Economía

Metropolis, la alternativa tres ruedas con carné B al coche y la moto en ciudad

Peugeot actualiza el Metropolis, el scooter de tres ruedas que nació como alternativa de movilidad urbana tanto al coche como al scooter tradicional, un formato que permite disfrutar de las

  • El nuevo Metropolis se conduce sin necesidad de carné de moto, y sus reacciones requieren cierta adaptación.

Peugeot actualiza el Metropolis, el scooter de tres ruedas que nació como alternativa de movilidad urbana tanto al coche como al scooter tradicional, un formato que permite disfrutar de las ventajas en ciudad de una mayor libertad de movimientos pero con una mayor dosis de seguridad con la solidez de su tren delantero de doble rueda que aporta una mayor estabilidad y confianza en la conducción, sobre todo entre quienes nunca antes habían conducido un dos ruedas.

Un formato de tres ruedas y motor de 400 centímetros cúbicos que no necesita carne de moto para conducirlo, un atractivo más de cara a dar el salto del automóvil al scooter muchas veces limitado por la dificultad que supone sacarse el carné de moto hoy en día, que requiere tres exámenes para acceder a él. Un modelo que llega ahora con mejoras en lo que a capacidad de carga se refiere y en conectividad, gracias a la tecnología i-Connect y a su panel de instrumentos conectado a la aplicación Peugeot Motocycles que ofrece un sistema de guía paso a paso y permite consultar las notificaciones SMS con facilidad.

Desdoblado en dos versiones, SW y GT, el primero de ellos aporta un maletero superior pensado y concebido para integrarse perfectamente dentro del conjunto y permite con sus 54 litros de capacidad poder cargar desde una bolsa de deporte o de viaje hasta dos cascos integrales y se abre mediante simple presión de un botón sin necesidad de una segunda llave. Este nuevo espacio comunica con el maletero debajo del sillín de 22 litros, otorgándole a Metropolis SW un espacio de carga que permite guardar objetos largos de hasta 90 centímetros.

En cuanto a la versión GT, destaca por sus acabados más deportivos, con un parabrisas corto ahumado y un suelo plano de aluminio. Monta llantas deportivas de aluminio brillantes de 13 pulgadas con detalles en amarillo además de un manillar «naked» inspirado en los códigos de la moto, para un estilo todavía más dinámico.

A sus mandos, lógicamente lo que más llama la atención en su tren delantero de doble rueda. Para su desarrollo, Peugeot recurrió a la experiencia en los turismos de la marca para diseñar la parte más compleja de este tipo de scooter, la suspensión delantera, diseñando un sistema en cierto modo similar en su concepción al de los automóviles, pero adaptado lógicamente a los requerimientos de un scooter. Realizado en aluminio le confiere una gran manejabilidad y el sistema de bloqueo de inclinación del tren delantero, activable a bajas velocidades, permite estabilizar el scooter sin necesidad de apoyar los pies en el suelo al llegar a un semáforo.

Antes de ponernos en marcha, ya encontramos un primer aspecto derivado de los coches, pues el sistema de arranque cuenta con una llave magnética que basta llevarla en el bolsillo para activar cómodamente el botón de arranque. También la apertura de los dos huecos bajo el asiento y en la parte trasera se realiza desde sendos botones bajo el cuadro. No hace falta por tanto llevar la llave a mano. La plataforma plana facilita mucho ponernos a sus mandos, y en los primeros metros a baja velocidad descubrimos que el peso es algo elevado y requiere acostumbrarse a esas reacciones a baja velocidad, sobre todo si estás acostumbrado a manejar motos o scooters convencionales.

Pero basta ganar algo de velocidad para sentir como el peso casi desaparece, moviéndonos entre el tráfico con gran viveza y soltura fruto de un tren delantero realmente estrecho. Pasas sin problemas entre los coches y, gracias al fabuloso motor de 400 centímetros cúbicos, la respuesta al acelerador te lleva a la salida de los semáforos por delante de todos sin mayor problema. Un motor que Peugeot desarrolló desde cero y que encaja a la perfección con el peso del Metrópolis.

Un bloque monocilíndrico de 400 centímetros cúbicos con inyección electrónica que desarrolla casi 40 CV de potencia, cifra suficiente para garantizar una ágil respuesta en ciudad y llegando a superar en el marcador los 150 km/h. Todo ello con unos consumos muy ajustados, por encima de los 4,5 litros en conducción urbana y muy cerca de los 4 si combinamos algo de carretera y ciudad.

La colaboración de Peugeot automóviles se deja sentir también en aspectos como el diseño y el equipamiento o la ergonomía, incorporando elementos como la luz diurna, los sensores de presión de neumáticos mediante un testigo en la pantalla LCD o el mencionado sistema Smart Key de arranque mediante llave de proximidad.  Los amplios reposapiés, el respaldo integrado del conductor con diversas alturas posibles o incluso la frenada, que cuenta con un pequeño pedal en la parte derecha de la plataforma para frenar con el pie, han sido desarrollados pensando en aquellos que provienen de las cuatro ruedas.

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