La cena es quizá lo más difícil de controlar cuando intentamos cuidarnos. Además, tenemos clavado a fuego la frase: "Desayuna como un rey, come como un príncipe y cena como un mendigo". Sin embargo, cuanto más sabemos de nutrición más nos damos cuenta de que esta premisa no tiene por qué ser cierta, pues el asunto no es tanto cuánto comas sino el qué.
Muchas personas creen además que si se saltan la cena conseguirán adelgazar más pronto o más rápido, ya que el metabolismo suele ralentizarse una vez que cae la noche y por tanto se paraliza la quema de grasa. Y aunque tiene su sentido, es un error, pues en vez de hacer perder peso al que lo realiza le lleva a justo lo contrario.
El error garrafal que cometes con tus cenas y que te hace engordar
Una investigación publicada en la revista Nutrients sugiere que si uno desea evitar el aumento de peso no debe bajo ningún concepto saltarse la cena.
Investigadores de Japón analizaron los datos de horarios de las comidas de más de 25.000 estudiantes universitarios y evaluaron los efectos de saltarse las tomas. Dentro de un marco de tiempo de observación de tres años, descubrieron que saltarse la cena era el mayor predictor del aumento de peso y del desarrollo posterior de la obesidad, y que en cambio saltarse el desayuno o el almuerzo no provocaba dichos efectos.
Así, se halló que tanto en hombres como en mujeres, saltarse la cena resultó en al menos un 10% de aumento de peso.
"Muchos estudios han demostrado una conexión entre la baja frecuencia de las comidas y el sobrepeso", asegura el coautor del estudio, Toshiki Moriyama. "Esa asociación ha sido ampliamente estudiada en cuanto al desayuno, pero no para el almuerzo o la cena. La conclusión que hemos obtenido es que realmente saltarse la cena tiene una consecuencia".
Por qué saltarse la cena hace engordar
Una posible razón de la asociación entre saltarse la cena y el aumento de peso podría ser el aumento del consumo calórico al día siguiente. Además, podría haber un fuerte vínculo entre la calidad de la dieta y saltarse la cena, una asociación que también ha destacado investigaciones anteriores.
Un estudio publicado en The Journal of Nutrition descubrió que las personas que se saltan la cena tienden a comer comidas menos saludables con el tiempo y que tienen un consumo particularmente bajo de proteínas de calidad.
Así pues, lo mejor para prevenir el aumento de peso, adelgazar y/o estar sano es distribuir con cabeza las comidas a lo largo del día y escuchar al cuerpo: darle lo que pide y cuidarlo. Y, sobre todo, no saltarse ninguna comida, ya que se ha demostrado que no nos proporciona ningún beneficio a largo plazo.
Aunque, como siempre te decimos, lector, no tomes ninguna medida sin consultarlo antes con un nutricionista o dietista, pues cada organismo necesita unas pautas personalizadas.
Ideas para hacer una cena sana, 'light' y barata
Además, no es bueno no cenar nada. Si nos acostarnos con hambre corremos el riesgo de no dormir bien y levantarnos a altas horas de la madrugada con dolor de tripa. Por eso, lector, te vamos a dar ideas de cenas fáciles de hacer, baratas, sencillas y sanas.
Lo ideal es que bases tus cenas en proteínas y alimentos de baja carga calórica, como las verduras y hortalizas. Una cena perfecta sería una pieza de carne magra (pescado, pollo...), hecho a la plancha o al horno, acompañado de una buena ración de verduras. Las que más sacian, e ideales para esta época del año, son la lechuga, las coles de bruselas, la coliflor, las judías verdes...
Estas verduras de hoja verde puedes hacerlas cocidas añadiendo un pelín de sal, y si así te parecen muy sosas puedes rehogarlas en la sartén con un poco de aceite de oliva y ajo. Asimismo, si eres de los que tiene buen saque, sería recomendable que añadieras un caldito de verduras o una clara de huevo, para así llenarte más rápido sin poner en riesgo tu silueta.
También es importante aprovechar las posibilidades que te brindan las secciones de congelados de los supermercados: verduras, menestras, arroz tres delicias...
Aunque, eso sí, debes decir 'no' a los platos precocinados (incluso los congelados, ten cuidado), sí que puedes hacerte con un buen arsenal de pescado y verduras congeladas para tener a mano cuando quieras. Vuelta y vuelta a la sartén, y listo.