José Ignacio Goirigolzarri empezará mañana los cambios en el equipo directivo de Bankia. El nuevo presidente, que trabaja a contrarreloj en la formación de su nuevo equipo directivo, tiene previsto presentar a José Sevilla, uno de sus más fieles colaboradores en BBVA, como su hombre de confianza en Bankia. El anuncio se realizará en el consejo del banco cotizado que se celebra mañana. Según fuentes financieras, Sevilla ocupará el puesto de consejero delegado o de director financiero de Bankia, puesto que el nuevo presidente aún duda del futuro de Francisco Verdú, actual CEO del grupo. Verdú y Goirigolziarri forjaron su amistad durante la época que ambos compartieron en el banco vasco.
"En el consejo se producirán más cambios, además de la llegada de Sevilla", explican desde el entorno del nuevo presidente de Bankia. De hecho, no se descarta la salida de un buen número de consejeros del banco cotizado, la mayoría de ellos con adscripción política o sindical. "Somos conscientes de que el relevo puede llegar en cualquier momento", explican a este medio un par de consejeros de Bankia. Mientras, el nuevo presidente ha decidido desconvocar el consejo de Banco Financiero y de Ahorro (BFA), la matriz de Bankia, que también estaba previsto que se celebrase mañana.
El consejo de BFA cuenta con 21 miembros, de los que diez son políticos y dos representantes sindicales. En Bankia, con 18 integrantes, seis proceden de la política. Además de los previsibles cambios en su composición, con la salida de los consejeros vinculados a la política y la entrada de los miembros que corresponda al FROB (su número está aún por determinar y pendiente de la valoración de la entidad), también se prevé la reducción de su tamaño, hasta un máximo de 15 miembros, según establece la reforma financiera.
En el nuevo equipo pueden aparecer antiguos colaboradores de Goirigolzarri en BBVA, como Vitalino Nafría, presidente de Metrovaces; Ignacio Sánchez Asiaín, director general de Kutxabank; Juan Asúa, director de banca minorista para España y Portugal; o Vicente Benedito, ex consejero de Sacyr."Goirigolzarri tiene un gran problema para conformar a su nuevo equipo: la limitación de sueldos por haber recibido ayudas del FROB 1", explican desde el sector. De hecho, este tope de 600.000 euros anuales está por debajo de las retribuciones que perciben alguno de los antiguos colabores del nuevo presidente de Bankia.
"Además, tras el anuncio del Gobierno de que Bankia se subastará en tres años o incluso antes, es más complicado que directivos de este perfil financiero decidan embarcarse en un proyecto con una fecha de caducidad tan cercana", aseguran en el entorno del banco nacionalizado.
Ayudas por valor de 10.000 millones
Entre los consejeros de Bankia se espera que Goirigolzarri empiece a dar pistas sobre el nuevo plan de saneamiento que necesita la entidad tras la intervención de la semana pasada. Según los cálculos de algún banco de inversión y de algún directivo de la entidad, el grupo BFA-Bankia necesitará ayudas públicas en forma de 'cocos' (bonos convertibles) cercanas a los 10.000 millones que se desglosan en la necesidad de provisiones por los dos decretos del ladrillo (7.070 millones) más los cerca de 2.500 millones que BFA necestirá para cubrir el desfase de la valoración de Bankia, motivo por el cual Deloitte no quiso firmar las cuentas del pasado ejercicio. Esto implicará que Bankia tendrá que devolver al Estado, sólo en intereses, 1.000 millones al año.
"El nuevo presidente de Bankia no se quedará corto en la petición de ayudas públicas para así no tener estrecheces en el plan que está diseñando para la viabilidad de Bankia. Pedirá algo más de lo que necesita la entidad para tener ese colchón de tranquilidad, mientras procede a la venta de su cartera industrial y la reducción de activos", confirman desde el sector.
El grupo tenía previsto presentar las cuentas del primer trimestre este mismo viernes, calendario que ha quedado afectado tras la nacionalización de la pasada semana. En este sentido, la entidad y el Banco de España informaron ayer que la Comisión Rectora del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) había acordado aceptar la solicitud de la entidad e instar la conversión de los 4.465 millones de euros emitidos en participaciones preferentes convertibles por BFA y desembolsadas por el FROB el pasado 28 de diciembre de 2010 en el contexto del proceso de integración de las 7 cajas de ahorros que constituyeron BFA.
Según fuentes del sector, el saneamiento del ladrillo, además del parón del negocio financiero que están sufriendo todas las entidades, podrían llevar al grupo a unas pérdidas cercanas a los 6.000 millones. Los números rojos obligarán tanto al banco cotizado como a su matriz a realizar el ajuste contra patrimonio. Esto significará, en el caso de Bankia, una merma de 200 puntos básicos sobre su grado de solvencia, que caerá del 10,6% al 8,6%, seis décimas por encima del mínimo exigido para las entidades con más del 20% de financiación mayorista. En el caso de BFA, la solvencia caerá por debajo de los mínimos exigidos por lo que necesitará recapitalizarse.
Una de las soluciones previstas por la entidad era el canje de 3.500 millones de preferentes de BFA por acciones de Bankia. Para ello, se tendrían que fusionar las dos entidades. Esta vía está ahora descartada dada la dificultad de que haya demanda por adquirir títulos de uan entidad que se ha depreciado más del 35% desde su salida a Bolsa.