La madrugada del viernes los 'aluniceros' que trabajan en Madrid organizaron un nuevo ataque a establecimientos, pero en esta ocasión fueron sorprendidos por la Policía. Los delincuentes huyeron tras chocar su coche contra un 'Z' de la Policía Nacional provocando heridas a los ocupantes.
Los agentes municipales que también participaron en la operación se vieron sorprendidos por una alarma en su coche que les advertía que el coche no podía pasar de 140 kilómetros hora, mientras los 'malos' suelen llevar coches muy potentes que alcanzan los 160 cuando la persecución se produce por vías como la M-30 o carreteras nacionales.
La inquietud corrió por las redes sociales entre los agentes que se preguntan si todos los coches que se han alquilado últimamente tienen este problema. Algunos agentes afirmaban que sí, pero fuentes municipales indicaron a este Buscón que el incidente se produjo "solo en un coche concreto que no pudo superar la velocidad en una actuación". "Se trata de una limitación que venía de fábrica", añadieron.
Los funcionarios recordaron al conocer este hecho las instrucciones de hace algún tiempo para que los conductores no sobrepasaran la velocidad máxima autorizada en la ciudad.
Este incidente se produce cuando parece que los jefes del cuerpo han iniciado la vía de diálogo con los responsables políticos, pero mientras los agentes de base han pedido a la alcaldesa Manuela Carmena la dimisión de Javier Barbero, concejal de Seguridad, y Andrés Serrano, director general.
Las organizaciones sindicales CCOO, UGT y CSIT-Unión Profesional aprobaron ayer un comunicado conjunto en el que piden el cese inmediato de ambos por la "negligente gestión" de ambos durante la preparación del World Pride.
Barbero dijo en una reunión en el Ayuntamiento que no se iba a necesitar suspender las libranzas porque los voluntarios serían suficientes. Calificó la gestión que estaba haciendo su equipo de "estupenda".
Los sindicatos, después de comprobar que se han suspendido un centenar de libranzas, han denunciado la sobrecarga de la jornada laboral "que puede poner en grave riesgo la integridad de los agentes y los asistentes al citado evento".
Los tres grupos afirman que los responsables policiales no tienen "credibilidad, buena fe y competencia para el cargo, cuando de manera reiterada, se han vulnerado y/o incumplido tanto sus compromisos verbales como las disposiciones del cuerpo".
No se han habilitado las zonas de descanso prometidas, se ha vulnerado el derecho a las vacaciones y no hay medios para trasladar a los agentes a los puntos del World Pride, según señalan. Los policías van a acudir a los grupos políticos para solicitar la reprobación del concejal Barbero en el Pleno del Ayuntamiento.