Llevaban meses pendientes de los planes de la multinacional francesa para valorar cómo podrían estos afectar a las diversas plantas españolas que Renault tiene en Valladolid, Palencia y Sevilla. Tras dar a conocerlos se respira cierta tranquilidad ante el anuncio de que seguirán teniendo un peso importante en el futuro de la marca y de que no hay previstos despidos adicionales a los ya anunciados el pasado mes de mayo a nivel mundial para reestructurar el negocio, y que contemplaba una reducción de los costes fijos en más de 2.000 millones de euros en el plazo de tres años.
Un nuevo plan que prioriza ante todo la rentabilidad frente al volumen de producción. Cada euro que se invierta será analizado con lupa en busca de su máxima rentabilidad. De acuerdo con esta nueva orientación, la empresa ya no medirá su rendimiento a través de la participación de cuotas de mercados y las ventas, sino a través de la rentabilidad, la generación de liquidez y la eficiencia de las inversiones.
El Grupo fija nuevos objetivos financieros en dos horizontes, 2023 y 2025. En el primero, Renault tiene como objetivo lograr más del 3% del margen operacional del Grupo y alrededor de 3.000 millones de euros flujo de caja libre y reducir las inversiones y gastos en I + D en alrededor del 8% de la cifra de negocios. En el segundo, un margen operacional del Grupo de al menos el 5%, alrededor de 6.000 millones de euros de flujo de caja libre y aumentar en al menos en 15 puntos en comparación con 2019 el beneficio operativo del automóvil.
Un nuevo plan estratégico que según Luca de Meo es muy bueno para España, aunque habrá "dolor" por la búsqueda de mayor competitividad que quiere lograr el grupo en sus fábricas en el país. "El plan es una oportunidad para nuestro ecosistema industrial en España, al que consideramos una fuerza en el mundo de Renault, porque es muy competitivo", señaló De Meo en una conferencia de prensa.
El ejecutivo italiano recalcó el nivel de capacidad de producción de las plantas españolas, y precisó que "muchos de los productos que hemos previsto para el futuro están basados en las plataformas localizadas en España". Aun así, requerirá de muchos esfuerzos y sacrificios debido a la búsqueda de "competitividad que debemos negociar con los diferentes actores en el país", incidió. Añadió que José Vicente De los Mozos, el presidente de Renault España y vicepresidente del grupo, "está discutiendo actualmente" el plan con diferentes sectores.
Sin nuevos recortes de empleo
En todo caso, De Meo descartó que el plan presentado este jueves suponga una reducción de empleo en el grupo, después del recorte de 15.000 puestos de trabajo en el mundo anunciado en mayo pasado. "No hay recortes adicionales de empleo", afirmó.
En todo ello cobrará un especial protagonismo el coche eléctrico, una tecnología que en España tiene cierto peso. Renault quiere convertirse en líder en electrificación de aquí a 2025, con un centro de producción ubicado en el norte de Francia con la capacidad de fabricación de vehículos eléctricos más grande del Grupo en el mundo.
Además, tiene previsto crear un joint-venture sobre el hidrógeno para los vehículos de pila de combustible y ofrecer así el mix de productos más ecológico de Europa. No en vano, la mitad de los lanzamientos en Europa serán vehículos eléctricos, cuya aportación al margen será más fuerte que la de los vehículos térmicos en términos económicos.
En cuanto a su marca ‘low cost’ Dacia, su aportación a los resultados del grupo será sin duda más relevante, proponiendo productos asequibles, basados sobre tecnologías contrastadas y destinadas a clientes que buscan la “compra inteligente”, subiendo en gama hacia el segmento C en el que ahora no están presentes. De los siete modelos lanzados de aquí a 2025, dos lo harán en el segmento compacto. Para mejorar la rentabilidad pasarán de cuatro plataformas a una única, lo que permitirá alcanzar 1,1 millones de unidades por plataforma frente a las 0,3 millones.