Está claro que los drones son un invento práctico como pocos. A pesar de que su origen se remonta a los esfuerzos bélicos de Estados Unidos en la guerras del Golfo y los Balcanes, a día de hoy se utilizan para todo: desde para grabar escenas de acción y vídeos musicales, hasta para regar plantaciones de miles de hectáreas, arbitrar un partido de fútbol o repartir pizzas a domicilio.
Dentro de sus usos menos conocidos está el de reparto de medicamentos y material médico a zonas de difícil acceso. Uno de los últimos proyectos es Zipline, que tiene como objetivo el reparto de medicamentos, vacunas y bolsas de sangre a gran escala en zonas rurales de Ghana. Los clientes sólo tienen que enviar un mensaje de texto al almacén, y acto seguido, un dron con el material solicitado se pone en marcha hacia el punto de recogida, a veces a miles de kilómetros de distancia.
Ahora, llega a España Pharmadron, de la mano de Novaltia, una cooperativa de distribución farmacéutica zaragozana. El objetivo del proyecto -que aún se encuentra en fase de estudio- no es otro que analizar la viabilidad del reparto de medicamentos y otros productos farmacéuticos a zonas rurales en distintos puntos de España mediante drones autónomos.
Los responsables del proyecto, liderado por la cooperativa aragonesa, que cuenta con más de 1.000 de clientes en Aragón y Euskadi, ya han puesto en marcha los preparativos para llevar a cabo la primera prueba piloto usando un dron comercial -similar a los que se pueden adquirir con cámara para grabarnos desde el cielo- adaptado al transporte de fármacos.
Un pueblo de 400 habitantes, terreno de pruebas
La pequeña farmacia que regenta Nieves Gil en la pequeña localidad turolense de Gea de Albarracín será el escenario del primer vuelo de dron de transporte médico en España. Según ha explicado a este diario Fernando Castillo, director general de Novaltia, se decantaron por la farmacia de Nieves debido a su situación geográfica: se encuentra a 20 kilómetros del aeropuerto de Teruel.
“La elección de Gea de Albarraicín fue por criterios técnicos, buscamos un municipio que no estuviera ni cerca ni lejos del aeropuerto y que contase con una farmacia”, apunta. La clave residía en el aeropuerto, cuyo director forma parte del Clúster Aeroespacial de Aragón (AERA), que también participa en Pharmadron.
“El transporte de medicamentos no es un transporte cualquiera, no es meter en una caja un montón de medicamentos y lanzarlos por ahí, no. Tiene una parte técnica muy completa”
Y es que Novaltia no está sola, sino que el proyecto se ha conseguido poner en marcha gracias a la empresa de drones Delsat -con sede en Zaragoza y centro de pruebas en el Aeropuerto de Teruel-, la consultoría VeaGloba y PLATA, la Plataforma Aeroportuaria de Teruel.
Castillo explica que Aragón es una región donde iniciar un proyecto de estas características parecía no sólo lógico, sino que necesario. “Aragón es una zona bastante despoblada, con una orografía complicada y con zonas de difícil acceso, lo que resulta muy complicado y caro a la hora de transportar medicamento”, señala. El objetivo de Pharmadron no es otro que conseguir que pacientes crónicos, personas mayores que residan en zonas remotas o aisladas “tengan acceso universal a los medicamentos y sean independientes”.
Dificultades técnicas y legales
No obstante, a pesar de que se muestra optimista, el director de Novaltia es prudente sobre el proyecto, ya que la simulación de vuelo, que llevarán a cabo muy pronto, terminará por determinar si todas las dudas que tienen sobre su viabilidad son fundadas o no, cómo qué tipo de dron comercial utilizar o qué infraestructuras de aterrizaje serán necesarias en las farmacias de destino.
“El transporte de medicamentos no es un transporte cualquiera, no es meter en una caja un montón de medicamentos y lanzarlos por ahí, no. Tiene una parte técnica muy completa”, explica.
Castillo está en lo cierto: el reparto de medicamentos -por tierra, normalmente- es uno de los más regulados, ya que tiene que cumplir con las Buenas Prácticas de Distribución (BPD), establecidas por la Unión Europea. Esta normativa establece que los medicamentos tienen que contar un contenedor específico, fabricado con materiales avanzados, refrigerado, aerodinámico y ligero, entre otros requisitos.
Pharmadron ha sido posible gracias a una subvención dentro del Programa de Apoyo a Agrupaciones Empresariales Innovadoras (AEI) 2018 del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo, cuyo destino ha sido el «Estudio de viabilidad para el transporte farmacéutico en núcleos rurales mediante aeronaves pilotadas remotamente», que es el nombre largo del proyecto. El director de Novaltia no duda al preguntarle sobre las posibilidades de los drones como nuevo medio de transporte: “va a funcionar, seguro”.