Mercados

¿Qué pasaría con la Bolsa de Barcelona en una Cataluña independiente?

La Bolsa de Barcelona está integrada en el sistema de interconexión bursátil propiedad de Bolsas y Mercados Españoles. Si se produjera la independencia de Cataluña, es difícil que las grandes y medianas empresas cotizadas escogieran un sistema menor, por lo que el 'nuevo' mercado de valores quedaría relegado para las pymes.

  • Sede de la Bolsa de Barcelona.

¿Qué ocurriría al día siguiente de una hipotética declaración de independencia de Cataluña con la Bolsa de Barcelona? El silencio que ha imperado en el mundo empresarial catalán hasta hace poco, roto ante la inminente llegada del día 27, ha impedido hablar más sobre cómo se articularía un mercado de valores en una hipotética situación de independencia. Quizá porque el empresariado no termina de ver claro cómo en un mundo global e interconectado se podría estructurar una nueva plaza financiera para que fuese más competitiva, teniendo en cuenta el largo período de costes que supondría la transición hacia la hipotética secesión.

En la actualidad, las cuatro bolsas españolas (Madrid, Barcelona, Bilbao y Valencia) actúan de manera coordinada a través de la participación de sus sociedades rectoras en Bolsas y Mercados Españoles (BME), firma privada que se encarga de la gestión de la intermediación bursátil, además de la compensación y liquidación de los valores. El Sistema de Interconexión Bursátil Español (SIBE) permite la contratación del título de una compañía que esté admitida al menos en dos de estas cuatro plazas financieras mediante un único libro de órdenes, proporcionándole de esta forma mayor liquidez, al unificar las peticiones de compraventa de acciones.

En cada una de las bolsas, que son sociedades anónimas, participan sociedades y agencias de valores del mercado. En el caso de la Bolsa de Barcelona, figuran BBVA, Santander, Société Générale CIB, Caixabank, Banco Sabadell, Deutsche Bank, Renta 4, Link Securities, Ahorro Corporación, GVC Gaesco o Mercavalor.

Las bolsas de Madrid, Barcelona, Bilbao y Valencia actúan de manera coordinada a través de la participación de sus sociedades rectoras en BME, firma privada que se encarga de la gestión de la intermediación bursátil.

BME es quien autoriza y supervisa la cotización de una compañía, si cumple los requisitos legales exigidos por la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). También se encarga de los mercados secundarios de deuda, aunque cada una de las bolsas controla la contratación de sus respectivas deudas públicas autonómicas.

Dentro del documento elaborado por el Consejo para la Transición Nacional para el gobierno autonómico catalán, se menciona la creación de una Autoridad Catalana de Inversiones y Mercados, una copia de la CNMV para supervisar los mercados financieros. Y el presidente de la Bolsa de Barcelona, Joan Hortalá, es un hombre cercano a Convergencia Democrática de Cataluña (CDC) e incluso formó parte del gobierno de Jordi Pujol. Su tesis es que la independencia de Cataluña podría implicar la salida de la Unión Europea aunque podría funcionar sin necesidad del euro.

Operativamente sería factible mantener el status quo actual de BME, puesto que no dejar de ser un sistema de contratación bursátil.  De hecho, existen entidades como Euronext que surgieron de la fusión de las bolsas de París, Amsterdam, Bruselas, Lisboa y Oporto, a la que posteriormente se unió la New York Stock Exchange.

El problema vendría del interés de las empresas en mantener su cotización en la bolsa de valores de un nuevo país que debería afrontar numerosos envites financieros. Son varias las compañías cotizadas importantes que han señalado su intención de cambiar su sede social de Cataluña si se produjese una declaración unilateral de independencia. Y entidades financieras como Caixabank también han mostrado su disconformidad. No sería extraño, pues, que se plantearan dejar de cotizar en un mercado que perdería su capacidad de atracción de inversores.

Aunque el sentimiento nacionalista arraigara en algunas firmas y mantuvieran su presencia en la Bolsa de Barcelona, su volumen de contratación sería demasiado bajo para ser relevantel. Y algunos analistas advierten de que sería el camino más fácil para que este parqué quedara relegado a la cotización de las pymes de los corros electrónicos.

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