Los independentistas catalanes no deseaban que Marc Márquez ganará el Mundial de MotoGP por el hito histórico deportivo que se ha marcado su paisano, sino porque ansiaban verle celebrar ante el mundo su éxito con la senyera al viento.
Así que cuando el joven piloto de Cervera paseó por el circuito de Cheste la bandera española, las redes sociales se incendiaron. Mientras los catalanistas acérrimos repudiaron al campeón, muchos españolistas se congraciaron de pronto con un chaval al que han intentado meter en una polémica política ajena por completo al deporte.
Lo que los cerriles independentistas que atizaron a Márquez no saben es que la historia de esa bandera española en concreto también es deportiva por encima de cualquier otra consideración.
En 2010, nada más proclamarse campeón del mundo de 125cc, Marc Márquez se bajó de la moto para volver a subirse minutos después tras haber recogido una bandera de España muy especial, la que ya había portado Álex Crivillé cuando ganó el Mundial de 500cc en Brasil en 1999 y la misma que una semana después, en Argentina, llevó Emilio Alzamora al proclamarse campeón de 125cc.
La bandera había estado 11 años guardada en casa de Emilio Alzamora. A su mujer se le ocurrió en 2010 que sería una buena idea que la portara Marc, pupilo de Alzamora. Este no lo dudó y le dio la sorpresa a Márquez en el mismo circuito de Cheste.
Ahora, tres años después, la misma enseña y el mismo circuito han sido testigos de una gesta histórica que ningún ultra político podrá manchar.