El coche eléctrico tiene por delante un largo camino por recorrer en muchos mercados europeos, pero especialmente en el caso de España. Y buena parte de ese lento avanzar viene por parte sobre todo de las infraestructuras que siguen estando a niveles muy bajos tanto en términos absolutos como en comparación con la mayoría de países de nuestro entorno, especialmente cuando hablamos de puntos de recarga públicos.
Es cierto que los precios de los coches eléctricos es aún elevado y que la autonomía sigue condicionado la compra en muchos casos, pero son las infraestructuras, la escasez de ellas, el principal escollo que hay que superar para la completa implementación en el mercado español de los coches eléctricos.
Los datos de la Asociación Nacional de Fabricantes de Coches y Camiones (Anfac) reflejan perfectamente este escollo. En España hay unos 2.900 puntos de carga públicos para coches eléctricos, unos cargadores que en la inmensa mayoría son de apenas 11 kW, una capacidad de carga que requiere en casi cualquier turismo seis u ocho horas para alcanzar al menos un 80% de la capacidad total. Y además de escasos, no siempre están en funcionamiento y no es extraño acudir a muchos de ellos y encontrarnos con que no están operativos por el motivo que sea.
Y fuera de las ciudades el problema es aún mayor, pues en las principales vías y carreteras españolas apenas podemos contar con poco más de 270 puntos de recarga de esos menos de 3.000 puntos públicos, por lo que realizar un viaje largo sigue siendo en la práctica una utopía… o una aventura según se mire. Anfac señala que hay trayectos en carreteras en España sin un solo punto de carga en más de 150 kilómetros, lo que limita sin duda la electromovilidad.
Puntos de recarga privados
Algo mejor se encuentra España en lo que a puntos de recarga privados. Como recoge la plataforma especializada en infraestructura para vehículos eléctricos electromaps, la cifra total en España de puntos privados se sitúa en el entorno de los 10.000 puntos de carga, unos conectores que son la suma de los existentes en áreas privadas de hoteles y restaurantes, en los que su utilización no suele estar completamente abierta al público y requiere en muchos casos ser cliente del establecimiento.
En comparación con Europa, la situación de España es bastante deficitaria
Pero además de pocos puntos de recarga en el territorio nacional, su localización sigue estando aglutinada en grandes ciudades. Casi la mitad de todos los puntos de carga para coches eléctricos en España, en torno al 43%, se concentran en Madrid y en Barcelona. En el extremo opuesto nos encontramos ciudades donde los puntos de carga para eléctricos prácticamente no existen, como el caso de Soria, donde apenas hay un punto de recarga público, o Pontevedra, donde solo cuentas con dos.
Porque en comparación con Europa, la situación de España es bastante deficitaria. La cifra de puntos de recarga en nuestro país queda muy lejos de las que manejan Países Bajos (37.000 estaciones de carga), Alemania (algo más de 27.000), Francia (casi 25.000) o Reino Unido (cerca de 20.000).
Los datos globales de ventas de vehículos eléctricos tampoco acompañan en el mercado español. En el mes de septiembre de este año 2019, los coches eléctricos registraron un total de 795 unidades matriculadas, lo que supone una subida del 66% con respecto al mismo mes del año pasado. En el acumulado del año, en España se han vendido entre enero y septiembre un total de 7.462 vehículos eléctricos puros, un 119% más que el 2018 a estas alturas. Un importante crecimiento sin duda respecto al mismo periodo de 2018, aunque la cifra total de matriculaciones no llega siquiera al 1% del total de coches matriculados.