En los últimos años, han sido muchos los planes para adelgazar que han ganado popularidad. Planes como la dieta de la alcachofa, la dieta del metabolismo acelerado o la dieta Scardale que continúan sumando seguidores. Tantos como los que públicamente defienden los beneficios de la dieta alcalina, un programa de alimentación que, aseguran, no solo ayuda a perder peso.
Considerada una de las dietas más famosas, son muchos los rostros conocidos que han confesado seguir las pautas de la dieta alcalina, un plan que según sus defensores ayuda a adelgazar, a desintoxicar el cuerpo e incluso a prevenir enfermedades. Unas promesas que también le han valido la desconfianza, e incluso el rechazo, de un buen número de expertos.
¿Qué es la dieta alcalina?
Argumento de muchos libros y objetivos de numerosos estudios, la dieta alcalina tiene como base la creencia de que algunas enfermedades se desarrollan en un medio ácido, por lo que para prevenirlas, es necesario alcalinizarlo, es decir, aumenta el pH de nuestro organismo. Algo que este plan sostiene que se puede conseguir a través de la alimentación.
Para ello, la dieta alcalina clasifica los alimentos en dos grandes grupos, los alcalinos y los ácidos (o lo que es lo mismo, alcalinizantes y acidificantes) y un tercero intermedio, denominados neutros.
Según los defensores de la dieta alcalina, son muchos los beneficios que esta proporcionan, entre ellos:
- Mejora el rendimiento deportivo
- Favorece las digestiones
- Ayuda a depurar el organismo
- Proporciona una mayor energía
- Ayuda a reforzar el sistema inmunitario
¿Cuáles son los alimentos alcalinos permitidos y los ácidos prohibidos?
Así, este plan establece que la alimentación diaria debe incluir un 80 por ciento o más de alimentos alcalinos y un 20 por ciento o menos de los neutros o moderadamente acidificantes, desaconsejando el consumo de los altamente ácidos.
Aunque en algunos casos pueda haber matices, la clasificación de los alimentos de la dieta alcalina es:
- Alimentos alcalinos: pepino, brócoli, berenjena, espinacas, judías verdes, aguacate, alcachofa, tomare, lechuga, limón, almendras, quinoa, lentejas, zanahorias, coliflor, aceite de oliva, patatas…
- Alimentos neutros: garbanzos, melón, sandía, ciruela, anacardos, nueces, arroz, pasta integral, manzana, plátano, avellanas, naranjas, uvas…
- Alimentos ácidos: la carne roja, la de pollo y cerdo, marisco, lácteos, café, té, bebidas alcohólicas, chocolate, huevos, bollería, sal, azúcares…
Críticas y contraindicaciones de la dieta alcalina
Como ocurre con otros planes que restringen grupos alimenticios, a la dieta alcalina también le han salido críticos que advierten de las consecuencias que las deficiencias nutricionales pueden ocasionar en personas con algún tipo de afección o problema de salud. Así, aunque la base de esta dieta que defiende el consumo de frutas y verduras es saludable, recomiendan consultar con un especialista antes de poner en marcha esta o cualquier otro tipo de dieta, con el fin de confirmar nuestro buen estado de salud.
Según apuntan los expertos, la promesa de prevenir o evitar enfermedades como el cáncer, la obesidad o la diabetes ha hecho que esta dieta gane popularidad. Algo con lo que aseguran hay que tener especial cuidado, ya que, según diversos estudios, no cuenta con una evidencia científica concluyente que lo respalde.
Además, en los últimos tiempos, diferentes investigaciones tratan de desmontar la base sobre la que se apoya la dieta alcalina. Así, señalan que el pH no es igual en todo el organismo, por lo que no se puede hablar, tan en términos generales, de una necesidad de alcalinizarlo.
Aún así, también son muchos los expertos que defienden este plan de alimentación, sobre todo por la prioridad que establece a alimentos frescos y saludables por encima de otros que no lo son tanto. Algo que, según apuntan autoridades como la Organización Mundial de la Salud, es la base de cualquier dieta sana y equilibrada.