En círculos eléctricos no se habla de otra cosa que de la actitud del presidente de la Comisión Nacional de la Energía (CNE), Alberto Lafuente, que hasta en tres ocasiones ha parado el informe elaborado por el organismo sobre el precio de la distribución en España y su situación en general. Lo ha devuelto a corrales, como se hace con los toros manifiestamente inútiles para la lidia.
El documento, encargado en su día para dar cobertura y justificación a la intención del Gobierno de bajar en 500 millones de euros anuales la remuneración a la distribución eléctrica en España, sostiene que los actuales precios son correctos y no hacen falta más apretones. Sobre todo, después del aplicado el pasado año.
Este informe ha llegado al menos hasta en tres ocasiones al consejo de administración de la CNE y en todas ellas su presidente ha considerado que no era un tema relevante, por lo que no ha sido hecho público. A corrales tres veces.
Dicho documento no sustenta los afanes recaudatorio-recortadores del Gobierno. Entonces, ¿por qué Lafuente no quiere hacerlo público?
Dicen las malas lenguas que, en un momento en el que se termina de perfilar la creación de ese súper regulador llamado Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) (que se está haciendo de rogar más que el fin de la crisis), Lafuente estaría tratando de hacerse perdonar su pasado socialista ya que, en efecto, fue nombrado por el PSOE en el cargo. Por ello, parece hacer méritos para que el actual Ejecutivo para ver si puede continuar en la pomada, como responsable de la subcomisión de Actividades Reguladas en el futuro ‘gran hermano’ supervisor.
Lafuente está haciéndole una gran tarea a Alberto Nadal, secretario de estado de Energía, quien agradecerá que no salga a la luz (nunca mejor dicho) un documento que le restaría argumentos a las medidas de recorte que el Gobierno quiere aplicar a las distribuidoras eléctricas.