Tener energía con la llegada del otoño y el invierno a la vuelta de la esquina no es una tarea demasiado sencilla y hay días que se hacen cuesta arriba porque no tenemos ganas de hacer nada debido a la falta de motivación o energía física. Pero debemos pensar que esto hace que se presente una oportunidad perfecta para renovar nuestras rutinas de ejercicio y adoptar hábitos que favorezcan nuestro bienestar integral.
Prestar atención a nuestra energía es importante, especialmente en esta época del año, cuando los cambios de horario y la disminución de la luz solar pueden afectar nuestro bienestar. La clave está en mantener un equilibrio saludable entre lo que consumimos y lo que generamos, permitiéndonos así cumplir con las demandas del mundo exterior mientras cuidamos de nuestro ‘cuerpo interior’.
Cómo recuperar la energía
Verónica González, Health Trainer, nos recuerda la importancia de cuidar de nuestra salud física y mental para afrontar la temporada con vitalidad. Implementar pequeños cambios en nuestra rutina diaria, desde ajustar nuestros horarios de sueño hasta mantener relaciones personales enriquecedoras, puede marcar una gran diferencia en cómo nos sentimos día a día.
Es común sentir fatiga rápidamente durante esta temporada, pero se pueden implementar pequeñas acciones para reponernos tanto física, como mentalmente. Verónica González, profesora especializada en GYROTONIC® y consejera de alimentación, comparte con nosotros estos siete consejos para recargar la energía y afrontar esta estación con vitalidad:
1. Establece y respeta tus horarios: Crear hábitos con horarios regulares es fundamental. Intenta mantener tres comidas principales al día con porciones moderadas, y establece horarios fijos para acostarte y levantarte. Dormir y despertar temprano no solo beneficia tu salud, sino que también proporciona más energía y vitalidad a lo largo del día.
2. Incorpora actividad física diaria: Dedica al menos 30 minutos al día a hacer ejercicio. Alternar diferentes tipos de deporte es muy enriquecedor. Asegúrate de incluir ejercicios que trabajen en la respiración, la flexibilidad y la fuerza. Además, los estiramientos dinámicos son perfectos para relajar cuerpo y mente, ya que ayudan a mantener la concentración y a equilibrar tus obligaciones.
Apuesta por relaciones saludables también para cargarte de energía. Foto: Pixabay.
3. Haz pausas durante tu jornada: No subestimes la importancia de los descansos. A lo largo del día, asegúrate de tomarte breves momentos para relajarte y recargar energías. Si un evento o tarea te demanda mucha energía, compénsalo con actividades que te resulten placenteras y que te permitan desconectar.
4. Limita los ‘ladrones de energía’: Los dispositivos electrónicos, como móviles y ordenadores, pueden consumir gran parte de tu energía sin que te des cuenta. Si bien es fácil distraerse, es importante limitar el tiempo que pasas frente a estas pantallas. Intenta dedicar ese tiempo a actividades más significativas y enriquecedoras, que te llenen de energía en lugar de agotarte.
5. Conecta con la naturaleza (Grounding): Siempre que sea posible, sal al aire libre. La luz natural, especialmente si puedes disfrutar del sol, es esencial para tu bienestar. Si pasas mucho tiempo en interiores, aprovecha para dar un paseo, respirar aire fresco y caminar descalzo sobre la tierra. También puedes sumergirte en actividades creativas que despierten tu imaginación y te hagan sentir alegría, como bailar, practicar cerámica, tomar fotos o escuchar música.
6. Cultiva relaciones personales auténticas: Rodéate de amigos con los que puedas disfrutar de tiempo de calidad. La socialización física y la comunicación personal son una fuente de energía vital, y compartir momentos con quienes te agradan fortalece tus conexiones emocionales y te recarga.
7. Establece un buen ritual de sueño sin pantallas: Asegúrate de acostarte temprano y de desconectar de las pantallas al menos dos horas antes de dormir. Utiliza este tiempo para leer, realizar estiramientos suaves o meditar. Estas actividades te ayudarán a lograr un descanso más profundo y reparador.
Qué deberías comer
Además de estos consejos, tener energía durante toda la jornada también depende de nuestra alimentación y estilo de vida. Durante los meses de otoño e invierno, en los que hay menos luz y los días son más largos, es común sentir más fatiga debido a la falta de luz solar y el frío, que puede aumentar el consumo de energía del cuerpo. Para combatir esta falta de energía, es clave ajustar la dieta a alimentos ricos en nutrientes que fortalezcan el sistema inmunológico y aporten energía sostenida.
Comer bien en estos meses de frío no solo mejora la energía física, sino también el estado de ánimo, ayudando a combatir el bajón invernal que nos hace sentir más apáticos. Mantener una dieta equilibrada y bien variada es muy importante para sentirse mejor durante los próximos meses.
La alimentación es fundamental en invierno para recuperar la energía. Foto: Pixabay.
La importancia de las proteínas de alta calidad. Ayudan a reparar los tejidos y mantener la masa muscular, fundamental para el bienestar durante el invierno. Los huevos son una buena fuente de proteínas, vitamina D y B12, lo que favorece la energía y la salud del sistema inmunológico. También las legumbres (lentejas, garbanzos, alubias), ricas en fibra y proteína vegetal, ideales para mantener la energía; y las carnes magras y el pescado, como el salmón, que también es rico en ácidos grasos omega-3, conocidos por mejorar el estado de ánimo y reducir la fatiga.
Grasas sí, pero saludables. Aunque en invierno podemos caer en la tentación de comer más alimentos ricos en grasas, lo ideal es apostar por las grasas saludables que proporcionan energía a largo plazo y ayudan a absorber vitaminas esenciales. Puedes incluir en tus comidas aguacate, rico en grasas saludables, vitaminas y minerales; frutos secos y semillas, que aportan energía y son ricas en magnesio, fundamental para combatir la fatiga, y el aceite de oliva virgen extra.
¿Qué son los carbohidratos complejos? Son aquellos que proporcionan una fuente de energía constante y duradera. Los encontrarás en la avena, rica en fibra y carbohidratos de digestión lenta, y que te mantendrá saciado y con energía durante más tiempo; y en el arroz integral, la quinoa y las batatas, que contienen carbohidratos integrales que ayudan a estabilizar los niveles de azúcar en sangre.
Vitaminas y minerales clave. Una de las esenciales es la vitamina D, ya que en invierno la exposición al sol es limitada, por lo que puedes obtenerla de alimentos como pescados grasos (salmón, atún), yema de huevo, y productos fortificados como la leche. El hierro es también fundamental para prevenir la fatiga. Incluye espinacas, carnes rojas magras, lentejas, y quinoa. También toma alimentos con vitamina C para reforzar el sistema inmunológico. Puedes optar por frutas cítricas (naranjas, kiwis), pimientos rojos y brócoli.
Un chute de energía natural. En lugar de tomar bebidas azucaradas o refrescos, apuesta por el té verde o té matcha, que son fuentes de cafeína natural y antioxidantes que pueden aumentar la energía sin los picos bruscos del café o la cafeína. También puedes probar infusiones con jengibre, que es antiinflamatorio y estimulante, ideal para calentar el cuerpo y mejorar la circulación en invierno.
No olvides los alimentos ricos en fibra. La fibra ayuda a estabilizar el azúcar en sangre y te mantiene saciado por más tiempo, evitando los bajones de energía. Puedes incluir en tu dieta diaria verduras de hoja verde (espinacas, acelgas, col rizada), que son ricas en fibra, hierro y magnesio, claves para combatir la fatiga, y también frutas de invierno como manzanas, peras, y naranjas, que además aportan vitamina C y antioxidantes.
Un toque dulce. Una pequeña cantidad de chocolate negro (con un 70 por ciento de cacao como mínimo) puede mejorar el estado de ánimo y proporcionar un impulso de energía gracias a su contenido en antioxidantes y teobromina.