Las negociaciones entre Iberia y los sindicatos acerca del plan de ajuste de la aerolínea se abrirán tras el desbloqueo de la situación plasmado en el acuerdo alcanzado en la sede del SIMA el pasado lunes. Sin embargo, el ambiente no será el más deseable. En el seno de IAG, el holding que agrupa a la compañía española y British Airways, la situación no ha sido recibida con agrado al considerar que las concesiones a los representantes de los trabajadores han ido demasiado lejos.
Antes de que los sindicatos decidieran desconvocar la huelga que habían previsto para seis días del mes de diciembre, el consejero delegado de IAG, Willie Walsh, se mostró inflexible y señaló que los paros no harían modificar los planes para Iberia.
Sin embargo, el acuerdo alcanzado el pasado lunes incluye dar prioridad al ERE de Iberia actualmente en vigor a la hora de gestionar el necesario recorte de plantilla. Esta circunstancia encarecerá la operación de forma significativa ya que incluso los sindicatos admiten que sus condiciones son notablemente ventajosas.
El pasado jueves, el consejo de administración de IAG mantuvo una reunión en la que quedó ratificada sin fisuras la postura de inflexibilidad del holding respecto a la reestructuración de Iberia, algo que no sucedió un día antes en la reunión del consejo de la compañía española, en la que hubo un intenso debate, especialmente centrado en los repetidos llamamientos del Gobierno español a la flexibilidad por parte de la compañía.
Injerencia del Gobierno
Precisamente, ése es uno de los aspectos que más ha irritado en el seno del holding, cuyos responsables consideran que Iberia actuó en la reunión del pasado lunes presionada por las repetidas manifestaciones públicas realizadas en los últimos días por diferentes ministros, especialmente la titular de Fomento, Ana Pastor, y el de Industria y Turismo, José Manuel Soria, en las que conminaban al entendimiento entre las partes. Los últimos mensajes iban claramente dirigidos a Iberia, toda vez que los sindicatos terminaron por desconvocar la huelga, lo que dejaba la pelota en el tejado de la aerolínea española.
Los focos se centran ahora en las negociaciones que comenzarán en breve entre la compañía y los sindicatos sobre el plan de ajuste. El descontento de IAG por los acuerdos de base alcanzados con los representantes de los trabajadores podría traducirse en presión para la dirección de Iberia a la hora de afrontar las reuniones con los sindicatos.
El convencimiento generalizado de que Iberia ha estado actuando bajo las directrices dictadas desde Londres ha saltado ahora por los aires y las consecuencias podrían dejarse sentir más allá de las negociaciones con los representantes de los trabajadores y subir unos cuantos peldaños.