Economía

El votante elegirá entre austeridad y menos impuestos, o tributar más para gasto social

Ambos tipos de políticas dificultan la reducción del déficit público

  • un elector introduce su voto en la urna en un colegio.

En términos de impuestos, las propuestas electorales de los partidos políticos de cara a las elecciones del 10 de noviembre están alineadas en dos bloques ideológicos muy diferentes: uno que aboga por una bajada de impuestos generalizada (integrado por el PP, Ciudadanos y Vox), y otro que promueve una fiscalidad más progresiva -con más impuestos para algunos colectivos- para financiar un incremento del gasto social (PSOE y Unidas Podemos). 

Los primeros defienden que ante el escenario de ralentización económica que sufre la economía española y que podría en el futuro devenir en una recesión son necesarias reformas estructurales que favorezcan las condiciones de las empresas, incentiven la entrada de capital e inversión extranjeros y creen un ecosistema de trabajo sin trabas. 

Defienden que la presión fiscal española es superior a la europea y que, pese a ello, la recaudación sobre PIB es menor porque adolece de eficiencia, por lo que proponen en general bajadas tributarias. Aunque sobre el papel la caída de ingresos (recaudación por impuestos) debe conllevar una reducción del gasto y políticas austeras para que las cuentas cuadren -si no, el déficit se dispara- no todos los partidos del espectro de la derecha reconocen este extremo. 

PP, Ciudadanos y Vox

Vox reconoce que para bajar los impuestos "al 93% de los españoles, tendría que recortar el gasto público en 24.000 millones de euros cada año, pero eso permitirá simplificar el IRPF en dos únicos tramos: los que ingresen menos de 60.000 euros pagarán un tipo del 22% y los que cobren más de esa cantidad tributarán un 30%.

El PP, sin embargo, se niega a reconocer que habrá que recortes para encajar las cuentas y defiende la tesis de que con impuestos más bajos, las empresas y los hogares tendrán más renta disponible, lo que incentivará el consumo y la inversión, lo que redunda a su vez en más recaudación por otras vías (el IVA, por ejemplo). 

En concreto, quiere bajar del 47% al 40% el IRPF para rentas de más de 60.000 euros, y bajar el tipo nominal del Impuesto de Sociedades del 25% al 20% y del 25% al 23% para las pymes que facturan menos de un millón de euros.

"No se trata de gastar menos, sino de gastar mejor"

El mantra de ambos es que "no se trata de gastar menos, sino de gastar mejor", y a esta idea se suma Ciudadanos, que quiere poner un tipo máximo del 44% en el IRPF (frente al 46% que existe ahora para rentas de más de 60.000 euros), suprimirá el Impuesto de Sucesiones y Donaciones, y bajará el Impuesto de Sociedades hasta un 15% para pymes que reinviertan su beneficio en su crecimiento

Para zonas despobladas proponen bonificaciones del 60% en el IRPF y el Impuesto de Sociedades, del 50% en el Impuesto sobre Transmisiones Patrimoniales y Actos Jurídicos Documentados, y en el 40% de las cotizaciones a la Seguridad Social.

PSOE y Unidas Podemos

En el bloque ideológico de la izquierda las propuestas se centran en mejorar la progresividad del sistema fiscal y adaptarlo a la economía del siglo XXI.

El PSOE quiere limitar las exenciones y la tributación mínima del Impuesto de Sociedades, bajar el tipo mínimo para las pymes del 25% al 15%; subir el Impuesto de Patrimonio y aprobar medidas para luchar contra el fraude fiscal y para promover "la fiscalidad verde".

Inicialmente proponía también subir el IRPF a las rentas más altas, creando dos nuevos trampos para ingresos de más de 130.000 y de más de 300.000 euros, pero ambas propuestas han sido eliminadas de su último programa.

Rebajará el tipo de IVA a algunos productos y servicios: como los servicios veterinarios, los productos de higiene femenina o el libro electrónico, y creará dos tributos nuevos: el impuesto sobre determinados servicios digitales (conocido como 'tasa Google') y el impuesto sobre transacciones financieras ('tasa Tobin').

En conjunto cree que con esas medidas aumentará la recaudación en 5.654 millones de euros año, según recogía en su Programa de Estabilidad 2019-2022, lo que le permitiría afrontar un aumento del gasto público destinado a la subida de las pensiones o la subida del sueldo de los empleados públicos, entre otras medidas sociales recogidas en su proyecto presupuestario.

La palabra 'impuesto' aparece más de 50 veces en el programa de Podemos

Estas medidas fiscales de sus Presupuestos fueron pactadas con Unidas Podemos, por lo que no hay diferencias notables entre uno y otro programa a excepción de las rentas altas, una medida que la formación de Pablo Iglesias sigue defendiendo: quieren un IRPF del 47% para rentas de más de 100.000 euros, un 55% para las de más de 300.000, y bajar al 18% el tramo más bajo de los no exentos.

Además, creará un Impuesto sobre los beneficios de las grandes empresas que contaminen, un impuesto específico para la banca, una 'tasa Tobin', y subirá los impuestos para casas de apuestas online y presenciales. Recuperará las bonificaciones del Impuesto de Sociedades de forma retroactiva y las eliminará para el futuro, y bajará el tipo mínimo de las pymes del 25% al 23%

Creará un impuesto a las grandes fortunas (2% para patrimonios de más de 10 millones de euros, 3% para los de más de 50 millones y 3,5% para los de más de 100) en sustitución del Impuesto de Patrimonio, y hará el Impuesto de Sucesiones "más justo" e igual en todas las comunidades autónomas, con cuotas reducidas para los que menos patrimonio tengan antes de heredar

Bajará el IVA al 4% a más alimentos y bebidas no alcohólicas, al 10% para suministros básicos (calefacción, gas y electricidad) de los consumidores vulnerables, y añadirá un plus del 4% sobre el tipo máximo del 21% para artículos de lujo, que pasarían a tenerlo del 25%. Incluye también una bajada al 10% para los servicios veterinarios y los productos de alimentación animal, y al 4% para los productos de higiene femenina

Recuperará el impuesto de las hipotecas y promoverá una fiscalidad 'verde', además de acabar con la exención del Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) para la Iglesia.

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