La situación de crisis económica derivada de la covid-19 ha situado en una posición vulnerable a las empresas familiares, de ahí que los expertos coincidan en la importancia de mejorar su planificación fiscal -mediante todos los tributos, no sólo el Impuesto de Sociedades- y soliciten un cambio de normativa que mejore los beneficios fiscales para este tipo de compañías.
Coinciden en esta necesidad, Juan José Linares, responsable de asesoría fiscal de Banca Privada y Negocio de Ibercaja, y Luis Bravo, socio de derecho fiscal en Cuatrecasas, quienes han compartido con Vozpópuli la urgencia de proteger a este tipo de empresas y han trasladado algunos consejos para mejorar su situación fiscal.
"La mayoría de las empresas son empresas familiares y tienen que poner en contexto su situación y el de las familias, no sólo tienen que tener en cuenta el Impuesto de Sociedades, sino que hay que tener también en cuenta el IRPF de cada uno de los socios y el Impuesto de Patrimonio en aquellas comunidades que lo tengan, y otros impuestos que están vinculados o relacionados como el IVA o las declaraciones informativas. Hay que tener una visión más amplia, es importante el final del año pero teniendo en cuenta todos los impuestos", advierte Linares.
En su opinión, dada la actual situación de crisis económica "se hace cada vez más necesario más planificación y más prudencia, sobre todo con las actuaciones a final de año. En este mundo el tema fiscal no es lo más importante, es verdad que cuánto más diversificado esté el patrimonio más alternativas tendrás, es importante tener liquidez y estar bien asesorado. Invertir en un buen asesor fiscal es un dinero bien invertido: merece la pena planificar, adelantarte en el tiempo, ser prudente y estar en manos de los mejores profesionales".
Reforma de la ley de empresa familiar
Bravo, por su parte, señala que la empresa familiar es la primera en crear empleo e invertir después de una crisis económica, por lo que es la compañía a la que hay que proteger. Para ello, pide una reforma fiscal que no obligue al empresario familiar a pagar tributos onerosos como el de Patrimonio o Sucesiones que pueden mermar su capacidad empresarial.
"El que es sujeto pasivo de un Impuesto de Patrimonio y es objeto de Impuesto de Sucesiones es una capa de empresas más reducida, pero no es pequeña. Y además, en términos de creación y mantenimiento de empleo, es el empresario familiar el que mantiene empleo ante una crisis, no lo destruye, y en cuanto empiezan a salir los brotes verdes empieza a invertir, siendo motor de la economía. Si a alguien hay que proteger no es al grandísimo empresario o una multinacional o una cotizada, sino a la empresa familiar".
Las empresas familiares son las últimas en morir, aguantan hasta el último momento, apunta, lo que obliga a replantearse el sistema actual de empresa familiar, señala el experto de Cuatrecasas, que pide una reforma de la normativa.
"La necesidad de tener en cuenta una reforma que ayude al empresario familiar a nivel fiscal es muy importante. Hay otras reformas de la empresa familiar muy necesarias, como la del Código Civil: porque el derecho común maneja unas legítimas que cuando hay que repartir en herencia una empresa familiar obliga a un reparto muy dividido, un tanto salomónico, que quizá no es el más adecuado", apunta.
Consejos para afrontar los cambios tributarios
El año 2021 traerá muchos cambios en el ámbito tributario, tanto por las novedades fiscales que traen los Presupuestos Generales del Estado (PGE) como por otras novedades como la que supone la ley de lucha contra el fraude fiscal.
Una de estas modificaciones es el recorte de la exención de dividendos en el Impuesto de Sociedades desde el 100% hasta el 95%. "En la práctica, esa tributación de una renta del 5% del dividendo recibido tiene un impacto pequeño, es un tipo del 1,25%, pero es algo que no teníamos antes. Si teníamos previsto dar dividendo y los socios son sociedades, no se nos escapa que el dividendo tendrá un impacto menor si se anticipase", aconseja Luis Bravo.
Si el socio es persona física, tendrá que tener en cuenta que se crea un tramo adicional en el IRPF para las rentas superiores a 200.000 euros, que pasa de tener un tipo del 23% al 26%. "Si se fuera a percibir como persona física un dividendo cuantioso, adelantarlo a este año implicaría una reducción de tributación de 3 puntos".
"Ese adelanto del dividendo, en algunas comunidades puede afectar al Impuesto de Patrimonio, pero además el hecho de adelantarlo puede tener una ventaja adicional en caso de que tengamos pérdidas latentes pendientes de compensar, si por ejemplo hemos vendido un piso o tenemos un fondo de inversión", recuerda, por su parte, Juan José Linares.
El cambio en la exención también afecta a las plusvalías por venta de sociedades, por lo que "hay actualmente empresas familiares que están en proceso de ventas y están estresando los plazos para tener un impacto fiscal menor", explican.
Los expertos avanzan que este fin de la exención está llevando también a muchas compañías a empezar a trabajar en una reestructuración, para reducir la complejidad de su estructura y ahorrar en la factura fiscal cuando repartan dividendos y plusvalías, algo para lo que es fundamental que cuenten con un asesor fiscal, insisten.
Otras pautas en la relación empresa-empresario
Otro consejo que pone sobre la mesa el experto de Ibercaja es el caso en que un empresario decide ponerse un sueldo muy alto como administrador, ya que puede incurrir en un sobrecoste fiscal.
"La empresa tiene un tipo normal de tributación del 25%. Hay propietarios de empresas que quieren ponerse el sueldo más alto de toda la empresa, pero muchas veces ponerse un sueldo muy alto como administrador, si va por encima de las necesidades financieras que tienes, es un dinero que tributa de más. Si tu tipo medio supera el 25%, esa diferencia con el 45% que puedas pagar, es un dinero que pagas de más", explica.
Para ahorrar, recomienda realizar aportaciones a planes de pensiones, sobre todo este año que es el último en el que se podrán deducir en IRPF hasta 8.000 euros.
Cambio de valoración de inmuebles
Los expertos se han mostrado también preocupados por el cambio que se ha producido en la valoración de inmuebles en el Impuesto de Patrimonio, que hasta la fecha utilizaba dos referencias: el precio de adquisición o valor catastral, al que se incorporará ahora el valor de mercado.
"Lo que quieren indirectamente es aumentar la recaudación con un valor de mercado que va a ser superior a los otros dos. Puede suponer un incremento de los Patrimonios que tengan inmuebles, que deberían plantearse la estructura de sus patrimonios e incluso valorar la venta de inmuebles", explica Linares.
Cree que 2021 tiene que ser un año de reflexión, para ver si el patrimonio financiero, inmobiliario y empresarial está equilibrado.
Bravo coincide con el experto de Ibercaja en que ahora es el mejor momento para estructurar los patrimonios inmobiliarios.