iglesia más grande y un monasterio, que fue encomendado a los Jerónimos. Estos estuvieron 400 años a cargo del monasterio, hasta que en la desamortización de Mendizábal se quedó sin nadie al cuidado.
Son muchos los conquistadores, navegantes y marineros que han ido a rezar a la Virgen a Cáceres bajo esta advocación, como Colón o Pizarro que ayudaron a difundir la fe por América y Asia. Aunque la devoción a la Virgen de Guadalupe ha alcanzado su máximo esplendor tras la conquista de México y el milagro del Indio Juan Diego.
Indígenas venerando a la virgen de Guadalupe.
Milagro de Juan Diego
El sábado 9 de diciembre de 1531, 10 años después de que Hernán Cortés, los indios tlaxcaltecas y los españoles vencieron a los aztecas, en el monte Tepeyac, del actual México, ocurrió esta historia Un indio llamado Juan Diego iba camino a la catequesis, cuando oyó una voz y subió al monte a ver quién era. Allí una mujer rodeada de una luz especial, se presentó como la Virgen María, y le pidió al obispo Zumárraga que construyera un templo en honor a ella.
Cuando fue al obispo no le hizo mucho caso. Al volver a casa, Juan Diego, se volvió a encontrar con la virgen y ella le volvió a insistir en que hablará con el obispo. Al día siguiente, domingo 10 de diciembre, se dirigió a misa y al finalizar dijo al obispo lo que le había dicho la Virgen. El obispo le respondió que le creería si traía alguna señal que era verdad.
La Virgen le prometió que al día siguiente le daría esa señal. Sin embargo, Juan Diego no pudo acudir al encuentro porque su tío cayó gravemente enfermo. El martes 12 de diciembre, desesperado, salió en busca de un sacerdote para administrar los últimos sacramentos a su tío moribundo. Intentó evitar el camino donde solía encontrarse con la Virgen, pero ella se le apareció nuevamente. Le aseguró que no se preocupara, pues su tío ya estaba curado, y le mostró unas rosas frescas, inusuales en ese lugar y época del año. Le pidió que las recogiera en su tilma y las llevara como prueba al obispo.
Juan Diego obedeció y presentó las flores al obispo. Al desplegar su tilma, las rosas cayeron al suelo, revelando una imagen de la Virgen María milagrosamente impresa en el tejido. Esta tilma se conserva hasta hoy en el templo que, finalmente, fue construida en su honor. Desde entonces, la devoción a la Virgen de Guadalupe ha crecido