Aún no ha comenzado la aventura y ya han surgido las primeras tensiones. La primera pelea ha sido entre Alba Carrillo y su madre, Lucía Pariente. La modelo y ex de Feliciano López y Fonsi Nieto ha confesado en el hotel en el que se encuentran ante las cámaras que su madre es “una losa” para ella: “Llevamos aquí tres días y me están pareciendo una losa. Me parece injusto que yo tenga menos oportunidades que mis compañeros porque mi madre me está taladrando psicológicamente. No puedo vivir la experiencia con la libertad con la que la están viviendo los demás”
La madre de Alba: “Nunca he estado enamorada de tu padre”
Alba ha asegurado que tiene mucha más fuerza sola: “Cuando digo que mi madre es un lastre, es porque es un lastre. Me duele decir esto porque es mi madre y la adoro”. Después madre e hija iniciaban una pelea ante algunos de sus compañeros y la progenitora de la modelo explotaba diciendo: “No voy a pedir perdón por una cosa que es como yo la estoy diciendo, no como tú la estás magnificando”.
La contestación de la hija no se hizo esperar: “Si has venido aquí a tocarme las narices... hemos dicho que no me ibas a hablar. No me hables. ¿Por qué te metes en una conversación que no es tuya? Este es mi concurso, mi madre metiéndose en todo lo que yo haga”.
Estas imágenes, emitidas en ‘Sálvame’, vinieron acompañadas de una polémica y dura frase que, según Jorge Javier Vázquez, la madre le soltó a Alba: “Nunca he estado enamorada de tu padre”. Unas declaraciones que han dejado sorprendidos a todos los colaboradores del programa y que auguran que las peleas entre madre e hija serán una constante a lo largo del reality.
Los retoques de Alba antes de ir a la isla
Según ha comentado la periodista Beatriz Cortázar, antes de ir a Honduras Alba ha pasado por el quirófano para arreglarse el rostro, operándose la nariz y algunos ángulos de la cara. Unos retoques a los que hay que sumarse la dieta y el ejercicio a tope que lleva haciendo en los últimos meses para lucir palmito en bikini en la isla.
Además ha visitado a su dermatólogo habitual, Juan Sopena, responsable de infiltrarle el bótox y ácido hialurónico que se inyecta en labios y pómulos, así como el corrector de ojeras. Según Cortázar, su madre también es habitual en estos tratamientos, por lo que probablemente haya hecho también su puesto a punto particular.