El Teatro Nuevo Apolo de Madrid se ilumina cada noche con la energía vibrante de ‘Grease’, un musical que, tras cinco décadas, sigue manteniendo su esencia como en su estreno en 1971 en Chicago. Este aniversario no es solo una celebración de medio siglo de chaquetas de cuero, tupés perfectos y coreografías icónicas, sino un homenaje a una historia que ha trascendido generaciones para convertirse en un fenómeno cultural.
Dirigida por David Serrano y producida por SOM Produce (‘Billy Elliot’, ‘Matilda’ o ‘West Side Story’), esta puesta en escena ofrece una oportunidad inigualable para redescubrir un clásico que marcó un antes y un después en el género musical.
La esencia de un clásico
Sandra Dee y Danny Zuko, icónicos gracias a Olivia Newton-John y John Travolta en la gran pantalla, han regresado para conquistar corazones en una versión que combina nostalgia y frescura. Desde los primeros acordes de "Summer Nights" hasta el vibrante clímax con "You’re the One That I Want", la audiencia se sumerge en un torbellino de emociones, disfrutando de canciones que mantienen su magia intacta a través del tiempo.
Desde su estreno en 2021, esta adaptación ha sido un éxito arrollador, ofreciendo una propuesta renovada y contemporánea que mantiene intacta la esencia rebelde y romántica del clásico original. Una de las grandes novedades de esta temporada es la incorporación del actor Adrián Lastra, quien da vida al carismático Vince Fontaine. “Cuando me lo propusieron no dudé. Me apetecía volver a subirme a un escenario, y más para hacer algo así. Llevaba siete años sin hacer esto y tenía ganas de volver a la raíz otra vez. El teatro musical es una mili”, explica a Vozpópuli el actor.
El montaje presenta algunas diferencias respecto a la película original. Cada personaje cuenta con su propio momento para brillar, y las canciones han sido adaptadas al español. No obstante, la obra conserva la esencia única de la película, por lo que los fans no quedarán decepcionados. Uno de estos cambios es la figura de Vince Fontaine como carismático maestro de ceremonias del espectáculo. A través de este personaje Lastra rompe con la cuarta pared e interactúa con el público aportando un toque de humor. “No tengo la menor duda que el momento icónico de Fontaine es la canción que tiene haciendo de ángel para ayudar a Frenchy a que tome una decisión en su vida. Es una canción maravillosa y un reto, porque es un tema donde si apuestas, y yo soy muy arriesgado, puedes hacer cosas muy chulas vocalmente. Pero, además, es muy cómica”, indica el actor madrileño.
El origen del musical
El musical de ‘Grease’ nació en 1971 como una producción local en un pequeño teatro de Chicago, creado por Jim Jacobs y Warren Casey. Inspirados por la nostalgia de los años 50, quisieron rendir homenaje a la juventud de la época, marcada por el rock and roll, los peinados rimbombantes y la cultura de los institutos estadounidenses. Su título, ‘Grease’ (grasa, en inglés), hace referencia a la estética de la década, dominada por los coches brillantes, las chaquetas de cuero y los peinados engominados.
Inicialmente, la obra era más cruda y realista, centrada en las problemáticas adolescentes como el sexo, la presión social y los conflictos de clase. Sin embargo, cuando Grease dio el salto a Broadway en 1972, se suavizó y ganó un tono más ligero y cómico, que conectó de inmediato con el público. Esta transformación fue clave para su éxito, convirtiéndola en una de las producciones más exitosas y longevas de la historia de Broadway.
El musical alcanzó su máxima popularidad con la adaptación cinematográfica de 1978. A partir de ahí, ‘Grease’ se consolidó como un fenómeno cultural, reinventándose constantemente en escenarios de todo el mundo. “Hay algo que siempre te conecta con esta historia. Al final, habla de temas muy universales como: el amor, la amistad o la pureza de los amigos de esa época”, señala Lastra.
De hecho, la moraleja de la obra es una clara reivindicación del carpe diem, es decir, vivir el presente. Según el actor, el mensaje principal con el que el público debe quedarse al final del espectáculo es: "No tener miedo a tomar decisiones, disfrutar de la vida, enamorarse hasta las trancas y quitarse los personajes que tenga en la cabeza para poder conquistar a alguien”. Lastra también recalca el mensaje con el que cierra Vince Fontaine su intervención en la obra: “No podemos anhelar tiempos pasados, porque, si lo piensas, en la vida real, ¿qué es lo que realmente quieres para tu día a día: vivir de recuerdos, aunque sean maravillosos, o aprovechar todas las posibilidades que el mundo te ofrece en cada instante?".
Una producción de altura
La producción destaca por un diseño visual espectacular. El escenario se transforma constantemente para recrear desde el emblemático taller de coches hasta el baile de graduación del instituto Rydell. Los efectos de luz y sonido sumergen al espectador en un viaje al pasado, mientras que el vestuario, una mezcla de detalles vintage con toques modernos, rinde homenaje a la estética de los años 50.
A todo ello se le suma un elenco encabezado por Quique Niza (Danny), Mia Lardner (Sandy) y Adrián Lastra (Vince Fontaine), entre otros.