La convocatoria de ayudas europeas para el coche eléctrico se abrirá previsiblemente en octubre y a principios de 2022 se debería conocer los operadores elegidos para desarrollar el programa. Pero a día de hoy, la iniciativa liderada por Seat y Volkswagen en España es la única que se perfila con firme candidata a las subvenciones de casi 3.000 millones de euros incluidas en el proyecto sectorial aprobado por el Ejecutivo (PERTE).
El Consejo de Ministros dio luz verde la semana pasada al proyecto estratégico para la recuperación y transformación económica (PERTE) del vehículo eléctrico y conectado (VEC) que inyectará en el sector 4.295 millones públicos hasta 2023; en su mayoría procedentes del fondo europeo Next Generation, y que se prevé que movilizará inversiones privadas de más de 19.700 millones.
Del total de dinero público, 2.975 millones irán a la actuación integral para el desarrollo y fabricación del vehículo eléctrico en España, y de esa cantidad, unos 1.500 millones serán subvenciones, mientras que otros 1.500 millones consistirán en préstamos. Para poder optar a estas ayudas, los proyectos deberán ser presentados por agrupaciones empresariales integradas por, al menos, cinco compañías tractoras. Además, la inversión deberá tener impacto en un mínimo de dos comunidades autónomas.
Las iniciativas también deberán incluir una planta de fabricación de baterías y plataformas para la producción de vehículos eléctricos y la fabricación de componentes, así como integrar un 40% de pymes y contar con una inversión mínima de 40 millones de euros.
Ya el pasado mes de marzo el Gobierno anunció la creación de un consorcio público privado con Seat y otros socios en el denominado proyecto F3, integrado por una quincena de compañías, entre ellas Iberdrola, Telefónica y CaixaBank, y otras del mismo sector de la automoción como las empresas de componentes Ficosa, Gestamp, Sesé y Grupo Antolín. Este proyecto contempla la creación de una fábrica de baterías eléctricas cerca de la planta que la firma automovilística tiene en Martorell (Barcelona) y de la que se beneficiarían tanto la propia planta de Seat como la de Volkswagen en Navarra.
España, pilar estratégico para VW
Y es que la fábrica, que se convertiría en la tercera del consorcio alemán después de la de Alemania y Suecia, forma parte de un proyecto más ambicioso que contempla también la producción de coches eléctricos pequeños tanto en Martorell como en Navarra. Por ello, tras la aprobación del Perte, el consejero delegado de Volkswagen, Herbet Diess, aseguró que España será uno de los pilares estratégicos de la ofensiva de vehículos eléctricos del grupo.
El grupo automovilístico alemán quiere establecer en España "toda la cadena de valor añadido de los vehículos eléctricos", incluida la producción de vehículos, de sus componentes y la nueva fábrica de baterías, subrayó Diess. Además de Volkswagen, a día de hoy cuentan con fábricas de vehículos en España Stellantis (Citroën, Opel o Peugeot), Renault, Nissan, Ford, Mercedes-Benz e Iveco, a las que se suman cientos de instalaciones de fabricantes de componentes nacionales (Gestamp, Antolín o Cie) e internacionales (Bosch, Continental o Michelín).
Pero por el momento, desde estas compañías no se han anunciado planes concretos relacionados con el Perte, aunque desde las asociaciones sectoriales como Anfac (fabricantes), Sernauto (componentes) o Faconauto y Ganvam (vendedores) se ha aplaudido su aprobación puesto que permitirá a España, segundo fabricante de Europa y octavo del mundo, mantener su posición de liderazgo. Lo avanzado del proyecto por parte de Seat y Volkswagen les sitúan por tanto en una posición claramente ventajosa de cara a recibir esas ayudas millonarias.