Mientras que la economía española lleva creciendo cuatro años a un ritmo superior al 3% (en 2017, un 3,1%), los salarios han ido cayendo en términos reales, exactamente 1,6 puntos porcentuales de poder de compra en 2017, puesto que el IPC aumentó en este mismo año un 2%.
Esta es la conclusión que se desprende del Índice del Coste Laboral Armonizado (ICLA), una estadística que elabora el INE con el objetivo de poder comparar la evolución de los costes laborales y salariales en los países de la Unión Europea.
Desde UGT explican que la situación es peor si se mira más atrás. "Desde el inicio de la crisis los trabajadores han perdido un 7% de poder adquisitivo", indica el secretario de política sindical, Gonzalo Pino.
Por ello, "no es casualidad", expresa, que España sea es el tercer país de la Unión Europea con mayor porcentaje de trabajadores pobres, que suponen un 14,1% del total, sólo por detrás de Rumanía y Grecia.
¿Cómo es posible que un trabajador sea pobre?
Para el sindicato España continúa en una devaluación salarial pese a haber salido de la crisis que se inició en 2008 pero que se acentuó en 2012 con la Reforma Laboral cuya implantación "ha ayudado a las empresas a remontar y obtener beneficios pero en el lado de los trabajadores, tan sólo ha servido para desequilibrar la negociación colectiva en favor de los empresarios, aumentar la precariedad laboral y hundir los salarios" denuncia Pino.
Así, en UGT ya se han movilizado para reclamar que el salario mínimo interprofesional sea de 1.000 euros. "Pedimos que los salarios crezcan mínimamente por encima de los precios, para que ganen poder de compra, y que los salarios más bajos crezcan más, introduciendo en todos los convenios un mínimo salarial de, al menos, 1.000 euros mensuales", especifica.