La pereza sexual puede aparecer cuando menos te lo esperas. Tener una relación de pareja estable tiene muchas ventajas pero a veces la rutina o la monotonía pueden adueñarse de tu día a día también si hablamos de relaciones sexuales. A esto es a lo que los expertos llaman pereza sexual y es clave identificarla a tiempo para que no se convierta en una losa en tu relación de pareja.
Con el tiempo la frecuencia en las relaciones sexuales puede disminuir y no siempre esto se debe a un desgaste o a una posible infidelidad por una de las dos partes. El deseo sexual puede tener sus momentos más bajos y esto no significa que hayamos dejado de querer a la otra persona. Las responsabilidades familiares o laborales, la rutina, la maternidad y el estrés pueden influir en esa pereza sexual que nos lleva a que no nos apetezca tener sexo con la frecuencia que quizá nos apetecía antes.
El deseo sexual es la energía que motiva a disfrutar de la sexualidad y, en algunos casos, a compartirla. El deseo sexual te predispone a un encuentro sexual. La pereza sexual es una circunstancia que afecta por igual a hombres y a mujeres. Eso sí, cada pareja es un mundo y cada pareja sabe cuál es la frecuencia con la que mantiene relaciones íntimas, por lo que se dará cuenta de que algo sucede si esta disminuye de manera drástica y sin un motivo aparente.
Según un estudio de 2017 publicado en la revista Archives of Sexual Behavior, las parejas casadas tienen una media de relaciones sexuales (al menos en Estados Unidos) de 56 veces al año, es decir, aproximadamente una vez a la semana. Pero esto es solo un estudio y cada pareja es única y ‘necesita’ una frecuencia u otra para ser feliz. Pero si es algo temporal, no deberíamos preocuparnos, pero sí ponernos manos a la obra para superar ese momento y volver a sentir las ganas de antes de estar con nuestra pareja.
¿Qué es la pereza sexual?
Cecilia Bizzotto, socióloga y portavoz de JOYclub, nos explica cómo en las relaciones a largo plazo, "tendemos a ir a tiro hecho porque sabemos lo que le gusta a nuestra pareja y nos olvidamos muchas veces del slow sex, del disfrute por el disfrute y, sobre todo, dejamos de evolucionar o de plantearnos nuevos escenarios”.
En nuestro imaginario está la idea de que “si mantenemos relaciones sexuales con otras personas es porque no nos parece suficiente nuestra pareja”, describe la experta. “Y no es así”, incide. Entonces ¿cuál es la causa que hace que haya menos deseo sexual? “Todas las parejas pasan por momentos menos fogosos. Siempre que sean temporales, es normal. Pero siempre podemos apostar por probar cosas diferentes y trabajar el deseo. Lo importante es cómo lo haces, no el qué. Para ello hay que centrarse en la comunicación sexual: hay que hacer sentir y decir a nuestra pareja lo que nos atrae, dejando de lado los tabúes”.
Consejos para evitar la pereza sexual
Si no quieres que la pereza sexual se instale de manera constante en tu dormitorio y estás dispuesto a seguir disfrutando del sexo con tu pareja, sigue estos consejos que nos da la experta:
Háblalo con tu pareja. Lo primero es detectar qué te pasa o qué os pasa como pareja. Puede que haya una causa ajena a la relación de pareja o que sea algo que a ambos os afecta u os preocupe. Lo importante es la comunicación también en este aspecto y afrontar así lo que os pasa entre los dos para encontrar una solución.
La rutina es una de las causas más frecuentes de inapetencia sexual o la llamada pereza sexual. Pese a ser una causa frecuente, lo positivo es que luchar contra ella es más fácil de lo que nos pensamos en un primer momento. Basta con ser creativo y sacar un ratito para estar a solas con tu pareja, sin móviles ni familia alrededor.
Apuesta por la innovación y probar cosas nuevas y, sobre todo, trabajar el deseo. Dedica tiempo al sexo y a descubrir qué te gusta y qué no para que sean más satisfactorias y felices para los dos. Encuentra una motivación también en el sexo para que vuelva a divertirte y te haga recuperar la estabilidad en la pareja.
Los besos con lengua no son sólo la antesala al sexo. Un problema frecuente en muchas parejas es que asocian todo tipo de contacto erótico con el sexo. “Hay muchos hombres que sólo achuchan, acarician o besan con lengua a sus parejas cuando quieren sexo”. El problema de esto es que si la otra parte no tiene ganas de mantener relaciones sexuales en ese momento, va a rechazar cualquier contacto cariñoso para evitar conforntaciones o rechazar.
Esto es un error terrible. “Juguetear con caricias, besos y abrazos sensuales a lo largo del día va a hacer que conectemos mucho más con nuestro deseo”, asegura la experta. Así, lo recomendable es aprender a decirnos explícitamente cuándo queremos sexo (y delimitar qué es lo que entendemos por sexo) y dejarnos gozar de otro tipo de interacciones sin que necesariamente impliquen que “acabemos” con relaciones plenas y el orgasmo.
¡A jugar! Una recomendación para combatir la pereza sexual que nos facilita Bizzotto es "buscar juegos para reconectar e innovar". ¿Qué se entiende por innovar? "Todo depende de lo que para ti sea cotidiano. Para algunos innovar es incorporar juguetes eróticos o lubricantes, para otros puede ser innovador abrir la relación". Ya sea que quieras practicar slow sex o sexo tántrico, ninguno de estos deseos debería ser un tema tabú.
Ir a terapia. Si la pérdida de la libido se convierte en algo más duradero y hemos perdido el deseo por nosotras mismas o nuestras parejas, Bizzotto recomienda ir a terapia de pareja. “Y es que muchas veces tenemos insatisfacción porque hemos sido educados en que el sexo tiene que ser ese coito tradicional”.
