La Dirección General de Economía y Estadística del Banco de España ha publicado sus nuevas previsiones económicas, que apuntan a una desaceleración del PIB en los próximos meses y auguran que la economía sólo crecerá un 2,7% este año y un 2,3% en 2017, después de haber cerrado 2015 con un crecimiento del 3,2%. Estas cifras ponen en duda el último cuadro macroeconómico del Gobierno, que apunta a un incremento del PIB del 2,9% este año y del 3% en 2017.
En concreto, el Banco de España espera que se prolongue el periodo expansivo de la economía, pero a menor ritmo que en 2015 y gracias a la evolución del precio del crudo, el tono expansivo de la política monetaria, la recuperación progresiva de los mercados de exportación y el comportamiento favorable del mercado de trabajo.
Aún así, el PIB registrará un perfil “ligeramente decreciente” a lo largo del año, comenzando con una tasa interanual en el primer trimestre del 0,7%, que irá perdiendo fuelle a lo largo del año hasta acabar en los últimos meses cerca del 0,5%.
Según el banco emisor, la economía irá perdiendo fuerza a medida que se vayan diluyendo factores que han impulsado el crecimiento, como las bajadas del precio del crudo, la depreciación del tipo de cambio, la moderación de los costes de financiación o el tono más expansivo de la política fiscal en 2015.
En cualquier caso, la economía seguirá apoyándose en la demanda nacional, aunque los componentes de la misma se van a moderar. Así, el consumo de los hogares mantendrá un crecimiento elevado, pero se irá ralentizando por la desaparición de elementos transitorios que lo han impulsado en los últimos meses.
De la misma forma, la inversión empresarial se desacelerará por el debilitamiento transitorio de los mercados exteriores y el fortalecimiento del euro y la demanda de las Administraciones Públicas moderará su crecimiento, según los planes presupuestarios actuales, frente al elevado incremento de 2015.
Las exportaciones, por su parte, registrarán cierta pérdida de empuje en el corto plazo, aunque la situación podría volver a darse la vuelta a final de año y a lo largo de 2017. Y el comportamiento de las importaciones vendrá determinado por la evolución de la demanda final.
La tasa de paro seguirá por encima del 18% en 2017
En el mercado de trabajo, el Banco de España espera que la economía siga creando empleo a tasas elevadas en relación al crecimiento del PIB y que los costes laborales aumenten de forma moderada. La población activa crecerá de forma modesta, así que la tasa de paro seguirá disminuyendo en los próximos meses hasta que se sitúe ligeramente por encima del 18% a final de 2017.
El déficit solo podrá reducirse al 4,4% en 2016, frente al 2,8% que figura en el Programa de Estabilidad
Por su parte, los precios de consumo van a retroceder un 0,1% en el promedio anual y seguirán “fuertemente condicionados” por el precio del petróleo, de forma que no comenzarán a repuntar hasta la segunda mitad del año y acabarán 2017 con una tasa media del 1,6%.
Sobre las cuentas públicas, el Banco de España avisa que el déficit solo podrá reducirse hasta el 4,4% este año y al 3,4% en 2017, teniendo en cuenta las cifras que publicó ayer el Ministerio de Hacienda, que arrojaron un déficit del 5,2% en 2015. Las cifras del Banco de España están muy alejadas de las que figuran en el Programa de Estabilidad, del 2,8% para este año y del 1,4% para 2017.
La incertidumbre puede afectar al crecimiento
En cualquier caso, el Banco de España avisa de que el balance de riesgos en torno a este escenario ha empeorado en los últimos meses, tanto a nivel externo como a nivel interno. De hecho, asegura que las dudas sobre el curso futuro de las políticas económicas podrían incidir negativamente en las decisiones de gasto de los agentes privados, sobre todo si la incertidumbre se prolonga en el tiempo.
Aunque no han cuantificado el impacto de la incertidumbre en el cecimiento, asegura que reducir la incidencia de estos riesgos requiere priorizar la culminación de la consolidación fiscal, que resulta esencial para mantener la confianza, y perseverar en la aplicación de las reformas estructurales que reduzcan las vulnerabilidades de la economía y permitan mejorar su capacidad de crecimiento futuro.