Los bonus en la banca siempre han estado delimitados por logros tangibles en el negocio. Consecución de objetivos en cuanto a ratios de eficiencia, beneficios atribuidos al grupo o mejoras en los diferentes márgenes. Hasta 2014, ninguna entidad finaciera española había decidido asociar la retribución de sus directivos a un aspecto tan intangible como la satisfacción de los clientes. Santander decidió implementar esta iniciativa únicamente en los bonus de su equipo directivo, según explica en su informe anual correspondiente a 2013, que no detalla qué porcentaje del variable queda afectado por la medida. Ahora, BBVA ha decidido también implantarla. La valoración de los clientes determinarán el parte de la retribución variable correspondiente a 2015 del presidente Francisco González y el consejero delegado Ángel Cano, según consta en el informe anual sobre remuneraciones del banco azul.
Concretamente, el 10% del bonus de ambos directivos en 2015 dependerá de la cláusula Irene (índice de recomendación neto). Para ello, el banco se valdrá de una comparativa del nivel de satisfacción de clientes respecto al de las entidades competidoras. Para organizar este seguimiento, una experiencia que comenzó a realizarse desde hace algunos trimestres, el grupo se sirve, entre otros, de encuestas a pie de oficina o telefónicas que le permiten conocer su posición relativa frente a sus homólogos, según explican fuentes de la entidad.
La visión de los clientes complementará otros criterios que tradicionalmente determinan el bonus que abona BBVA a sus consejeros ejecutivos. En 2015, el beneficio atribuido de operaciones continuadas aportará el 30% de las variables de González y Cano; el beneficio económico añadido recurrente del grupo supondrá otro 30%, en ambos casos; el ratio de eficiencia, un 15% para el presidente y un 10% en el caso del CEO. Además, un 10% de la variable de Cano está determinado por un apartado denominado 'indicador táctico, que es un objetivo individual que se determina tanto para el consejero delegado como para José Manuel González Páramo, el otro consejero ejecutivo del grupo. Precisamente, el ex del BCE no está afectado por la condición de los clientes.
Los clientes, a través de la cláusula Irene, habrían determinado si González y Cano tendrían que haber percibido 173.000 euros y 106.000 euros, respectivamente, correspondientes al 10% de su variable generada en 2014. El bonus del presidente ascendió a 1,7 millones, mientras que el del CEO superó ligeramente el millón de euros. En total, FG percibirá un sueldo total de 5,4 millones de euros correspondiente a 2014, lo que supone un 5,3% más que lo generado en el ejercicio anterior, de acuerdo con la información que el banco ha remitido a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). El banquero terminará de cobrar este salario en 2018, si bien la parte variable se encuentra sujeta a las denominadas ‘cláusulas malus’.
González y Cano se habrían jugado 173.000 euros y 106.000 euros, respectivamente, a la valoración de sus clientes si el programa Irene hubiera estado activo en 2014
Según la remuneración generada, González percibirá 3,7 millones de euros correspondientes a retribución por los conceptos de sueldo fijo y variable en metálico, mientras que los 1,7 millones restantes corresponderán al ‘bonus’ que se le entregará en acciones. En total, 5,4 millones, un 5,32% más. El salario fijo del presidente de BBVA permanece congelado y la parte variable será diferida sujeta a las ‘cláusulas malus’, que podría limitar o impedir el cobro de la parte diferida.
Por su parte, el importe que percibirá Cano ascenderá a 3,8 millones de euros: 2,9 millones en metálico (fijo y variable) y un millón en acciones, lo que supone un 3,9 millones más, un 3,8% más. Al igual que en el caso del presidente, la retribución variable, tanto la cobrada en efectivo como la cobrada en acciones, la percibirá en diferido y sujeta a las condiciones del Sistema de Liquidación y Pago aplicable a los consejeros ejecutivos. Además, el CEO ha engordado su fondo de pensiones en 2,62 millones más. El saldo así se sitúa en 26 millones.
Durante este año, tanto González como Cano sólo percibirán el 50% de la retribución variable anual correspondiente a 2014. La otra mitad quedará diferida para ser pagada en los tres ejercicios siguientes.
En cuanto a las retribuciones totales según criterios de caja (lo realmente percibido en el año), González percibió 3,4 millones de euros en efectivo: 1,96 millones en concepto de remuneración fija, 0,8 millones correspondientes al 50% de la retribución variable anual en efectivo de 2013, 0,7 millones equivalentes a la suma de los tercios diferidos de retribuciones variables de ejercicios anteriores, en efectivo; y las actualizaciones en efectivo tanto de la retribución variable diferida en efectivo como en acciones.
Asimismo, el presidente de BBVA recibió 88.760 acciones como retribución de 2013 y otros 122.989 títulos equivalentes a la suma de los tercios diferidos de retribuciones variables de ejercicios anteriores. Por su parte, Cano percibió 2,6 millones, de los que 1,7 millones corresponden a la retribución fija de 2014; 0,5 millones al 50% de la retribución variable en efectivo anual de 2013; y otros 400.000 euros según los criterios de tercios diferidos correspondientes a años anteriores.
El consejero delegado también recibió 140.061 acciones, de las que 55.066 corresponden a la retribución variable de de 2013 y 84.995 equivalentes a la suma de los tercios diferidos de retribuciones variables de ejercicios anteriores.