Los deportes de equipo, uno de los habituales mayores motivos de orgullo de la delegación española, se han estrellado en Río contra el muro de los cuartos de final. España se presentó en Brasil con su mayor representación olímpica en disciplinas grupales: nueve selecciones y presencia en todos los deportes de equipo salvo el voleibol. Solo el país anfitrión, que clasificaba a todos sus combinados de manera automática, comenzó la competición con más.
Sin embargo, el botín de preseas ha sido mucho menor que el esperado. La selección femenina de balonmano (los chicos no fueron a tierras cariocas tras estrellarse en el Preolímpico frente a Eslovenia) perdió 26-27 contra Francia después de irse al descanso ganando por siete goles y completando un partidazo (sobre todo, en el caso de su portera, Silvia Navarro). Y la selección masculina de waterpolo, que había quedado primera de grupo, cayó por 10-7 contra la campeona del mundo, Serbia, posterior medalla de oro.
Recordemos que en los primeros días de los Juegos también se había esfumado cuartos de final la selección femenina de rugby, mientras que la masculina no pasó de la primera fase. Eso es algo que no le pasó al waterpolo femenino, que tenía asegurada la clasificación porque solo competían ocho equipos. Sin Jennifer Pareja, comenzó la competición con una contundente derrota contra Estados Unidos y la cerró con un 12-10 en contra frente a Rusia.
También se despidieron en su día otros combinados prometedores, como la selección femenina de hockey, a la que apabulló Gran Bretaña; y la masculina, que olía a medalla revelación hasta que se encontró con Argentina, luego sorprendente campeona, con la que cedió por 1-2 tras un gol en el último minuto.
En Londres 2012, España ganó tres medallas en deportes de equipo: la plata en el baloncesto masculino, la plata en el waterpolo femenino y el bronce en el balonmano femenino. Río sólo ha podido rememorar el metal de los Pau Gasol y compañía, que han sido bronce. La histórica segunda plaza, en esta ocasión, ha sido para las chicas de Lucas Mondelo, que se marcharon del Carioca Arena 1 sintiendo que les colgaba del cuello una plata dorada.