Si McLaren no se hubiera asociado con Honda es más que probable que Fernando Alonso siguiera en Ferrari. Porque, pese a la famosa foto de reconcialiación entre el piloto español y Ron Dennis, la relación de poder entre ambos sería similar a la de 2007, cuando Ron era el jefe y Fernando el subordinado. Así acabó como acabó aquel negocio.
Ahora, siete años después, muchos apuntaban a una debilidad del presidente deportivo en McLaren fruto de su condición de accionista minoritario. Hasta que apareció Bernie Ecclestone, patrón de la Fórmula 1, para dejar las cosas claras. O, al menos, contar su verdad.
En una entrevista concedida a la revista Forbes, Ecclestone responde a una pregunta sobre Mumtalakat Holding Company, grupo inversor de Bahrein que posee el 50% del accionariado de McLaren. O poseía. O eso desvela Bernie: "Ellos ya no tienen nada que ver con la escudería. Han vendido sus acciones a Ron, que tiene que pagarles en la fecha acordada. Si no lo hace, obviamente, tendrá que devolvérselas, pero ahora mismo Dennis es el dueño de la empresa".
Ecclestone asegura incluso que Mansour, dueño de un 25% de McLaren (Dennis completaba el accionariado con contro 25%), también se ha desprendido de ese porcentaje. Es decir, Ron sería el dueño absoluto de la escudería inglesa, algo que se haría insoportable para Alonso en caso de surgir fricciones como las habidas en 2007.
Sin embargo, el mismo Ecclestone da la clave de la situación del equilibrio de poderes existente en el equipo: "Ahora tiene a Honda. Y está Button, que es la elección y la persona correcta. Conoce todo y hace bien su trabajo".
Es decir, ni Ron Dennis puede tomar decisiones por su exclusiva cuenta, ni hay que lidiar con un piloto como el Lewis Hamilton insolente e indisciplinado de hace ocho años.
Alonso fía su posición de líder a su méritos deportivos -este viernes los directores le eligieron en una encuesta como el segundo mejor piloto de la parrilla, sólo superado por Hamilton, campeón en 2014- y a la apuesta firme y potente que ha hecho Honda por el asturiano.
Ron Dennis es el amo de McLaren, pero Alonso es el delegado plenipotenciario de Honda en la sociedad. De ahí ese sonriente abrazo de conveniencia entre ambos. Se necesitan, ambos son inteligentes y no desean repetir los graves errores del pasado.