El embarazo es una época en la que la mujer sufre numerosos cambios en su cuerpo y esto puede afectar también a su bienestar sexual e incluso al deseo sexual durante esos meses. A medida que avanza el viaje del embarazo, es importante que las futuras mamás den prioridad a su bienestar, también en el tema de las relaciones sexuales.
Mantener la intimidad en una pareja o en solitario durante este periodo de transformación puede tener un impacto significativo en la salud sexual y el bienestar de la mujer; por no hablar de que puede ayudar a fomentar la conexión emocional y reducir el estrés en la pareja. La experiencia personal de muchas madres, actuales y futuras, ha alimentado que la positividad corporal y el autocuidado sean temas más recurrentes e importantes en la sociedad moderna. Cada vez más mujeres sienten la necesidad de sentirse sanas y fuertes, especialmente durante y después del embarazo.
También se habla cada vez más y con más valentía de las experiencias con la depresión y la ansiedad posparto, lo que le da una perspectiva única y la capacidad de empatizar con quienes pueden estar luchando con problemas de salud mental similares. Acabar con el tabú que rodea al bienestar sexual durante el embarazo pasa por fomentar conversaciones más abiertas y honestas. Si se da prioridad al bienestar sexual durante el periodo prenatal, los futuros padres podrán recorrer este viaje con confianza y alegría.
Excitación y embarazo
El embarazo es una experiencia única y no hay dos embarazos exactamente iguales. Los cambios hormonales pueden provocar cambios físicos y emocionales, y es esencial comprender cómo estos cambios pueden afectar a la sexualidad. “Las embarazadas pueden experimentar períodos de mayor excitación debido a los cambios hormonales, sobre todo en el segundo trimestre. Esto varía mucho de una mujer a otra, dependiendo de cómo vivan la experiencia, de los síntomas que experimenten, de cómo perciban su atractivo físico con los cambios corporales…”, comenta Ana Lombardía, experta en bienestar y salud sexual colaborando con Womanizer.
El embarazo, aunque es una época hermosa, puede ser bastante incómodo, por lo que es importante dar prioridad a la salud pélvica. Las hormonas pueden relajar músculos y esfínteres, provocando incontinencia urinaria. Es esencial buscar el asesoramiento de un fisioterapeuta especializado en el suelo pélvico para saber cómo relajarlo para permitir el paso del bebé durante el parto. Además Ana añade que “explorar distintas posturas sexuales con la pareja puede ser divertido y excitante, y hacia el final del embarazo, la estimulación sexual y los orgasmos pueden incluso ayudar a inducir el parto”.
El sexo es positivo durante los meses de gestación aunque siempre debemos contar con la opinión de nuestro médico si tenemos algún riesgo, complicaciones como un parto prematuro o problemas con la placenta. Durante las relaciones sexuales se libera oxitocina, los músculos de la pelvis están más irrigados y hay más flujo sanguíneo, aunque también hay estudios que afirman que el 54 por ciento de las gestantes carecen de apetito sexual durante el primer y último trimestre de embarazo.
Sexo durante el embarazo
Para las parejas a las que aún les gustaría experimentar el sexo con penetración, los lubricantes a base de agua pueden ayudar a reducir las molestias, y adaptar las posturas también puede ayudar con los cambios corporales.
“La comunicación con la pareja es crucial para identificar lo que resulta cómodo y lo que no, y dedicar tiempo a los preliminares y la exploración puede ayudar al cuerpo a adaptarse. Puede que algunas mujeres ya no deseen sexo con penetración, o que en algunos casos el médico se lo haya desaconsejado, lo que da a la pareja la oportunidad de explorar distintas zonas erógenas o experimentar con masajes”, afirma la experta.
Cada embarazo es único, y es importante comunicarse abiertamente con la pareja y el profesional sanitario para encontrar lo que mejor funciona. Aquí te dejamos algunas opciones para disfrutar de bienestar sexual y placer durante el embarazo:
1. Masaje sensual: Un masaje en pareja puede ser una forma estupenda de explorar la intimidad física sin practicar sexo con penetración. Este tipo de actividades pueden ayudar a reducir el estrés y favorecer la relajación de la mujer durante los meses de gestación. Además, es una forma divertida de conectar con la pareja y mantener esos momentos solo para vosotros. Un consejo: apagad los móviles, encended unas velas y disfrutar de ese ratito de relax.
2. Sexo sin penetración: En las relaciones sexuales no todo tiene que terminar en un coito. Puedes apostar por actividades como el sexo oral o la masturbación mutua. Estas actividades pueden ayudar a mantener la intimidad física a la vez que se adaptan a los cambios corporales que la mujer pueda ir viviendo.
3. Exploración con juguetes sexuales: Estos accesorios pueden ayudar a potenciar y prolongar sensaciones que no podemos producir con nuestras propias manos, gracias a pulsaciones y vibraciones. Pueden ayudar sobre todo cuando la movilidad para llegar a determinadas zonas es limitada.
“Los juguetes sexuales pueden ser una excelente forma de que las embarazadas conecten con su cuerpo y exploren el placer sexual de forma segura y cómoda. Además, incorporar juguetes sexuales a las relaciones sexuales en pareja puede ayudar a las parejas a mantener la intimidad y explorar nuevas formas de placer”, finaliza Ana.
4. Besos y abrazos: No hay nada mejor que sentir cerca a la otra persona y esto se puede hacer con abrazos o caricias improvisadas o besos tiernos. Estas actividades pueden favorecer la intimidad emocional y física sin necesidad de relaciones sexuales plenas.
5. Exploración mutua: Se trata de explorar el cuerpo del otro sin penetración. Puede ser una forma estupenda de fomentar la intimidad y aumentar el deseo sexual.
6. Comunicación y apoyo emocional: Esto incluye una comunicación abierta y honesta sobre los deseos y preocupaciones sexuales, así como ofrecer apoyo emocional durante los cambios y retos del embarazo. Durante el embarazo, muchas mujeres experimentan cambios en su cuerpo que pueden hacer que la actividad sexual resulte difícil o incómoda.