Así es si así os parece. Esta frase puede servir para comprender la percepción del riesgo de los inversores españoles que cuentan con un asesor financiero. Aunque en algunas circunstancias las diferencias entre tenerlo y no tenerlo no son muy elocuentes, lo cierto es que aquellos inversores que cuentan con el consejo de un profesional a la hora de planificar su patrimonio se consideran más atrevidos para alcanzar cierto nivel de rentabilidad e incluso están dispuestos a considerar la gestión alternativa como una opción más a su alcance.
Un encuesta realizada a principios de año por la gestora Legg Mason a 4.320 inversores de 20 países (200 pertenecientes a España) con un volumen de activos invertibles superior a los 145.000 euros aproximadamente, sin incluir residencia principal o vacacional, destaca cómo los inversores muestran diferencias en las decisiones sobre su dinero según si aseguran tener o no un asesor financiero. Aunque en el estudio no se distingue si dicho asesor es el de la entidad de banca privada con la que trabaja habitualmente o es un profesional independiente, es un reflejo de lo que piensan los inversores, y esto termina siempre influyendo mucho más que los datos de rentabilidad obtenidos.
De esta forma, pese a que el 74% de los encuestados españoles asegura que su perfil de riesgo es conservador, este porcentaje se reduce al 44% para aquellos inversores que cuentan con asesor financiero, teniendo en cuenta que solamente el 26% de los participantes en el estudio aseguró tenerlo (la media global es del 38%), mientras que el 56% de los que no lo tienen se ven conservadores en sus inversiones.
Mayor diferencia se observa cuando el perfil es agresivo, ya que un 40% de los inversores con asesor señalaron encajar en este grupo por un 17% de los inversores sin asesor. Incluso entre los que se apuntaron a la categoría de 'muy conservador', la brecha es amplia, porque únicamente un 12% de los inversores con asesor se cataloga con esta etiqueta, frente al 23% de los inversores que no cuentan con un asesor financiero.
Las diferencias entre contar o no con el asesoramiento de un profesional también se aprecian en los consejos que darían a otro inversor Aunque ambos eligen el mismo en primer lugar: asegurarse de comprender bien en qué se invierte, la proporción es menor entre quienes tienen un asesor (47% frente a un 66%).
Tener un plan y seguirlo y contratar a un asesor financiero son los siguientes consejos que daría un inversor que dispone de un profesional para la gestión de su patrimonio. Por el contrario, ser prudente a la hora de adoptar riesgos y evitar decisiones a corto plazo basadas en la emoción son los que ofrecería alguien sin asesor, consejos que en la encuesta considerada de manera unitaria aparecen como los principales. De hecho, agrupando tanto a inversores con asesor como sin él, solamente el 22% de los inversores españoles asegura que disponer un plan financiero fue una decisión clave, frente al 48% a nivel global.
El asesoramiento financiero también ayuda a los inversores a comprender mejor las ventajas de tener una cartera diversificada y valorar la gestión alternativa como una opción de inversión. Mientras que para el 45% de los encuestados sin asesor financiero el mayor obstáculo es desconocer las oportunidades que existen, para el 43% de los que sí disponen de un asesor es el riesgo de divisa los que les frena a invertir más fuera de España. Y el 63% de los inversores con asesor se califica como sumamente interesado en la gestión alternativa, frente al 26% de los inversores sin asesor.
Por último, los asesores financieros pueden tomar nota de las principales ventajas que encuentran los inversores españoles a la hora de trabajar con ellos: una mejor gestión de su patrimonio, oportunidades de inversión a las que no habrían podido acceder por sí mismos y evitar errores de cálculo en los que habrían incurrido de actuar ellos solos. ¿Y qué piden? Una mejor gestión, buscar soluciones de inversión innovadoras y menores comisiones por su trabajo.
