La oferta llegó demasiado tarde. Varios fondos buitre estuvieron negociando hasta última hora con Banco Santander para adquirir su participación en Metrovacesa, que supera ligeramente un tercio del capital. Según fuentes del mercado, estos vehículos pretendían aprovechar los bajos precios de la inmobiliaria en bolsa para entrar en su capital, una acción que han coordinado con la compra de algunas carteras de deuda inmobiliaria de algunas de las cuarenta entidades que conforman el sindicado de la inmobiliaria.
Sin embargo, las reiteradas negativas de Santander echaron abajo los planes de los fondos, que debían pasar obligatoriamente por lanzar una OPA sobre Metrovacesa, que hasta la sesión de ayer contaba con una capitalización bursátil inferior a 600 millones de euros, o adquirir un paquete al límite del 30%. El “no” de Botín llevaría casi obligatoriamente al resto de bancos que integran el accionariado de Metrovacesa a seguir el mismo camino.
La operación estaba condenada al fracaso porque los socios de la inmobiliaria ya contaban con un plan alternativo: promover la exclusión de bolsa de la empresa, que se aprobará en un consejo extraordinario que se celebrará hoy, y abrir una nueva etapa en la historia de Metrovacesa.
La intención de los fondos buitre ere incompatible con la estrategia de los socios de Metrovacesa, que se encamina hacia el reparto de activos de la compañía para su posterior aportación a la Sareb, el banco malo. Especialmente problemáticos son los activos de suelo, cuya valoración actual es un 70% inferior a la que figura en libros, que se aproxima a los 1.800 millones de euros.
El papel de Gecina
La nueva Metrovacesa no contará con toda probabilidad con su actual consejero delegado, Eduardo Paraja, que negocia en estos días su salida de la empresa a la que llegó en 2009 procedente de Prosegur y en representación de Banco Santander. Como prueba, Paraja no acudió la semana pasada a la última reunión del consejo de administración de la inmobiliaria francesa Gecina, en el que Metrovacesa tiene cuatro puestos merced a que posee un 27% del capital.
Precisamente, es éste el activo más valioso de la compañía y el que en estos momentos resulta más atractivo colocar en el mercado. Como ya informó Vozpópuli, Metrovacesa ha sondeado en el mercado la posibilidad de colocar el paquete de títulos de la francesa aprovechando su buena trayectoria en bolsa.
Blackstone, una de las entidades que recientemente adquirió, junto a Caisse des Depots du Quebec, carteras de deuda de los bancos asociada al préstamo de Joaquín Rivero y la familia Soler para adquirir acciones de Gecina, ha sido uno de los fondos que ha hecho la misma maniobra con el sindicado de Metrovacesa, cuya garantía es, precisamente, la participación en Gecina.
Mientras, las acciones de Metrovacesa repuntaron ayer un 166,27 % después de que el miércoles se suspendiera su cotización tras anunciarse la OPA de exclusión. La cotización de la compañía ganó 1,38 euros por acción y concluyó la sesión a 2,21 euros, precio desconocido desde julio de 2011.