Las cifras del paro que arroja la Encuesta de Población Activa (EPA) rara vez coinciden con los datos oficiales de afiliación que comunica la Seguridad Social a partir de los inscritos en las oficinas de Servicio de Empleo Público Estatal (SEPE, el antiguo Inem).
Aunque es habitual que haya una diferencia, el efecto que ha tenido el coronavirus en el empleo ha distorsionado como nunca las cifras de empleo divulgadas este martes en la EPA, que por primera vez desde el año 2009 da menos parados que los datos reales de afiliación.
A cierre de marzo, la Seguridad Social comunicaba que el número de parados en España ascendía a 3,55 millones de personas, mientras que según la EPA el número de desempleados es de 3,32 millones.
La diferencia entre ambas medidas se debe principalmente al concepto de parado que utiliza la EPA, una encuesta telefónica o presencial a una muestra de 160.000 personas, de cuyas respuestas se infieren conclusiones para el total de los ciudadanos en España.
Para el INE, sólo son parados aquellas personas que están buscando empleo activamente -a través de más de un canal- y que además tengan disponibilidad para incorporarse a un posible nuevo trabajo en los próximos quince días.
Dadas las restricciones de movilidad derivadas del confinamiento y la necesidad de cuidar a los hijos sin colegio, es más que probable que alguno de los encuestados que se hubieran quedado en paro no cumplieran alguno de estos dos criterios. Así como que algunos hayan recibido la llamada de los encuestadores inmediatamente después de perder su empleo, lo que les impide haber tenido tiempo de ponerse a buscar trabajo.
Se dispara el número de inactivos
Todos los que, habiéndose quedado sin empleo, no respondieran a este perfil (búsqueda activa y disponibilidad inmediata) han sido clasificados en la EPA como inactivos, un colectivo que ha aumentado en 257.500 personas en el primer trimestre del año, como se puede apreciar en el gráfico. Ese fuerte aumento recoge la diferencia en el número de parados que dan la EPA y el SEPE.
El INE 'camufla' todos esos parados como inactivos, de ahí que las cifras no cuadren y que tanto patronal como sindicatos hayan lamentado que los datos de la EPA "no reflejan la realidad del mercado laboral".
Los afectados por ERTEs, ocupados
Por otro lado, los trabajadores afectados por Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE), que han pasado a cobrar la prestación por desempleo, y que el SEPE tampoco contabilizó como parados, son clasificados por el INE como ocupados, ya que el instituto asume que están percibiendo como mínimo un 50% de su sueldo y tienen la confianza de que volverán a recuperar su empleo cuando acabe el estado de alarma y lo mantendrán durante, al menos, seis meses.
Estas fórmulas de clasificar son las responsables de que con la peor tasa de aumento de la ocupación desestacionalizada desde el año 2013 (-0,41%), la tasa de paro que da la EPA se mantenga en niveles muy similares al trimestre anterior, sólo tres décimas por encima, cuando los expertos esperaban que se disparase a niveles cercanos al 20%.