Ahora, con la llegada del buen tiempo, son muchos los que se han propuesto adelgazar, pero pocos saben que perder kilos no es lo mismo que perder grasa. Pasan los días y vemos cómo, poco a poco, los números que marca la báscula comienzan a descender.
Pero ¿cómo saber si lo que estamos perdiendo es músculo, agua o grasa? Obviamente, lo que nos conviene, si creemos que estamos pasados de peso, es perder la grasa acumulada, que es justo la que más tarda en irse. Veamos cómo y cuándo podemos deshacernos de ella.
Cómo saber si estás perdiendo la grasa acumulada (y no sólo peso corporal)
Cuando perdemos peso lo hacemos en dos etapas. En la primera, adelgazamos muy rápido y muchos kilos (cuantos más nos sobren, más kilos adelgazaremos), y en la segunda el adelgazamiento se ralentiza y vamos bajando kilos muchísimo más lento. Es justo en esta segunda etapa cuando la grasa comienza a desaparecer.
Así, en la primera etapa de la pérdida de peso suele darse entre las primeras 4 a 6 semanas. La mayor parte de la pérdida de peso en esta etapa proviene de las reservas de carbohidratos, las proteínas y el agua y, en menor medida, de la grasa corporal.
La pérdida de peso será más rápida en esta etapa en aquellos que siguen una dieta cetogénica, ya que agotan las reservas de carbohidratos del cuerpo mucho más rápido.
Al margen, en esta primera etapa también se ha detectado que los hombres suelen perder peso mucho más rápido que las mujeres.
Una vez pasado este mes y medio del plan de adelgazamiento, el cuerpo comienza a tirar de las reservas de grasa para funcionar. Es por ello que la pérdida de peso se ralentiza.
Es importante no desanimarse en esta etapa, ya que muchos se desesperan al ver que no adelgazan nada y hacen todo como siempre. Pasado este mes y medio, además, es posible que se alcance una meseta en la pérdida de peso, y que esto suceda porque el metabolismo se ha ralentizado. Esto suele ocurrir especialmente a aquellos que siguen regímenes demasiado estrictos y bajos en calorías: el cuerpo ve que está perdiendo mucho peso e intenta no quemar muchas calorías para tener de sobra y sobrevivir a la "hambruna".
Si pasado un tiempo vemos que no conseguimos perder más peso y que nos hemos estancado, es hora de revisar el plan y ver qué puede estar fallando.
Un plan que incluya proteínas y ejercicio
Los expertos consideran que comer alimentos proteicos y hacer ejercicio para crear un déficit calórico puede potenciar la quema de grasa del cuerpo.
Si no somos fans del ejercicio debemos movernos sí o sí para evitar permanecer en la meseta de pérdida de peso. Una opción es salir a andar. A pesar de su simplicidad, caminar puede tener beneficios efectos. Las investigaciones publicadas hasta la fecha detallan que andar puede reducir los factores de riesgo cardiovascular, el índice de masa corporal (IMC), la circunferencia de la cintura y la incidencia de padecer afecciones de salud mental, como ansiedad y depresión.
Si caminas durante 4 días a la semana unos 16 km/día, y no cambias nada tu dieta, podrás perder hasta medio kilo de grasa por semana
La cantidad exacta de calorías que puedes quemar si andas depende de tu peso corporal y de la velocidad de tu metabolismo. En general, puedes esperar quemar entre 700 y 1000 calorías en el transcurso de una caminata de 16 kilómetros. Más o menos, se necesitan 13 minutos para avanzar un kilómetro a paso lento, así pues, cuando más rápido andes, menos te llevará consumir las calorías.
Los expertos recomiendan andar 16 kilómetros al día si lo que se busca es perder peso. Recuerda que para perder medio kilo debes quemar 3.500 calorías, así pues, cuando más andes, más posibilidades tienes de adelgazar más rápido.
Teniendo esto en cuenta, si caminas durante 4 días a la semana unos 16 km/día, y no cambias nada tu dieta, podrás perder hasta medio kilo de grasa por semana, asegura el entrenador personal Daniel Bubnis.