Claudia, Cristina y Miguel son los nombres propios de tres aplicados graduados que están a punto de cumplir sus sueños de ampliar estudios fuera de España. Cada uno de ellos va a recibir una beca de posgrado de la Fundación Mutua Madrileña dotada con 12.000 euros anuales, por un periodo máximo de dos años.
Sus expedientes académicos son excelentes, han terminado sus grados en universidades españolas hace menos de cuatro años y ahora se disponen a continuar con sus estudios de máster o doctorado en alguna universidad internacional.
Un año más, y van 16, la Fundación Mutua Madrileña, ha concedido sus becas anuales posgrado. Con un total de 11,5 millones de euros invertidos en las 660 becas concedidas hasta ahora para la ampliación de estudios en el extranjero, Mutua Madrileña cumple con su propósito de revertir parte de sus beneficios entre sus asegurados. Es una vía de las múltiples que tiene la aseguradora y que fomenta la excelencia académica de nuestros estudiantes.
El 70% de los becados de este año, ha optado por ampliar sus estudios principalmente en universidades europeas de Países Bajos, Reino Unido, Alemania y Dinamarca.
Más del 60% de los beneficiarios en este 2021 son mujeres y entre ellas hay dos, Claudia y Cristina que han apostado por la Neurociencia.
Claudia Tato comienza un máster en Neurociencia Humana en la Universidad de Turku (Finlandia) tras lograr un doble grado en Psicología y Criminología en la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid: “A lo largo de la carrera descubrí que quería investigar en Neurociencia y aprender a usar técnicas de neuroimagen en investigación y además hacerlo fuera de España para diferenciarme de cara al mercado laboral y también para vivir la experiencia de rodearme de otros compañeros internacionales en un máster interdisciplinar”.
La joven reconoce que, a veces, no es suficiente con el trabajo duro y las ganas y “necesitamos alguna ayuda externa que nos permita hacer posibles nuestros sueños. Esta ayuda, en mi caso, ha llegado de la mano de la Fundación Mutua Madrileña. Gracias a que mi madre leyó el tema de las becas en la revista que la Fundación Mutua Madrileña y que ella es mutualista desde hace más de 30 años hoy estoy estudiando lo que me gusta, donde quiero y disfrutando mucho cada día”, cuenta y reconoce que “mi familia, al igual que muchas otras, ha sufrido un gran impacto por la Covid-19. Mis padres eran autónomos y ahora enfrentan tiempos muy difíciles en los que no es posible asumir los gastos del traslado de un hijo al extranjero, por lo que esta beca ha sido esencial para poder realizar mis estudios y cumplir mis sueños”.
Cristina Boers, como Claudia, comienza también un Máster en Neurociencia pero no llega aquí desde la Psicología, sino desde el Grado de Bioquímica en la Universidad Autónoma de Madrid. Y ha elegido la Universidad Libre de Amsterdam (Vrije Universiteit), según ella, por muchas razones: “Mi padre es holandés, pero yo nunca he vivido en los Países Bajos, así que ésta me parecía una muy buena oportunidad; Por otro lado, es una de las mejores universidades de Europa para estudiar neurociencia porque está muy enfocada a la investigación. Tan solo llevo aquí dos semanas y ya he conocido a decenas de personas de más de 20 países distintos”.
Cristina tenía tan claro que quería hacer su máster que llevaba tiempo ahorrando, pero era consciente de que para poder sufragar todos sus gastos debía buscar también trabajo: “Me resultó increíble que mi madre, que es cliente de la Mutua desde hace más de 20 años, recibiese un mensaje con información sobre las becas de posgrado. Se me abrió el cielo porque Amsterdam es una ciudad muy cara y yo tenía muy poco de dinero ahorrado por lo que en unos pocos meses tendría que haber empezado a trabajar. Ahora, puedo centrarme solo en el máster. Esta beca es una oportunidad única y me siento muy agradecida”.
Miguel Blázquez lleva ya más camino andado. Se graduó en Biología en la Universidad Autónoma de Madrid, y ya ha realizado un máster en el Galway-Mayo Institute of Technology (Irlanda), un centro de investigación en biología marina y acuática, y ahora, gracias a la beca de la Fundación Mutua vuelve allí para hacer un doctorado estudiando a las ballenas.
Desde pequeño merendaba viendo los documentales de La 2, esos que, como él mimo apunta “otros ven solo para echarse la siesta”, por eso eligió Biología marina para su máster. Pero llegó la pandemia y lo paró todo menos su cabeza. Miguel quería volver a Irlanda para seguir investigando acerca de estas especies y, tras hablar con un profesor, decidió lanzarse a por un doctorado sobre la migración de las ballenas jorobadas: “Este doctorado era mi sueño de infancia, pero no disponía de financiación asociada, así que me puse a buscar una beca. Solicité una del gobierno irlandés que me fue denegada, pero en marzo de este año, mi madre, que es mutualista desde hace muchos años recibió un correo de la Fundación Mutua Madrileña que hablaba sobre unas becas de posgrado y me lo reenvió. Vi que era compatible con mi situación y que con mi nota del grado podría tener opciones; así que no lo dudé y realicé mi solicitud. No puedo estar más contento y agradecido”, señala. Este año, Miguel verá con sus propios ojos la migración de las ballenas jorobadas a aguas irlandesas. Claudia y Cristina estudiarán a fondo la estructura del cerebro y los recovecos de la mente y los tres, al igual que los otros 37 becados por la Fundación Mutua Madrileña, se harán más sabios, más independientes y cosmopolitas y serán eslabones fundamentales de un prometedor futuro.