El juzgado de primera instancia número 5 de Madrid ha condenado a la empresa fabricante de fibrocemento Uralita a abonar 1,7 millones de euros en concepto de indemnización por la patologías relacionadas con la exposición al amianto de un grupo de 14 vecinos de Ripollet y Cerdanyola del Vallès (Barcelona).
La sentencia responsabiliza a esta compañía, que se ubicó en Cerdanyola entre 1907 y 1997, de las patologías mortales y defunciones de afectados que entraron en contacto con el material en el ámbito de su propio domicilio, como consecuencia de convivir con extrabajadores y vecinos de la fábrica expuestos a poca distancia del centro fabril.
"No cabe duda de que los demandantes, o sus causantes, fueron diagnosticados de enfermedades directamente relacionadas con el asbesto y, en consecuencia, con la actividad que desarrollaba en la factoría Uralita", cita textualmente la sentencia.
"No cabe duda", reitera, "que tales enfermedades fueron contraídas como consecuencia de su exposición al amianto, ya por efectos ambientales ya por el contacto en el hogar, al haber vivido con familiares que acudían a casa con ropa del trabajo impregnada de dicha sustancia".
Según ha informado el Colectivo Ronda en un comunicado, la Audiencia Provincial de Madrid ya dictó el pasado diciembre la sentencia que, por primera vez, responsabilizaba a Uralita por los daños ambientales y las enfermedades de vecinos expuestos al amianto por la proximidad de sus domicilios a la fábrica de Cerdanyola.
"Ahora el juzgado acredita que las defunciones de un grupo de 14 vecinos y familiares de ex-trabajadores tienen su origen y causa en la 'falta de diligencia' de la empresa", ha añadido la cooperativa de abogados.
Colectivo Ronda ha asegurado que Uralita ha intentado negar en "numerosos procesos judiciales" su responsabilidad sobre las afectaciones causadas por la inhalación de fibras de amianto y la falta de medidas efectivas de prevención y protección de la salud en sus instalaciones.
"Uralita no actuó con la diligencia debida al ser conocido el elevado riesgo de la utilización del amianto por la comunidad científica ya desde antes de mediados del siglo XX", denuncia la sentencia, que considera que una multinacional como la demandada debería haber conocido los efectos del amianto y actuado en consecuencia.