Arantza Quiroga, presidenta del PP vasco, se ganó el lunes 24 de junio la admiración de muchos cuando, en presencia de un entre abstraído y perplejo Mariano Rajoy, y en el curso de uno de esos desayuno-conferencia-coloquio que florecen en Madrid, dijo aquello de que el caso Bárcenas le parecía “vomitivo”, asegurando estar convencida de que los militantes están tan “asqueados” como ella, para adornarse añadiendo que el PP debe “afrontar la recuperación de la confianza perdida por culpa de algunos”. La popular vasca remató la faena con una media verónica memorable: “Mientras algunos de nosotros íbamos con las piernas temblando a los plenos, otros estaban para otras cosas en la política”. Es decir, para forrarse.
Tras la inicial admiración provocada entre el respetable, no han tardado en aparecer los comentarios críticos hacia Quiroga de quienes conocen bien su entramado familiar, gente que se ha apresurado a aconsejarle, cuando menos, prudencia a la hora de censurar comportamientos ajenos. Por aquello de que hay quien ve la paja en el ojo ajeno y no advierte la viga en el propio. Tiene ello que ver con la personalidad del marido de la lideresa vasca, el exjinete Álvaro Arrieta, íntimo amigo de Iñaki Urdangarin y socio del ricachón catalán Carles Vilarrubí en la empresa guipuzcoana (con sede en Irún) Oxer Sport, dedicada a la organización de grandes pruebas hípicas. Y sí, parece que mientras la Quiroga iba a los plenos con las piernas temblando, su marido y sus influyentes amigos estaban, en efecto, “para otras cosas”.
Gracias a los buenos oficios de Urdangarin ante los dirigentes de la Comunidad valenciana, a la que, según el sumario que instruye el juez Castro de Palma de Mallorca, terminaría desplumando, Oxer Sport se hizo con la organización en Valencia del Global Champions Tour de Hípica entre los años 2009 y 2013. Las tres primeras ediciones del evento, celebradas entre 2009 y 2011, le costaron a la Generalitat y al Ayuntamiento levantino 2,25 millones, cantidad a la que hay que sumar el gasto en publicidad, que también corrió a cuenta de ambas instituciones.
El presidente de Oxer Sport es Vilarrubí, vicepresidente del FC Barcelona, casado en segundas nupcias con Sol Daurella, una de las mujeres más ricas de Cataluña, que fue quien impulsó la carrera empresarial de Urdangarín después de que éste cambiara, en 2001, las canchas de balonmano por la moqueta empresarial. También fue él quien colocó al duque de Palma en el consejo de administración de Motorpress Ibérica -una editora de revistas deportivas, donde cobraba más de 300.000 euros anuales- y quien le abrió muchas puertas en el mundo del patrocinio deportivo.
Estrecha relación entre Urdangarin, Vilarrubí y Arrieta
Vilarrubí, íntimo amigo del ex presidente de la Generalitat Jordi Pujol -que en 1996 le colocó en el Consejo de Telefónica-, se convirtió en el más firme defensor de la continuidad del duque en la Fundación FC Barcelona, cuestionada tras la imputación del yerno del Rey. Fue también Vilarrubí quien le introdujo en Octagón Esedos, otra firma especializada en la organización de acontecimientos deportivos. Uno de los socios de Vilarrubí es Arrieta, actual consejero delegado de Oxer Sport, casado, como se ha dicho, con Arantxa Quiroga, hasta el punto de que fue él quien en 2008 estampó su firma en el contrato suscrito entre Oxer y el Ejecutivo valenciano para la organización del concurso hípico.
De hecho, Arrieta fundó Oxer Sport en 2004 con algunos amigos de San Sebastián. Apenas unos meses después, en la compañía entró como accionista Vilarrubí, que pasaría a convertirse en presidente de la misma. En la firma también trabaja Iosune Quiroga, hermana de Arantza, y Rafael Badía Llach, mano derecha de Vilarrubí en múltiples negocios. Arrieta formó también parte de la primera dirección de Octagón Esedos, de la que Urdangarin fue directivo entre 2001 y 2003. Oxer, Octogón y el Instituto Noos han compartido socios y directivos a los largo de los años, además de haber organizado varios de los millonarios eventos deportivos impulsados por el Gobierno de Francisco Camps.
El escándalo Urdangarin no ha sido obstáculo para que el dúo Vilarrubí-Arrieta diera el pasado mes de mayo su último gran golpe en la capital de España, al hacerse, en nombre de Oxer Sport, con la organización del centenario Concurso de Saltos Internacional de Madrid, al prueba ecuestre más importante de las habidas en España, que se celebra en el recinto del Club de Campo madrileño, y que el propio Club venía organizando desde hace 103 años.
Pues bien, Vilarrubí y Arrieta, Arrieta y Vilarrubí han convencido a la alcaldesa Ana Botella –se supone que sin amiguismos/nepotismos de por medio-, y a su subordinado José Manuel Berzal, presidente del Club de Campo, para hacerse con el evento y seguramente quedárselo de por vida, o tal sospechan no pocos indignados socios del Club. El objetivo parece consistir en dotar a Oxer Sport del monopolio de todas las grandes pruebas hípicas que se celebren en España. Visto lo cual, a la señora Quiroga tal vez no le vendría mal, antes de criticar conductas ajenas, recordar aquella famosa frase pronunciada por el suegro de Urdangarin: ¿Por qué no te callas, Arantza…?