Parece que los españoles se resisten y mucho a ahorrar para la jubilación, a pesar de que cada día se conoce un nuevo informe que nos avisa del riesgo de que las pensiones públicas sean insuficientes para financiar un retiro digno. No lo hacen los ciudadanos a nivel individual y tampoco a través de las empresas en las que trabajan. Según un informe de KPGM, solo un 26% ofrece planes de pensiones a sus empleados.
El responsable de Pensiones People Services en KPMG, Álvaro Granado, señala que el porcentaje de empresas que incluyen la planificación de la jubilación en sus agendas de recursos humanos bajará al 22% en 2019, aunque subirá al 53% en 2020.
Y es que los españoles tienen que ahorrar. KPMG recuerda en su informe que la caída de la natalidad, el incremento de la longevidad y las altas tasas de desempleo van a influir de forma determinante en la tasa de dependencia, que relaciona el número de pensionistas y cotizantes que hay en un territorio concreto.
Esta relación puede llegar a 77,5 pensionistas por cada 100 personas en edad de trabajar en 2050, es decir, 1,3 personas en activo por cada pensionista, lo que supondrá la tasa de dependencia más alta del mundo, según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
El sector financiero, los servicios, la industria, el sector farmacéutico y el tecnológico son los que más trabajan con este tipo de planes
Por eso el porcentaje de empresas que usan ese tipo de instrumentos de ahorro tiene que subir, sobre todo en algunos sectores. Y es que la mayor parte de los planes de jubilación colectivos analizados pertenecen al sector financiero, a los servicios, la industria, el sector farmacéutico y el tecnológico.
En el sector en el que más ha calado la necesidad de ahorrar es en el energético, donde el 46% de las empresas utilizaba ya los planes de pensiones colectivos en 2017 y la cifra ha aumentado al 50% en 2018. En cambio, los mayores descensos se han producido en la industria, el consumo y la distribución, diez puntos porcentuales menos en cada uno de ellos en el último año.
El efecto de las reformas
¿Es tan necesario ahorrar? El estudio de KPMG considera que sí. Además, recuerda que las reformas que se hecho en los últimos años para asegurar las pensiones van a afectar de forma importante a las prestaciones que recibirán en el futuro los trabajadores que ahora tienen los salarios más bajos.
Por ejemplo, la reforma de 1995 situó el porcentaje del salario percibido antes de la jubilación, el conocido como ratio de cobertura, en el 98,5% para los salarios de 25.000 euros bruto al año y tras los cambios de 2013 el porcentaje bajó al 60,4%. En los salarios más elevados, los que rondan los 95.000 euros al año, el porcentaje de reducción ha sido menor al pasar del 31,3% del último salario en 1995 al 26,5%.
Quizá por eso, los organismos internacionales como la OCDE, el Banco Central Europeo (BCE), o el Fondo Monetario Internacional (FMI) llevan años recomendando a las empresas y trabajadores la puesta en marcha de planes de pensiones complementarios para mejorar las prestaciones en el futuro.
El estudio recuerda que España está a la cola en incentivos a este tipo de productos de ahorro
¿Y qué pasa con la fiscalidad? Según el informe de KPMG, que recoge datos de la OCDE, España está a la cola en incentivos al ahorro en este tipo de productos. De hecho, solo el 7% de los encuestados afirma ahorrar hasta el límite fiscal y financiero de 8.000 euros al año en 2018.
Lo cierto es que los planes de pensiones, tanto individuales como de empresa, llevan años cayendo. El número de partícipes de planes individuales y de empleo volvió a caer en 2017 por séptimo año consecutivo, a pesar de la recuperación económica.
Pacto de Toledo
El año 2017 se saldó con 9,72 millones de partícipes. Un año antes la cifra rozaba los 10 millones (9,92). De hecho no ha parado de bajar desde 2011 y sigue lejos de los máximos de 10,8 millones registrados en 2010.
Actualmente, el Pacto de Toledo está revisando las recomendaciones que deben guiar la próxima reforma, incluida una sobre el ahorro complementario, que quiere fomentar también los planes de pensiones que ofrecen las empresas a sus trabajadores. Barajan, de hecho, la posibilidad de recomendar el modelo vasco, centrado en planes de pensiones de empresa, gestionados por entidades no lucrativas.