En los últimos tiempos, cuidarse está más de moda que nunca. Por eso, somos muchos los que buscamos las mejores pautas alimenticias para mantenernos sanos prestando especial atención a los denominados superalimentos. Esos poderosos alimentos a los que se les atribuyen numerosas propiedades, como es el caso del trigo sarraceno.
Considerada una de las semillas más consumidas, el trigo sarraceno -también conocido como alforfón- es en realidad un pseudocereal originario de Asia central que desde hace unos años ha ganado popularidad sustituyendo incluso al trigo convencional.
Propiedades y beneficios del trigo sarraceno
Gracias a sus valores nutricionales y a sus numerosas propiedades, son muchos los expertos y organismos que recomiendan su consumo, entre ellos la Agencia Española de Consumo Seguridad Alimentaria y Nutrición (AECOSAN) y la Fundación Española de la Nutrición (FEN).
Fuente de vitaminas (principalmente del grupo B) y minerales (como el manganeso, el magnesio, el cobre o el fósforo), el trigo sarraceno es especialmente admirado por su alto contenido en proteínas (en torno a 13 gramos por cada 100) y en fibra (unos 17 gramos por cada 100). Además, es bajo en grasa (3,3 gramos por cada 100) y no tiene gluten.
Estas son algunas de las propiedades y beneficios que han convertido al trigo sarraceno o alforfón en un admirado tesoro nutricional:
- Mantiene la salud del corazón: el trigo sarraceno reduce los niveles del llamado colesterol malo por lo que es un gran aliado del corazón. Es el pseudocereal más rico en rutina, un poderoso antioxidante que disminuye la inflamación, reduce la presión sanguínea y el riesgo de tener un ataque al corazón.
- Regula el tránsito intestinal: los expertos recomiendan llevar una dieta rica en fibra, y el trigo sarraceno cuenta con una interesante cantidad superior a la de otras semillas como la quinoa o el amaranto. Por ello, favorece la función digestiva e intestinal, combatiendo el estreñimiento.
- Mantiene a raya el apetito: otra de sus cualidades es su capacidad para saciar el apetito. Gracias a sus niveles de fibra, regula la absorción lenta de azúcares y produce sensación de saciedad. Además, cuenta con fagomina, una molécula que ayuda a controlar la sensación de hambre y ayuda a reducir la obesidad. También es un aliado en las dietas para adelgazar.
- Indicado para personas con diabetes: en comparación con otras semillas y cereales, el trigo sarraceno tiene un índice glucémico muy bajo por lo que su consumo no causa picos de glucemia muy altos.
- Apto para celíacos: al no tener gluten, esta semilla se ha convertido en una excelente opción para las personas con celiaquía. Además, sustituir otros granos por el trigo sarraceno o alforfón también puede beneficiar a personas con trastornos digestivos como el síndrome del intestino permeable.
- Fuente de proteína vegetal: tal y como comentábamos, este alimento es admirado por su aporte en proteínas de alta calidad, superior al de la mayoría de los cereales integrales. Por cada 100 gramos de trigo sarraceno, encontramos hasta 13 gramos de proteína
- Mejora el ánimo: según los expertos, su riqueza en carbohidratos, vitaminas del grupo B, magnesio y lisina hace que el trigo sarraceno sea recomendado en casos de cansancio, fatiga o ansiedad.
Cómo consumir el trigo sarraceno
Este admirado alimento es muy versátil, y además de encontrarlo en varios formatos (crudo, germinado, en harina, en copos e incluso como leche) es perfecta para acompañar nuestros platos.
Este pseudocereal cuenta con una textura distinta y un sabor más fuerte que el de otros granos como la avena, el arroz o el trigo convencional, hay para quien resulta incluso un poco amargo, sobre todo en el caso del trigo sarraceno tártaro, mientras que el común, es más dulce.
Es ideal como guarnición de carnes y pescados, muy sabroso para los guisos e ingrediente estrella de repostería, ensaladas, zumos o batidos.
