La nueva Ley Hipotecaria, publicada el sábado pasado en el Boletín Oficial del Estado (BOE), que entrará en vigor el próximo 16 de junio, cambiará las reglas de juego para todos aquellos que quieran pedir un préstamo hipotecario, que contarán con más protección y garantías tanto en la firma del contrato como durante el periodo que se mantenga la deuda.
Entre las nuevas ventajas para los prestatarios destaca que se ahorrarán dinero vía gastos, ya que todos a excepción del de tasación correrán a cargo de la entidad financiera, que estará encargada de explicar con claridad todos los términos del contrato hipotecario. El cliente no tendrá que preocuparse (tanto) de la letra pequeña, en la que habitualmente se incluían contratos de otros productos del banco vinculados a la hipoteca (como seguros de vida y hogar) y que ya no podrán venderse de forma conjunta con la hipoteca.
En caso de que el contrato incluya una comisión de apertura, ésta se podrá cobrar una sola vez y deberá incluir todos los gastos del estudio, tramitación o concesión del préstamo.
La nueva regulación pone fin también a las polémicas cláusulas suelo (y techo). Las entidades conceden préstamos hipotecarios referenciados, en la mayoría de los casos, al euríbor (una tasa de interés europea que fluctúa constantemente) más un cantidad porcentual fija (por ejemplo, euríbor + 1,25).
Para cubrirse las espaldas en caso de que el euríbor cayera demasiado, los bancos estipulaban unas cláusulas suelo que suponían que el prestatario tenía que pagar un tipo de interés mínimo incluso aunque el euríbor fuera inferior, y lo mismo ocurría en sentido contrario (un tope máximo de intereses aunque el euríbor estuviera disparado).
La nueva regulación establece que el tipo de interés mínimo será del 0%, con lo que las entidades tendrán que adaptarse a la situación real del precio del dinero.
Más barato amortizar y más margen para el desahucio
Los clientes también se beneficiarán de mejores condiciones cuando quieran amortizar su hipoteca (es decir, aportar una cantidad de dinero en un momento puntual para reducir el periodo que falta hasta liquidar el préstamo o bien la cuota que pagan mensualmente). La Ley aprueba una bajada de comisiones para cuando esto ocurra.
En el caso de hipotecas a tipo variable, el cliente tendrá que pagar una comisión máxima del 0,25% del capital reembolsado anticipadamente si amortiza en los tres primeros años de vigencia de la hipoteca, o del 0,15% si lo hace en los primeros cinco años.
Si la hipoteca fuera a tipo fijo, esta comisión será del 2% en los primeros 10 años del préstamo y del 1,5% a partir de ese momento.
Los clientes también disfrutarán de más protección en caso de impago, ya que se amplían los plazos máximos para que la entidad pueda proceder a un desahucio: durante la primera mitad de vida del crédito podrán pasar 12 cuotas sin pagar o un 3% del capital adeudado, mientras que en la segunda mitad el plazo máximo permitido de impago será de 15 cuotas o un 7% del capital prestado.