La negociación para renovar a la cúpula del Banco de España está totalmente estancada. Y la falta de avance es achacable a dos causas. La primera es la firmeza del Gobierno a la hora de defender a su candidato oficial: el ministro para la Transformación Digital, José Luis Escrivá. La segunda es la ausencia de candidatos alternativos, ni para gobernador ni para subgobernador, que ha llevado al PP a cerrarse en banda en el diálogo.
Fuentes próximas a Génova aseguran que el Ejecutivo no ha puesto sobre la mesa más nombres. La encargada de negociar en nombre del PP, Cuca Gamarra, ha dejado clara su negativa a seguir avanzando. La presión de los populares, sin embargo, no ha surtido ningún efecto en el lado socialista, donde lleva la voz cantante el ministro de Presidencia, Félix Bolaños.
Fuentes conocedoras de las negociaciones aseguran, incluso, que el único candidato que se vinculaba al PP también ha sido planteado por Ferraz. Hablamos del economista Ramón Quintana, actual director general del Mecanismo Único de Supervisión, un organismo que cuelga de la estructura del Banco Central Europeo (BCE). Quintana tendría, de entrada, posibilidades de ser aceptado por Génova para el puesto de subgobernador. Está vinculado al entorno del PP a través de su mujer, Beatriz Viana, ex directora general de la Agencia Tributaria con Mariano Rajoy.
Las mismas fuentes aseguran que Quintana sería un candidato aceptable para Génova. Eso sí, siempre que el Gobierno retirara su apuesta por Escrivá. En ese escenario alternativo entrarían en juego otros perfiles más próximos al PSOE, pero menos significados políticamente. Ese es el caso de Paula Conthe. La secretaria general del Tesoro era la mejor situada en las quinielas hasta que Pedro Sánchez decidió jugar la baza de Escrivá.
El ministro es una línea roja para Génova. En el PP aseguran su nombramiento como gobernador sería una afrenta clara, tras la firma del acuerdo de la Justicia. Ese pacto incluía el compromiso de vetar las puertas giratorias en la carrera judicial. Génova asevera que su compromiso con la regeneración democrática y el objetivo de aumentar las garantías de independencia de instituciones, organismos reguladores y autoridades independientes implica una condición irrenunciable: "Nadie puede pasar directamente del Gobierno a un puesto en estas entidades", insisten fuentes populares.
Un ejemplo: el PP votó hace una semana una modificación de la Ley del Ministerio Fiscal para que no pueda ser Fiscal General del Estado quien no haya estado los cinco años anteriores fuera de la política.
Otras renovaciones junto al Banco de España
Los negociadores aún confían en un último gesto del Gobierno. Ahora bien, tienen claro que sacrificar a Escrivá implicaría una exigencia paralela. No hay que olvidar que los dos partidos están negociando, además de la cúpula del Banco de España, otros puestos clave en organismos estatales, como la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) o la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).
Cada vez hay menos posibilidades de que haya un pacto. Se da por hecho que la parálisis de la vida política en agosto enfriará el diálogo. Y el 10 de septiembre expira el mandato de la subgobernadora, Margarita Delgado, quien está ejerciendo como gobernadora en funciones desde la salida de Pablo Hernández de Cos. Crece el riesgo, por tanto, de que el Gobierno imponga unilateralmente no sólo al nuevo gobernador, sino también al número dos del Banco de España.
