El Gobierno de Pedro Sánchez negociará en las próximas semanas con la Comisión Europea la senda de estabilidad y espera presentar el proyecto de Presupuestos en el Congreso de los Diputados a partir de febrero.
La aprobación del techo de gasto y la senda de déficit y deuda son el paso previo para que el Gobierno elabore las cuentas públicas, por lo que su negociación con Bruselas para flexibilizar los objetivos actuales conllevará que la presentación del proyecto presupuestario en la Cámara Baja no se vaya a producir de manera inmediata una vez el Ejecutivo de Pedro Sánchez ya ha sido formado.
El objetivo actual es inviable
El objetivo del Ejecutivo es que Bruselas le conceda un mayor margen en lo relativo a la senda de déficit, teniendo en cuenta que el objetivo actual del 0,5% para 2020 es inviable, ya que se prevé que el cierre de 2019, todavía por conocerse, se sitúe en el entorno del 2% y el Plan Presupuestario de 2020 remitido a la Comisión Europea vaticine que, a políticas constantes, el déficit sea del 1,7%.
Ese objetivo del 0,5% para 2020 es el que dejó fijado el Gobierno de Mariano Rajoy, que también estableció un 1,1% para 2019. Sin embargo, varios organismos nacionales e internacionales, como la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (Airef), el Banco de España, o la propia Comisión Europea, ya señalaron en 2018 que era una senda poco realista, por lo que el Gobierno de Pedro Sánchez propuso una flexibilización de la misma, ampliando los objetivos al 1,8% en 2019 y 1,1% en 2020, aunque finalmente no contó con los votos suficientes en el Congreso para ser aprobada.
Además, la prórroga de las cuentas de 2018 en 2019 y el estado interino del Gobierno en funciones han impedido al Ejecutivo acometer medidas para aumentar los ingresos, con lo que sus objetivos iniciales ahora también serán difíciles de alcanzar y es necesario volver a negociarlos con Bruselas.
Negociación con el resto de partidos
Por otro lado, en los plazos para la presentación del proyecto de cuentas públicas también influirá las negociaciones con el resto de grupos parlamentarios, ya que la intención del Ejecutivo es lograr al menos los mismos apoyos que en la moción de censura y, para ello, tantear al resto de formaciones antes de presentar el proyecto para tener los apoyos atados.
En este sentido, la aprobación de los PGE dependerá del voto de ERC, por lo que probablemente sea necesario que antes de permitir la aprobación de las cuentas, la formación independentista exija algún avance sobre la cuestión catalana.