La última rueda de prensa oficial del Mundial 2012 previa a una carrera sirvió para casi todo. A los dos pilotos brasileños de la parrilla, Felipe Massa y Bruno Senna, para disfrutar del protagonismo especial en su país; a Lewis Hamilton, para despedirse por penúltima vez de la que ha sido su casa toda la vida, McLaren; a Michael Schumacher para decir adiós por segunda vez a un deporte en el que nadie posee mejor palmarés; y a Sebastian Vettel y Fernando Alonso, para divagar sobre tópicos acerca de lo que les espera el domingo en su lucha por el título mundial. El español, además, aprovechó para mandarle otro recado a su escudería.
A la hora de realizar balance de esta temporada a punto de concluir, Alonso reconoció que en Ferrari no están "felices con el rendimiento del coche esta temporada", por lo que vaticinó que "habrá muchos cambios el año que viene", así como "trabajo extra en invierno para reducir la distancia".
"Al principio de la temporada no entendíamos cómo funcionaba el coche. Después de comprenderlo mejor pudimos luchar por el podio durante toda la temporada y eso es lo que nos ha permitido pelear por el Mundial hasta el final", relató el bicampeón mundial, que tiene claro que esta no será su última ocasión.
"Espero tener más oportunidades, tengo 31 años y siento que todavía tendré más posibilidades como mínimos en los próximos cuatro o cinco años. En tres años con Ferrari he llegado dos veces a luchar por el Mundial hasta la última carrera, incluso con muchas dificultades, sin dominar ninguna parte de esos campeonatos. No tengo duda de que podré luchar por más Mundiales, pero ahora me quiero concentrar en este", pidió.
El asturiano aseguró que no tiene "nada que perder" en la última carrera del curso, que afronta con 13 puntos de desventaja sobre Vettel (Red Bull), lo que provoca que la "presión" sea "menor", y ha relativizado la importancia de no conquistar el Mundial porque está "seguro" de que tendrá más oportunidades en el futuro.
"Siempre hay presión en la Fórmula 1, pero tenemos menos que si fuéramos liderando el campeonato. No tenemos nada que perder, llegamos en segunda posición. Después de cinco o seis carreras dominadas por Red Bull recuperar trece puntos es un logro muy complicado. No está en nuestra manos y la presión es menor", reiteró Alonso.
El español avisó de que "no se puede hacer magia con el coche" de cara a la sesión de calificación. "Fui séptimo en Abu Dhabi y noveno en Austin, lo normal sería andar otra vez entre esas posiciones, pero ojalá podamos hacerlo mejor", se resignó el asturiano, que aclaró que "las circunstancias son diferentes" al panorama de hace dos años, cuando Vettel ganó el Mundial en la última carrera recortándole una distancia similar a la actual.
"Ahora es más difícil adelantar, este año Vettel empezó último y pudo acabar en el podio (en Abu Dhabi). Pero esto es deporte y puede pasar cualquier cosa hasta la bandera a cuadros. Intentaremos llegar al podio, eso nos daría más de 13 puntos y luego necesitamos una extraña combinación de resultados. Si ganamos bien, y si no le daremos la enhorabuena a Vettel", analizó.
El piloto alemán, por su parte, reconoce que "no hay razón para no estar feliz" y que, pese a sus 13 puntos de renta sobre Alonso, saldrá a "atacar" sin tácticas conservadoras. "El secreto es tomarse esta carrera como cualquier otra. Sabemos que estamos en una buena posición, pero igualmente tenemos que atacar. Nos concentraremos en lo nuestro porque lo demás no está en nuestra mano".