De vez en cuando surge el debate de si la economía es una ciencia. Si bien es innegable que la economía moderna surge en la misma revolución que hemos dado en llamar científica, parece que carece de algunos aspectos fundamentales que sí están presentes en las ciencias, como la capacidad de predecir, la reproducibilidad o el estar libre de escuelas de pensamiento como guía a la hora de interpretar los resultados. Los partidarios del no terminan afirmando que no reúne, ni por aproximación, las características definitorias de una ciencia como la física. Sin embargo, puede que el acceso a cantidades ingentes de datos y a la capacidad de analizarlos terminen convirtiendo la economía en una de las ciencias físicas: la econofísica.
Un ejemplo típico de la falta de capacidad de predecir de la economía es la evolución de los mercados (no nos engañemos, el llamado análisis técnico es poco menos que astrología), sobre todo los pánicos y las euforias. Un físico podría estudiarlo usando un modelo desarrollado originalmente para para tratar muchas partículas que interactúan dando lugar a fenómenos como el magnetismo, algo que para un economista podría sonar a chino. Después de todo tanto los fenómenos físicos como los económicos podrían poseer características universales que podrían ponerse de manifiesto usando las herramientas de la física, tal y como se ponen de manifiesto en el estudio de los llamados sistemas complejos. La principal diferencia entre física y economía la introducen los humanos (y es la que hace inválido el análisis técnico como herramienta útil en bolsa): en los mercados financieros, y en los sistemas económicos en general, las acciones de hoy se ven influenciadas por la percepción de los acontecimientos futuros.
Tanto los fenómenos físicos como los económicos podrían poseer características universales
Esto puede parecer muy teórico y lejano. Pero el debate sobre la viabilidad de la econofísica está encima de la mesa. Tanto es así que el European Physical Journal ST le ha dedicado un número monográfico.
Hasta la fecha la econofísica se ha centrado mayoritariamente en elucidar las propiedades de mercados financieros, redes económicas complejas, distribución de ingresos/riqueza y toma de decisiones estratégicas, con la idea en mente de desarrollar una teoría de los sistemas económicos como las que describen los fenómenos críticos en los sistemas físicos. Una teoría que pueda explicar su funcionamiento en las proximidades de un punto crítico independientemente de las características concretas a nivel micro.
Una de las conclusiones que parecen surgir de los artículos de este número especial es que la idea de universalidad puede que sea la excepción más que la regla en los sistemas económicos y sociales. Otra, no menos importante, es que hasta ahora los modelos de la econofísica han sido simplistas más que simples, tanto es así, que ningún modelo econofísico ha demostrado ser superior a un modelo económico estándar.
De momento ningún modelo econofísico ha demostrado ser superior a un modelo económico estándar
¿Significa esto que la econofísica no tiene sentido? En absoluto. El acceso a gigantescas cantidades de datos y la mayor disponibilidad de capacidad de cálculo computacional hace que ahora la econofísica tenga más sentido que nunca.
Ya existen las primeras historias de éxito de la econofísica. Entre ellas la ley de la inversa del cubo para la distribución de las fluctuaciones de los precios de acciones e índices bursátiles (por cierto, en el electromagnetismo también aparece el inverso del cubo) y el análisis de redes económicas basado en los análisis físicos de grandes redes complejas.
Puede que con el tiempo y los modelos adecuados la econofísica tenga la misma capacidad predictiva que otras ramas físicas que estudian sistemas complejos, como la meteorología.
Referencia: Can economics be a physical science? S. Sinha, A. S. Chakrabarti, and M. Mitra (Eds.), Eur. Phys. J. Special Topics 225/17 (2016)