Ubicada en el valle del Lozoya, en plena sierra de Guadarrama, Rascafría es la Villa de Madrid de mayor elevación, con una altitud de 1.200 metros sobre el nivel del mar, lo que convierte a esta localidad de alrededor de 1.750 habitantes en un centro de peregrinaje para los amantes del esquí, con la estación de Valdesquí como centro neurálgico.
Como señala Elisa de Castro, técnico de la oficina Turismo de Rascafría, “Rascafría es un lugar de ensueño rodeado de montañas, con preciosas vistas y perfecto para ser visitado en cualquiera de las cuatro estaciones”.
Estos son algunos de sus principales puntos de interés.
Ayuntamiento
Se encuentra ubicado en la plaza de la Villa. Se caracteriza por su fachada neomudéjar, que fue levantada tras un incendio sobre las ruinas del anterior consistorio. Antiguamente albergó la escuela, con una parte para niños y otra para niñas que aún podemos ver perfectamente diferenciadas en el edificio. En contraste con la zona urbana de la entrada, la parte trasera presenta una imagen mucho más bucólica con el transcurso del arroyo del Artiñuelo a sus espaldas.
Iglesia Parroquial de San Andrés Apostol
Situada en la plaza de los Trastámara y perteneciente al Siglo XV, se cree que en su construcción pudo haber participado Juan Gil de Hontañón, vecino de Rascafría, quien también tuvo un papel destacado en la construcción de la capilla de los Reyes en el Monasterio del Paular. Declarada bien de Interés Cultural, su torre alcanza los 22 metros de altura y cuenta con tres naves separadas por arcos de medio punto. En su interior, destacan el púlpito plateresco y la escultura del Siglo XVIII de San Miguel Arcángel.
Tras la caída de un obús durante la Guerra Civil, sus campanas originales quedaron destruidas, siendo sustituidas años más tarde por otras fabricadas con los restos de dos aviones siniestrados en 1955 cerca del puerto de Malagosto.
Bosque finlandés
Este pedacito de belleza escandinava escondido en la Comunidad de Madrid se encuentra en una ruta de senderismo apta para todos loa públicos. El recorrido parte desde el Puente del Perdón y conduce hasta un paraje singular en el que hay un embarcadero, un lago y una pequeña cabaña de madera que en su día se utilizó como sauna.
Una visita que Elisa de Castrto recomienda hacer en invierno ya que “ es posible que esté nevado y que las aguas del lago se hayan helado, con lo que el conjunto ofrecerá una preciosa estampa digna de un cuento de hadas”.
Real Monasterio de Nuestra Señora de Santa María de El Paular
Uno de los grandes tesoros históricos y arquitectónicos de Rascafría es el Monasterio de El Paular. Su construcción data del año 1390. Originalmente concebido como cartuja, en su construcción participaron arquitectos de renombre como Juan Guas o Rodrigo Gil de Hontañón. En su diseño confluyen elementos góticos, renacentistas y barrocos. El conjunto monástico tiene una planta de contorno irregular, con varios grupos diferenciados como el claustro de los monjes, la iglesia, los aposentos reales y la zona dedicada a los frailes.
Hoy, el Paular cuenta con una pequeña comunidad de monjes que viven la vida monástica según los preceptos transmitidos por San Benito.
Puente del Perdón
Antes del puente actual existió uno anterior que fue levantado en 1302, justo enfrente del monasterio de Santa María de El Paular, para sortear el curso del río Lozoya. Las crecidas del río y la dura climatología invernal del valle acabaron deteriorándolo gravemente, por lo que fue reemplazado por uno nuevo a mediados del siglo XVIII.
El puente actual está construido con sillería de granito y tiene tres arcos de medio punto y dos descansaderos con bancos de piedra levantados sobre los pilares.
Debe su nombre al hecho de que era el lugar en el que antiguamente las autoridades del pueblo celebraban los juicios. Allí los reos apelaban su sentencia. Si eran perdonados, volvían a sus casas. Si no, eran conducidos hasta la Casa de la Horca, a unos dos kilómetros de distancia, donde eran ejecutados.
En la actualidad, el caserón que antecede al Puente del Perdón en la ribera izquierda del Lozoya es el centro de gestión del Parque Natural de Peñalara. Junto a este edificio, se encuentra el Centro de Educación Ambiental Puente del Perdón, donde se informa sobre las rutas a realizar por la zona, además de organizarse distintas actividades de educación ambiental,
Área de las Presillas
Se trata de una zona de río con tres pozas en las que está permitido el baño. Una zona en la que, especialmente los en los meses de verano, “vienen multitud de turistas a refrescarse y escapar del calor propio estival", comenta la Técnico de Turismo de Rascafría.
En definitiva, resume Elisa de Castro, “Rascafría ofrece un sin fin de opciones culturales, de ocio, gastronomía, deportes y en cualquier época del año. Sin duda, merece la pena venir unos días a recorrer sus rincones y disfrutar de este maravilloso paraje natural”.
Más información
www.rascafria.org/turismo/informacion-turistica/
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