El crecimiento económico parece haberse ralentizado en el tercer trimestre a pesar de la desescalada de la pandemia. El efecto ‘rebote’ que venía produciéndose por su comparación con el periodo más duro del confinamiento de las actividades y del empleo ha concluido y lo que el Gobierno calificaba de “crecimiento sostenido” del PIB es sólo un espejismo.
La alarma ha saltado con el avance de la estadística de las ventas interiores (en el mercado nacional) de las 30.000 grandes empresas, que elabora la Agencia Tributaria (Aeat) con los agregados de las declaraciones de IVA. Confirma la vuelta a tasas negativas tras cinco meses consecutivos de alzas. La actualización de estas variables económicas en el segundo trimestre fue una de las claves para que el INE revisara a la baja el avance del crecimiento del PIB en este periodo (pasó del 2,8% adelantado a sólo el 1,1%).
Según la información de la Aeat (que incluye también los empleos y los salarios), las ventas interiores de estas grandes empresas con un volumen de operaciones superior a 6,01 millones de euros anuales y que acumulan más del 60% de la facturación total en España, registraron en agosto (último dato disponible) una tasa interanual negativa del -1,3% frente al 0,7% de crecimiento del mismo mes de 2019 antes de la crisis del Covid (los resultados de 2020 del -4,4% no son homologables porque se corresponden con el momento álgido de la pandemia).
En julio ya se había producido una reducción importante de esas tasas interanuales hasta el 1,1%. Aunque en tasas superiores, el descenso ya era paulatino en el trimestre anterior. Por ejemplo, el alza de junio fue del 7,1% frente a subidas del 38,3% en abril. En todo caso, el avance de esta estadística en el tercer trimestre de 2021 es del -0,1% (en el segundo trimestre se registró un alza del 21,5%) frente al 1,1% de incremento en el mismo periodo del 2019. Por tanto, durante el verano se han desplomado las ventas de las principales empresas del país de bienes y servicios de consumo, de capital e intermedios que son las suministradoras de las pymes y las catalizadoras de la demanda interna.
La situación ha creado cierta preocupación porque se trata de información de los meses en que el consumo parecía haberse activado. ¿A qué se debe este desplome? Según reconoce la Aeat en su informe, ha influido “poderosamente la incertidumbre que están generando las considerables sabidas de precios que se están registrando en los últimos meses” y también “los problemas que se detectan en algunas actividades concretas con tasas interanuales muy negativas”.
En verano se han desplomado las ventas de las principales empresas de bienes y servicios de consumo, de capital e intermedios, que son las suministradoras de las pymes y las catalizadoras de la demanda interna
Se refiere, por ejemplo, a la fabricación de vehículos ante la falta de componentes. En todo caso, el proceso del alza de los precios se ha precipitado con el alza del recibo de la luz, que está obligando a parar temporalmente la producción a parte de la industria, y también a la falta de control del Ejecutivo en la formación de precios y en las actividades cuasi oligopolistas que siempre se aceleran cuando se produce un aumento de la demanda.
Además, a la espera de lo que haya sucedido en el tercer mes de este trimestre (septiembre), parece que el consumo se ha asustado mientras que el ahorro embalsado, que empezaba a convertirse en gasto, ha vuelto a las cuentas en los bancos (por ejemplo, han aumentado las cantidades en los depósitos). Y que la situación económica parece haber virado lo demuestra también que el FMI haya bajado sus estimaciones de crecimiento para este año.
La Agencia Tributaria reconoce el empeoramiento. Señala que si se compara con 2019, el índice medio de las ventas interiores de estas empresas en el periodo entre enero y agosto fue un 5% inferior al de entonces. Destaca sobre todo los descensos de las ventas de bienes y servicios de consumo y de capital. Y, dentro de ésta última rubrica, destaca el retroceso de las ventas en la construcción por los fuertes incrementos en los precios de la obra civil.
Evolución de las ventas por sectores
La mayor parte de los epígrafes de los distintos sectores registraron tasas negativas en agosto. El descenso ya se venía produciendo en algunos de ellos ya en julio como en la agricultura, la industria manufacturera o la construcción. Por tanto, la situación se ha ido deteriorando. Por ejemplo, las ventas de las grandes empresas en el sector de la agricultura descendieron en agosto un 41,8% (-28,7% en julio) frente al alza del 10,3% en el mismo mes de 2019. Las de la industria cayeron un -2,2% frente el 0,0% en 2019: la manufacturera bajó un -2,4% (el alza en 2019 fue del 1,7%); al -16,5% llegó la caída de las ventas por la fabricación de coches (ante la falta de componentes) cuando hace un año crecía un 1,7%; y la fabricación de productos químicos y farmacéuticos descendió un 16,2%.
Sin embargo, subieron las ventas de la fabricación de alimentos y bebidas (5,4% frente al 1,2% en 2019) mientras que las de la industria textil y del calzado aumentaron un 3,2%, pero ese crecimiento es sensiblemente inferior al de 2019 que llegó al 10,9%. Por tanto, en agosto han aumentado las tasas negativas mientras que, en las que aún son positivas, se observa una reducción. En cuanto a la construcción, el descenso es del 16,8% frente al 0,3% de hace un año mientras que en las actividades inmobiliarias se produce un alza del 5,5%, pero es 2,2 puntos inferior a la tasa de 2019.
Las ventas en el sector de los servicios han sido positivas en este mes (0,4% frente al 0,9% en 2019) gracias al rebote en la hostelería (65,7% frente al 7,3% en 2019); en los servicios de empresas (23,5% frente al -4,2%); el transporte (15,7% frente al -2,6%); las gasolineras (8,2% frente al 3,9%) como consecuencia del alza de los precios y a los desplazamientos en este mes; y las ventas del comercio minorista de alimentación, bebidas y tabaco (entre ellos los establecimientos chinos) han aumentado sus ventas un 10,7% frente al 11,6% en el mismo mes de 2019. Es decir, en muchos casos las alzas son inferiores a las que se producían antes de la pandemia.
Castigo a las empresas del comercio
La caída de las ventas en este sector se concentra en el comercio, que no consigue respiro alguno. Así, el comercio al por mayor cae un 3,2% cuando hace un año subía 1,2 puntos y el minorista baja un 1,3% frente al alza del 3,4% en agosto de 2019. También es destacable el descenso generalizado de la facturación de los servicios culturales, recreativos o relacionados con el ocio (-57,2%).
Si a las ventas interiores de las grandes empresas se le suma las exportaciones (en agosto crecieron un 4,7% pero son todavía un 7% inferiores a las que se producían en 2019) sale que las ventas totales de esas 30.000 empresas (en el mercado interior y en el exterior) sólo crecieron en agosto un exiguo 0,1% frente al 1,4% de hace un año. Ese aumento era del 1,7% en julio, y se ha ido atenuando en lo que va de año ya que, por ejemplo, en abril llegó al 39%. La Aeat reconoce en su informe que la tasa de agosto del 0,1% “prolonga la moderación de meses anteriores”. Es evidente que la situación se ha deteriorado ya que en el acumulado del año las ventas totales son un 4,8% inferiores a las del mismo mes de 2019.
En cuanto al empleo de estas empresas, también se ha moderado el crecimiento. Es del 4,6% frente a tasas del 5,2% en julio y de, por ejemplo, el 11,4% en mayo. El número de perceptores de nóminas (figuran en los datos de las retenciones) es un 1% inferior al de agosto de 2019. En cuanto a los salarios brutos medios su crecimiento es del 0,4% cuando hace un año era del 0,9%. Por tanto, el deterioro de las ventas de las grandes empresas también se está trasladando al empleo y a las remuneraciones. Esta atenuación afectará a los resultados del PIB de este tercer trimestre, cuyo avance se conocerá a fin de mes.