No van a aliviar el zarpazo que la expropiación de YPF ha supuesto para Repsol, ni solucionarán la dramática dependencia energética de España; pero, al menos, permitirán a España dar un pequeño salto en su exigua producción nacional de petróleo. El Gobierno se dispone a otorgar las últimas autorizaciones administrativas para la puesta en marcha de dos yacimientos de Repsol ubicados frente a las costas de Tarragona que, si se cumplen las estimaciones iniciales de la petrolera, aportarán un caudal conjunto de cerca de 7.000 barriles de petróleo diarios.
Ese aporte permitirá cuadruplicar la producción nacional de crudo, que actualmente es de sólo 2.500 barriles diarios, según datos de 2010 de la Agencia Internacional de la Energía. Parece mucho, pero no: será una gota en el océano de petróleo que consume España (1,4 millones de barriles diarios).
En el mejor de los casos, con esos yacimientos (cuyas reservas recuperables darían para satisfacer la demanda nacional durante 1,6 días), el petróleo patrio cubrirá el 0,69% del consumo, frente al 0,17% actual (el máximo, cercano al 3% del total, data de los años 80).
Nada que ver con las bolsas de crudo que Repsol confía en encontrar en aguas canarias, que podrían satisfacer el 10% del consumo de crudo de España.
Los pozos tarraconenses, denominados Montanazo D-5 y Lubina-1, están situados a unos 45 kilómetros de la costa y a unos ocho kilómetros de la plataforma Casablanca, propiedad de la petrolera. Los yacimientos estarán conectados a esa instalación, desde la que se enviará el crudo extraído al complejo petroquímico de Tarragona, a través del oleoducto de 43 kilómetros que une dicha plataforma con esa refinería.
La empresa confía en obtener de forma inminente la Declaración de Impacto Ambiental positiva para los dos pozos, pese al rechazo de los grupos ecologistas.
Repsol opera ambos yacimientos, ubicados a más de 2.300 metros de profundidad y con unas reservas recuperables de 4,1 millones de barriles.
En Lubina, para el que se estiman unas reservas recuperables de 2,9 millones de barriles, Repsol es el único titular, mientras que en Montanazo (con 1,2 millones de barriles recuperables), tiene el 75% de la sociedad que lo desarrolla. El resto pertenece a Gas Natural (17,7%) y Cepsa (7,3%).
En sus cuentas de 2011, Repsol ya daba cuenta del “retraso en la obtención de los permisos oficiales” para la puesta en producción de Lubina y Montanazo y confiaba en la entrada en producción de los pozos para el último trimestre de este año. La petrolera, que dio a conocer el potencial de esos yacimientos en julio de 2009, ya intentó extraer crudo de allí en los 80 pero entonces no era rentable explotarlos.
Con toda certeza, los yacimientos españoles ganarán este año peso en las reservas de Repsol (en 2011, apenas supusieron el 0,3% del total), aunque muy a pesar de la petrolera. El motivo, más que los nuevos descubrimientos, será la expropiación de YPF, que ha recortado un 46% las reservas de la compañía.