Cuando Aleix Puig habla de su primera empresa, Vicio, centra la mayor parte de su discurso en el carácter digital de la compañía, pese a ser una marca que vende hamburguesas a domicilio. Con los términos típicos del ámbito start up, Puig, que ganó el concurso de cocina MasterChef en 2019, insiste en definirse como "un emprendedor". Lo de "chef", explica, es para quien "se ha ganado los galones".
El proyecto de este barcelonés de 29 años no es, a todas luces, un proyecto gastronómico típico. Vicio nació en octubre de 2020 en Barcelona, y esta semana aterriza en Madrid sin intención de sentar a los clientes en ninguna mesa: enviará las hamburguesas a través de dos cocinas fantasmas o dark kitchen, aunque el término tampoco le convence. "Estamos huyendo mucho del fenómeno dark kitchen porque es una palabra que empieza a ser maltratada porque te lleva a algo muy turbio, escondido, oscuro… nosotros se lo enseñamos al público, no nos escondemos. Esto tiene las operaciones a la vista del cliente", explica el CEO de Vicio, que recibe a Vozpópuli en un local pegado a la céntrica calle Fuencarral.
Antes de llegar a este concepto, Puig dio marcha atrás con un negocio centrado en la venta de tapas, al que dio la vuelta en menos de medio año. "Seis meses antes de abrir -en octubre de 2020- empezamos a crear Vicio, con ese mismo nombre, pero con otro tipo de comunicación, sin target definido, y nos pegamos la hostia de nuestra vida", explica el empresario, que resume: "Antes de salir fue tan mal que decidimos pararlo todo, remodelamos el negocio entero en cuatro meses y nos quedamos solo con el nombre".
Para poder poner en marcha su proyecto, el exconcursante de MasterChef ha necesitado financiación externa. Según explica Puig, han lanzado al menos dos rondas entre familiares e inversores particulares, la mayoría catalanes, para obtener unos 700.000 euros. "Tras fracasar con el proyecto anterior, en agosto de 2020, no teníamos un duro y la pandemia estaba pleno apogeo. Empezamos un Friends, Family and Fools, las tres F, (el entorno cercano, en terminología emprendedora) para buscar recursos". El CEO de Vicio presume además de haberse podido agarrar a la financiación bancaria. "Con Ebitda positivo desde el día uno, los bancos te quieren. Nos estamos apalancando con el banco para los siguientes rondas, porque al final es un socio que si no le llevas problemas no te va a molestar".
¿Ve posible que entre un fondo de inversión a Vicio? "Diré algo que creo: todo lo que levantas son cosas que no puedes hacer con tus propios medios, por eso buscas dinero fuera. Mientras podamos financiarnos con nuestros beneficios, o con el banco, lo haremos", asegura.
160 empleados en un año
Lo cierto es que, en poco más de un año, Vicio ha abierto un local físico en Barcelona y dos tiendas temporales en la Costa Brava y Cerdaña, para lo que ha ampliado su plantilla en más de 150 personas, tanto de marketing como cocineros y personas que entregan los pedidos en los locales donde sí existe la opción para llevar. Solo para el proyecto de Madrid la empresa ha fichado a 60 empleados, con una edad media de 27 años.
No obstante, en lo que respecta al delivery, su negocio más relevante, está disponible en un único canal. Tanto en Barcelona como en Madrid, la compañía, que no tiene repartidores propios, solo trabaja con Glovo. "Cuando elijes un agregador, intentas coger el más fuerte, el más grande y el que más te entienda. Uber Eats es americano, y lo más interesante era apoyarnos en el de casa, con pensamientos muy similares a los nuestros -cuidar a la ciudad, crecer en nuestra casa- y con una cuota de mercado por encima del 50%. Para estar en todos, prefieres estar en uno que te cuide bien", insiste Puig.