Disfrutar del sexo es uno de los placeres que nos pueden hacer sentir muy bien. Hay ocasiones en las que llegar al orgasmo a la hora de mantener relaciones sexuales puede complicarse y muchas veces depende de factores externos pero también propios. Mantener una vida sexual satisfactoria puede además ayudarnos a cuidar nuestra salud mental como explican muchos estudios recientes.
Dos de cada tres personas no están satisfechas con su vida sexual, según los datos del Proyecto Sex360, el primer estudio realizado por un equipo de profesionales expertos en sexualidad de diferentes disciplinas, unidos para analizar el perfil y las preferencias sexuales de los españoles.
Según este estudio, son las mujeres las que muestran una mayor satisfacción con su vida sexual. Concretamente, son el 35,1% las que así lo afirman, respecto al 28,2% de los hombres. El 60% de los hombres encuestados asegura tener bastante o mucho deseo sexual, un porcentaje que disminuye al 46% en el caso de las mujeres.
Todos en algún momento pueden vivir una frustración sexual, ya que es normal tener sentimientos y sensaciones incómodas cuando se quiere tener sexo y no se puede. Los motivos pueden ser varios: dos personas no son sexualmente compatibles; porque hay un problema con la función sexual; porque alguien está soltero y no encuentra con quien hacerlo, y mil motivos más.
El estrés dentro de una relación de pareja debido a otros tipos de fricción puede deberse también a la falta de sexo, pero también puede ser lo inverso: la falta de sexo puede provenir de la fricción entre dos personas. Si uno de los dos integrantes de la pareja pierde el apetito sexual o se siente en un momento difícil y no tiene ganas de mantener relaciones sexuales, la situación se complica. Debería buscarse ayuda terapéutica pues el sexo es parte importante en una relación de pareja.
Consejos para un sexo más satisfactorio
-Comunicación: Hablar abierta y honestamente con tu pareja acerca de tus deseos, necesidades, fantasías y límites puede mejorar la experiencia sexual. La comunicación transparente puede ayudar a ambos a entenderse mejor y a sentirse más cómodos y conectados durante las relaciones sexuales.
-Exploración: No tengas miedo de experimentar y explorar cosas nuevas en el dormitorio. Prueba diferentes posiciones, juegos previos, juguetes sexuales, fantasías o escenarios. La exploración puede añadir emoción y novedad a tu vida sexual.
-El aquí y ahora: Trata de estar presente en el momento y enfocarte en las sensaciones físicas y emocionales que experimentas durante el sexo. Esto puede ayudarte a disfrutar más plenamente de la experiencia.
-Cuidado personal: Asegúrate de cuidar tu bienestar general. Mantener una buena higiene, hacer ejercicio regularmente y llevar una dieta equilibrada puede mejorar tu estado físico y mental, lo que a su vez puede beneficiar tu vida sexual.
-Práctica y paciencia: A veces, el disfrute sexual se mejora con la práctica y el tiempo. No te desanimes si las cosas no salen perfectamente desde el principio. La paciencia y la disposición para aprender y adaptarse pueden llevar a una vida sexual más satisfactoria con el tiempo.
-Respeto mutuo: Es fundamental respetar los límites y deseos de tu pareja. La confianza y el respeto mutuo son la base de una experiencia sexual satisfactoria y placentera para ambos.
Recuerda que la satisfacción sexual es única para cada persona, y lo que funciona para una pareja puede no funcionar para otra. Experimenta y descubre lo que te hace sentir más cómodo, placentero y satisfecho en tu vida sexual.
Sexo y salud mental
Según nos explican desde Lelo, “es esencial explorar la relación entre el bienestar mental y nuestra vida íntima. Igual que debatimos abiertamente sobre la salud mental, es hora de ahondar también en nuestro placer, el deseo y la sexualidad que pueden desempeñar un papel fundamental en el cuidado de nuestra salud mental”.
No es ningún secreto que nuestra mente y nuestro cuerpo están profundamente entrelazados. Nuestras emociones pueden afectar a nuestro bienestar físico; a la inversa, nuestra salud física puede repercutir significativamente en nuestro estado mental. Y aquí es donde entra en juego el placer que, para sorpresa de algunos, puede influir mucho.
En sus diversas formas, “el placer produce sustancias neuroquímicas, como la dopamina y las endorfinas conocidas por sus propiedades para mejorar el estado de ánimo. Las actividades placenteras, ya sea a través del ejercicio, el arte o las relaciones íntimas, pueden tener efectos positivos en nuestra salud mental. Por lo que alimentar nuestra sensualidad es una manera consciente para reforzar nuestras emociones”, nos explican.
Históricamente, las conversaciones sobre sexo y placer han estado rodeadas de vergüenza y silencio. Pero en la sociedad actual, estamos adoptando una perspectiva más completa del bienestar, rompiendo barreras con conversaciones abiertas sobre la intimidad y el deseo. Los investigadores han empezado a desvelar la conexión entre la satisfacción sexual y la salud mental.
Los estudios sugieren que “las personas que tienen una vida sexual positiva y satisfactoria tienden a experimentar una reducción del estrés, de ansiedad y depresión. La liberación de oxitocina (a menudo llamada la hormona del amor) durante las actividades sexuales fomenta los vínculos afectivos y la sensación de seguridad, lo que contribuye a mejorar el bienestar mental. Además, la confianza y seguridad en uno mismo que se adquieren en la intimidad pueden repercutir en la autoestima y el estado mental general”.
En la masturbación ocurre lo mismo, “los orgasmos desencadenan la liberación de hormonas y sustancias químicas. Estas hormonas nos hacen estar de buen humor, más felices, más contentos, más relajados, y a su vez disminuyen nuestros niveles de estrés y nos ayudan a dormir mejor. Aprender a darse placer a uno mismo también puede mejorar la imagen corporal”.
Además, especialmente en las mujeres, “llegar al orgasmo mediante la masturbación es siempre el primer paso en la terapia para la falta de orgasmos y, por lo tanto, puede conducir a un mayor empoderamiento sexual en general. En resumen, romper los antiguos tabúes sobre la masturbación ha sido un gran paso cultural para continuar aprendiendo y mejorando en torno a nuestra salud mental”, concluyen.