Economía

El conflicto de Repsol y Perú por el vertido de crudo amenaza con acabar en litigio

El Gobierno de Perú considera que Repsol es el único culpable del vertido de 6.000 barriles de crudo en sus costas. Una posición que no comparte la compañía española. Mientras

  • Vista aérea de la playa afectada por la tragedia ambiental de Perú -

El Gobierno de Perú considera que Repsol es el único culpable del vertido de 6.000 barriles de crudo en sus costas. Una posición que no comparte la compañía española. Mientras ambas partes colaboran en intentar solventar este desastre medioambiental, el cruce de reproches se ha instalado en la opinión pública local. Un conflicto que, como destacan fuentes judiciales, está condenado a terminar en los tribunales para depurar responsabilidades.

Repsol, ante esta situación, se remite a los comunicados oficiales ante las preguntas de Vozpópuli.Repsol está colaborando estrechamente con la sociedad civil y las autoridades peruanas para avanzar lo más rápidamente posible en la remediación de las áreas afectadas por el derrame de petróleo en el litoral peruano”, explica en su último comunicado. "Contamos actualmente con más de 2.200 personas que participan en la limpieza del mar y el litoral peruano, además de 300 efectivos de las Fuerzas Armadas destinados a estas labores. Hoy (lunes) se prevé la incorporación de 225 personas adicionales", añaden.

La Embajada del Perú en España ha desestimado también comentar la situación ante la solicitud de este medio. Aunque desde el Gobierno que lidera Pedro Castillo se han pronunciado este mismo lunes sobre el conflicto medioambiental. La primera ministra de Perú, Mirtha Vásquez, ha asegurado  que su gobierno pretende sancionar a la refinería que controla Repsol tras el derrame de petróleo. “No pueden argumentar que no son responsables”, asegura Vásquez en declaraciones recogidas por Financial Times.Lo son y, por lo tanto, tienen que pensar en las consecuencias”, añade.

Repsol defiende que la fuga de crudo de hace 10 días se produjo por un "oleaje anómalo" a raíz de la erupción volcánica submarina en Tonga. El Gobierno carga contra la empresa toda la culpabilidad y se justifica con un primer informe del regulador del sector energía y minas (Osinergmin), del que se hace eco el diario nacional La República, que describe un movimiento brusco en la operativa que rompió el sistema de descarga mientras realizaba su actividad el carguero italiano Mare Doricum, el barco protagonista de esta tragedia.

Baile de información

De los hechos que se saben es que el pasado 15 de enero, en torno a las 17 horas y 20 minutos (hora local), en plena descarga del Mare Doricum en la Refinería de La Pampilla, refinería que opera Repsol desde 1996, se produjo una fuga de crudo en una situación de inestabilidad por este oleaje. El Instituto Nacional de Defensa Civil de Perú (INDECI), el domingo 16 de enero a las 6.55 horas de la mañana de Perú, una de las autoridades competentes para abrir o cerrar la actividad portuaria, enviaba un comunicado, horas después de ya producirse el derrame, informando de que se había iniciado maniobras de respuesta “debido a los oleajes” provocados por la erupción del volcán en Tonga.

"La Dirección de Hidrografía y Navegación (DHN) de la Marina de Guerra del Perú informó que, por seguridad, fueron cerrados los terminales multiboyas (instalación portuaria para recibir combustible)", explica su comunicado. “Se recomienda suspender las actividades portuarias y de pesca, así como asegurar las embarcaciones y/o retirar las flotas pequeñas hacia tierra firme. Además, se debe evitar actividades deportivas y recreativas durante el periodo de oleaje, así como campamentos cerca de las zonas de playa”, concluye esa nota. Según informa el propio diario La República, horas antes de producirse este derrame, las autoridades marítimas peruanas tranquilizaban señalando que "no existe una alerta de tsunamis” y que se trataba de “algunas variaciones leves en el mar”.

No pueden argumentar que no son responsables”Mirtha Vásquez (Primera ministra de Perú)

Bajo aquel contexto, la Refinería de La Pampilla había mantenido su actividad hasta entonces. Repsol comunicó el domingo a la prensa que un “derrame limitado” había ocurrido el sábado por la tarde por este escenario, pero que estaba controlado el incidente. La empresa española informaba horas después que la mancha de petróleo se extendía unos 2,5 metros cuadrados. Aunque el percance ha ido in crescendo. El Ministerio de Medio Ambiente peruano habla en su último informe de esta semana de una afección en 180 hectáreas (equivalentes a unos 270 campos de fútbol) en la franja de playas y 713 hectáreas de superficie en el mar.

Perú y las multas a Repsol

Días después de conocerse la magnitud del impacto ambiental, el ministro de Medio Ambiente, Rubén Ramírez, informaba a los medios locales que Repsol se enfrenta por este percance a una multa que rondará los 34 millones de dólares. Además, el Gobierno de Perú avanzaba a la prensa que obligará a la empresa española a asumir los costes de operación de limpieza y podría tener que indemnizar a cientos de pescadores, hoteleros y restauradores que han perdido ingresos a causa del desastre.

El conflicto de Repsol y Perú por el vertido de crudo amenaza con acabar en litigio
Protestas en Lima contra RepsolEuropa Press

Estos anuncios del Ejecutivo peruano han colocado a Repsol como 'enemigo público' para el Gobierno, la oposición y una gran multitud que les respalda. Una veintena de asociaciones juveniles y gremios afectados dieron muestra de ello en las últimas protestas, con miles de personas según la prensa local, que incriminaron en sus lemas a la empresa española y piden la salida del país de Repsol.

Un mercado que de gran importancia para la empresa que dirige Josu Jon Imaz. Perú genera una facturación de 1.670 millones de euros, según su último informe anual de 2020, fundamentado en su negocio de estaciones de servicios, lubricantes, gas y refino. La empresa ahora colabora junto a autoridades y voluntarios en la limpieza del mar y playas tras esta derrame de crudo. Una imagen que recuerda a lo vivido en España con el Prestige hace 20 años. Y, pese al tiempo que ha pasado, el litigio entre España y los responsables de aquel carguero por el desastre medioambiente en las Rias Baixas sigue ofreciendo nuevos capítulos judiciales.

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