Es 30 de abril. Los bancos acaban de presentar beneficios récord del primer trimestre de 2024. El sector vive un momento dulce al calor de los tipos de interés. En Reino Unido salta la noticia de que BBVA y el Sabadell intentarán su fusión otra vez, después de que las negociaciones fracasaran en 2020. Pero rápidamente el movimiento muta de un acercamiento amistoso entre las cúpulas a una ofensiva del grupo de La Vela para comprar la cuarta entidad más grande de España. Carlos Torres, presidente de BBVA, está decidido a hacerlo por las buenas o por las malas y desempolva las opas hostiles en el sector bancario después de casi cuarenta años.
Curiosamente, fue el Banco de Bilbao el que en 1987 puso el punto de mira en Banesto. 37 años más tarde, Torres, ingeniero de formación que fue consultor y socio de McKinsey, reedita la misma ofensiva: intento amistoso, rechazo del consejo de la otra entidad y el lanzamiento de una oferta a los accionistas. Con Banesto, el órdago del Bilbao fracasó. Aunque un año más tarde pactó su fusión con el Vizcaya.
La ofensiva de Torres ha sorprendido a propios y extraños. La oferta a los accionistas del Sabadell consta de una nueva acción más 0,29 euros de dividendo por cada paquete de 5,0196 títulos de la entidad catalana. Desde un primer momento, el plan abrió fisuras dentro de La Vela por no entenderse la estrategia de lanzarse a por el Sabadell sólo planteando un canje de acciones y sin efectivo.
Algunas voces critican que el presidente de BBVA planteara la opa hostil en la recta final de la campaña de las elecciones catalanas
Otro error de cálculo fue no tener en cuenta la situación política. El acercamiento a la cúpula del Sabadell se produjo en la recta final de la campaña a las elecciones de Cataluña. En un primer momento, Moncloa no vio mal el movimiento e incluso el ministro de Presidencia y Justicia, Félix Bolaños, llegó a calificar de “buena noticia” el intento de integración. En el Gobierno se optó por la prudencia en un primer momento, a la espera de que las negociaciones fructificaran.
Rechazo frontal de Moncloa
Con la opa hostil encima de la mesa, Moncloa no tuvo más remedio que abrir la caja de Pandora. Y Torres se encontró con la fuerte oposición del Gobierno, que tiene la última palabra en la operación y está obstaculizando el proceso de autorizaciones regulatorias. Sir ir más lejos, Competencia acaba de romper los plazos iniciales del grupo de La Vela al llevar su examen de la opa a la conocida como fase 2 por los riesgos de concentración. Este análisis se alargará al menos hasta primavera.
Hay muchas voces que ligan el futuro de Torres al éxito de la opa. Como advierten en privado algunos banqueros de la competencia, BBVA se quedaría sin plan A para crecer y tendría que dar otra vuelta de tuerca a su estrategia. "Para nada debería plantearme ese escenario", ha rechazado con contundencia varias veces en público el presidente de BBVA cualquier posibilidad de dimisión si fracasa la opa.
Salidas para Torres
Como posibles ‘salidas airosas’ se manejan tres opciones en el sector. En el primer escenario, en el que BBVA no diera su brazo a torcer con la propuesta de canje, se cree que Torres podría aprovechar unas condiciones “duras” a la operación por parte de la CNMC (con la interferencia del Gobierno, que se opone frontalmente) para dar marcha atrás.
Torres niega rotundamente que se plantee dimitir si fracasa la opa al Sabadell. Su plan para crecer quedaría en entredicho y le obligaría a lanzarse a por otras entidades
La segunda opción de Torres, según sus competidores más cercanos, pasaría por mejorar la prima pagando una parte en efectivo. Esta fue una exigencia desde el principio de los directivos del Sabadell para sentarse a negociar una posible fusión. Si el presidente de BBVA juega estas cartas, estaría a tiempo de pactar con la cúpula del banco catalán y reconvertir la opa hostil en amistosa. En el seno del Sabadell se dejan querer y en privado se desliza esta posibilidad.
Y hay otra tercera ‘salida’. En el grupo de La Vela están convencidos de que la compra del Sabadell es necesaria para ganar escala y competir en Europa con una entidad de más de un billón de euros en activos. No le quedaría otra a Torres que intentar lanzarse a por otras entidades, ya sean españolas o europeas. El problema es que en España no hay muchas opciones. El foco se volvería sobre Unicaja, que con el cambio de cúpula tras la integración de Liberbank se puede convertir en el objeto de deseo. Pero aquí también podría hacer movimientos el Sabadell tras librarse del ‘acoso’ de BBVA.
El tiempo dará o quitará la razón a Carlos Torres y reescribirá la historia de las opas hostiles en el sector bancario español. Tanto si BBVA fracasa o triunfa en su intento de comprar el Sabadell, el resto de bancos tomarán nota antes de decidirse a protagonizar operaciones corporativas. Para bien o para mal, Torres quedará en el recuerdo de los futuros banqueros españoles.
Lluisaltisentboi
30/12/2024 22:29
Vaya error de estrategia, peor no se puede hacer. Lo que no entiendo es el apoyo tan abrumador de la Junta. Una OPA que deriva en guerra no acabará bien para nadie.