"No voy a decir quién va a ser portero titular en Granada porque por este tema veo muchos comentarios", dijo el entrenador del Real Madrid, Carlo Ancelotti. "Prefiero hablar antes con Iker y Diego y después tomar una decisión que no será definitiva", añadió el italiano, empeñado en alimentar el debate de la portería, no se sabe si por convicción o porque así se lo han pedido desde el club.
"¡Florentino, saca a Casillas!", le instaron antes del Trofeo Santiago Bernabéu unas aficionadas al presidente, quien no dudó en tranquilizarlas: "yo creo que saldrá Casillas", aunque al darse cuenta de que esa no es su competencia, Pérez matizó su respuesta: "pero yo no soy el entrenador, señora". Y es ahí donde radica el asunto. Si la temporada pasada quedó claro que fue José Mourinho quien decidió retirar a Casillas su condición de incuestionable, ahora resulta difícil entender que Ancelotti no haya cerrado este debate, sino que haya colaborado a radicalizarlo.
El italiano reconoció que lo vivido el pasado jueves en el Trofeo Santiago Bernabéu "fue un poco desagradable", cuando los aficionados del Real Madrid se dividieron entre Iker y Diego, y acabaron dedicando algunos silbidos a los dos. "Conozco muy bien la afición del Real Madrid y es importante comprender que intento tomar las mejores decisiones para que el equipo gane. Es importante comprender que no va a jugar Iker o Diego, lo va a hacer el portero del Real Madrid", dijo.
Ancelotti tiene este lunes la penúltima palabra. De la decisión que tome, tenga tomada o quién sabe si han tomado por él, puede depender el futuro de Iker. Recuperar la titularidad podría tranquilizar al capitán, aunque el técnico del Real Madrid volvió a dejar claro que su decisión tampoco será definitiva y dentro de una semana, ante el Athletic en el Bernabéu, podría cambiar de opinión. Sin embargo, repetir suplencia sería una invitación a Casillas a marcharse, sobre todo con una semana de mercado aún por delante. De hecho, la intención del portero es la de hacer las maletas y para ello no ha dudado en llamar a la puerta de alguno de sus posibles pretendientes.
El italiano tuvo que explicar la razón por la que mandó a calentar a Diego López en la recta final de la primera parte del Trofeo Bernabéu, cuando se agravó la situación en la grada. "En el fútbol el portero necesita más calentamiento que cualquier otro jugador, cinco minutos antes del final de la primera parte Diego saltó a calentar, para estar listo y entrar en la portería. No fue una falta de respeto", argumentó.
